Los vecinos de La Cornisa han perdido puente y bus por el «limbo» administrativo

JORGE RUBIO. La vieja división administrativa entre Majadahonda y Las Rozas es un problema que afecta a miles de vecinos de ambas ciudades y que no obedece a criterios geográficos: numerosas urbanizaciones colindantes entre ambos municipios se ven afectadas por la desidia de ambos Ayuntamientos, que nunca se han preocupado de saber si sus habitantes están más cercanos geográficamente al centro de una u otra localidad y solo se afanan por cobrar impuestos y no dar servicios. Ya la directora del banco ING en Majadahonda, Almudena Román, reivindicó un “espacio común” para los servicios y consumos entre los habitantes de Las Rozas y Majadahonda, pues ella misma vive en la frontera entre ambas ciudades y administrativamente se la sitúa en ambos municipios vecinos. Y un caso parecido es el de los residentes en La Cornisa (Las Rozas), más cerca sin embargo de Majadahonda, que se han visto siempre afectados por este dislate burocrático: la reciente supresión de su parada de autobús ha hecho emerger un  problema que afecta a miles de vecinos con «barrios frontera» entre ambas localidades.

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Un mensaje del alcalde de Las Rozas, José de La Uz (PP), ha despertado la indignación entre algunos de ellos por la situación de abandono en la que se encuentran. Unas quejas que se deben a la supresión de las paradas de autobús en la vía de servicio junto a la A-6 colindante a este área residencial, lo que obliga a los vecinos de la misma a desplazarse hasta la carretera del Plantío de Majadahonda o incluso hasta la misma estación de tren majariega para poder utilizar este medio de transporte público. «¿Cuándo van a atender las necesidades de movilidad de la Urbanización La Cornisa? Nos dejaron aislados para ir a Las Rozas o subir de Madrid cuando quitaron la parada y el puente que cruza la A6. Esperemos que también sea pronto», reprochaba Pilar Márquez, una vecina que se dirigía así al primer edil roceño. «He vivido allí hasta los 22 años. La Cornisa, sin esa parada, dependía del autobús que paraba en Novotiendas, es decir Majadahonda… ¿Pagando IBI en Las Rozas y dependo de Majadahonda?», señalaba otro vecino de Las Rozas, al  tiempo que reafirmaba su comentario con esa pregunta que revelaba la contradicción. Una cuestión a la que Pilar Márquez añade que efectivamente «hay que bajar a Majadahonda, que es la más cercana, cuando la que venía directa de Moncloa era la de la Carretera de la Coruña. Pero a ellos les da igual… no usan el transporte público», en alusión a concejales y políticos de ambos ayuntamientos. 

Roza Martín (Majadahonda)

El mensaje de José de La Uz que ha despertado estas críticas ha sido el siguiente: «Ya está prácticamente finalizada la sustitución de todo el sistema de iluminación de la urbanización Golf. En total se ha invertido más de 1 millón de euros para cambiar cerca de 800 farolas a LED, lo que supondrá un ahorro energético del 70%». Un mensaje que que según estos vecinos pone de manifiesto las diferencias existentes entre determinadas urbanizaciones de Las Rozas. A pesar de que los vecinos de La Cornisa se quejan de estar en un «limbo» entre Majadahonda y Las Rozas que les impide utilizar el autobús, lo cierto es que este tipo de situaciones también se producen en otras urbanizaciones majariegas que a lo largo de los años han denunciado la situación de abandono en la que viven respecto a otras áreas de la ciudad.

Catastro de Ensenada

Este es el caso de Roza Martín cuyos vecinos han denunciado en múltiples ocasiones que se encuentran aislados del núcleo urbano junto a otros problemas como la inminente construcción del polémico tanatorio en las cercanías de un colegio de educación primaria. Y todo ello sin mencionar a las urbanizaciones colindantes con Pozuelo, Boadilla o incluso Aravaca (Madrid), como ocurre en la carretera de El Plantío. Un desbarajuste administrativo que ningún político se ha decidido a resolver y que tiene como consecuencia enormes perjuicios burocráticos y logísticos que causa una reordenación territorial procedente del siglo XVIII, cuando el célebre Marqués de la Ensenada hizo el famoso «catastro» de las ciudades de Castilla, entre ellas Majadahonda y Las Rozas, arcaico pero histórico informe que ahora puede consultarse en internet.  Entre 1750 y 1754 todas las poblaciones de «las Castillas» fueron sometidas a un interrogatorio constituido por las 40 preguntas siguientes: Nombre de la población (pregunta 1); jurisdicción (2); extensión y límites (3); tipos de tierras (4, 5); árboles (6, 7, 8 y 13); medidas de superficie y capacidad que se usan (9, 10); especies, cantidad y valor de los frutos (11, 12, 14 y 16); diezmos y primicias (15); minas, salinas, molinos y otros «artefactos» (17); ganados (18, 19 y 20); censo de población, con vecinos, jornaleros, pobres de solemnidad (21, 35 y 36), censo de clérigos (38) y conventos (39); casas y otros edificios (22); bienes propios del común (23), sisas y arbitrios (24), gastos del común, como salarios, fiestas, empedrados, fuentes (25), impuestos (26 y 27).

Carretera El Plantío/ Avda Victoria: otro anacronismo (pertenece a Madrid y está en Majadahonda)

También sus «actividades industriales y comerciales, con la utilidad de los bienes o servicios producidos: tabernas, mesones, tiendas, panaderías, carnicerías, puentes, barcas sobre ríos, mercados y ferias (29), hospitales (30), cambistas y mercaderes (31), tenderos, médicos, cirujanos, boticarios, escribanos, arrieros etc. (32); albañiles, canteros, albéitares, canteros, herreros, zapateros etc. (33, 34); embarcaciones (37); bienes enajenados (28) y rentas propias del Rey (40)». Las respuestas a estas preguntas se obtenían siguiendo un proceso previamente regulado. Esta visión panorámica del Reino fue una pequeña parte de una averiguación de mayor envergadura, el llamado Catastro del Marqués de la Ensenada. puesta en marcha por Real Decreto de Fernando VI de 10 de octubre de 1749, como paso previo a una reforma fiscal, que sustituyera las complicadas e injustas rentas provinciales por un solo impuesto, la llamada Única Contribución. La Única Contribución no se llegó a implantar, pero ha dejado un importante volumen de documentación en estos archivos.

 

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