«Carmen Conde, primera escritora en la Real Academia Española. Poeta y narradora española cuya obra lírica suscribe las propuestas de la poesía existencial de los años 30 y considerada como la mejor representante femenina de su generación, se retiró en 1992 a una residencia especializada en su enfermedad, en Majadahonda, Madrid, donde pasó sus últimos años hasta la fecha de su muerte, el 8 de enero de 1996. La revista “Horizonte” de Mexico celebra el 110º aniversario de la escritora fallecida en Majadahonda y que da nombre a su Casa de la Cultura mediante este interesante reportaje biográfico que comienza así: «A 110 años del nacimiento de la poeta y escritora española Carmen Conde, ocurrido el 15 de agosto de 1907, es recordada por ser la primera mujer en ingresar a la Real Academia Española, así como por su peculiar forma de cultivar distintos géneros literarios y su acción siempre en beneficio de la cultura».


Casa de la Cultura Carmen Conde en Majadahonda (Plaza de Colón)

Carmen Conde Abellán, mejor conocida únicamente como Carmen Conde, nació en Cartagena, España, de donde se trasladó a Melilla junto a su familia a los siete años de edad y donde vivió hasta 1920, señala el portal “escritores.org”. Fue en 1923 cuando empezó a trabajar como Auxiliar de la Sala de Delineación de la Sociedad Española de Construcción Naval. Tres años después comenzó a estudiar magisterio en la Escuela Normal de Murcia y más tarde Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia. De acuerdo al portal digital de la Universidad de Murcia, durante sus años de adolescencia y primera juventud, realizó sus primeros escritos, los cuales vio publicados muy tempranamente, y que le bastaron para que en 1925 tuviera sus primeras publicaciones en la prensa local. Con el paso de dos años conoció al poeta Antonio Oliver Belmás, con quien contrajo matrimonio en 1931 y fundó igualmente la Universidad Popular de Cartagena.

En 1929 publicó su primera obra, titulada “Brocal”, que el portal “biografíasyvidas” reconoce como un libro que reúne poemas en prosa, cuyas metáforas de delicada factura y original imaginación motivaron el elogio de la crítica del momento. Luego de la pérdida de su única hija, durante su nacimiento, en 1933, Carmen Conde creó la revista «Presencia» y conoció en Madrid a la poeta chilena Gabriela Mistral, quien prologó su libro “Júbilos” (1934), el cual también fue ilustrado por Norah Borges, hermana del escritor Jorge Luis Borges, señala la Universidad de Murcia. En ese mismo año la poeta francesa Matilde Pomès la incluyó en su antología “Poètes espagnols d’aujourd’hui” (Bruselas, 1934). Más tarde entró a trabajar como Inspectora-Celadora de Estudios del Orfanato de El Pardo, donde permaneció hasta 1935.

De acuerdo al portal “escritores.org”, al estallar la Guerra Civil Española (1936-1939) su esposo Oliver se unió al ejército republicano al frente de la emisora «Radio Frente Popular nº 2». Razón por la que en julio de 1936 renunciaran al proyecto de acudir a la invitación de Gabriela Mistral (entonces Cónsul de Chile en Lisboa), antes de viajar a Francia y Bélgica, para estudiar las instituciones de cultura popular en aquellos países, para lo que Carmen había obtenido una beca. Además, se vio obligada a instalarse en Madrid, donde fue vecina del poeta español Vicente Aleixandre, así como a publicar con los seudónimos de “Florentina del Mar” y “Magdalena Noguera” o en ediciones particulares. También con el estallamiento de la guerra, fundó junto con su esposo el Archivo Semanario de Rubén Darío en la Universidad de Madrid; trabajó como profesora de literatura española en el Instituto de Estudios Europeos y en la Cátedra Mediterráneo de la Universidad de Valencia en Alicante.

Sin embargo, dichas condiciones no le impidieron publicar libros como “Pasión del verbo” (1944), “Honda memoria de mí” (1946), “Signo de amor” (1945), “Ansia de la gracia” (1945) y “Una palabra tuya” (1988), entre otros. Obras cuya temática se centra en el amor de un modo que hizo dudar al literato español Dámaso Alonso, quien se cuestionó la existencia de otra mujer que reflejara el tema con «tanta verdad, con tanta despreocupada castidad esencial, con tan sobrecogedora belleza», según el sitio “biografiasyvidas.com”. Debido a su fructífera trayectoria literaria, en 1953 fue galardonada con el Premio Elisenda Montcada por “Las oscuras raíces”, además del Premio Doncel de Teatro por “A la estrella por la cometa”. En 1967 ganó el Premio Nacional de Poesía y en 1980 obtuvo el Premio Ateneo de Sevilla con “Soy la madre”. Además colaboró con la revista «La Estafeta Literaria» y la Radio Nacional de España (RNE) bajo el seudónimo de “Florentina del Mar”; mientras dos de sus obras, “La rambla” (1978) y “Creció espesa la yerba” (1979), se adaptaron para ser transmitidas en Televisión Española.

Fue el 10 de febrero de 1978 cuando su nombre adquirió una especial relevancia, pues fue elegida académica de la Real Academia Española (RAE), siendo la primera mujer que logró ese honor. Al año siguiente, el 28 de enero de 1979, tomó posesión con el discurso titulado “Poesía ante el tiempo y la inmortalidad”, al cual cual dio lectura ante los reyes de España. Luego de numerosos viajes y múltiples actividades literarias, que enriquecieron aún más su vida, fue a principios de los años 80 cuando comenzaron a manifestarse en ella los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. A pesar de ello, se mantuvo activa y en 1987 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por «Canciones de nana y desvelo», detalla el portal “escritores.org”. Leer el reportaje original.

 

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