El origen de los cines en Majadahonda: el poeta Rafael Alberti (1902-1999) en la inauguración de los antiguos «Minicines» ubicados en el centro comercial Zoco. Después llegarían los «Renoir» y más tarde los «Cines Zoco» (Fuente: El País)

VICENTE ARAGUAS. *Poeta y escritor majariego, autor de “Enseñando Poesía en la Escuela” (Magíster/ Pigmalión). 4 de mayo (2024). No estuve en la última sesión del Carlos III, donde hoy se halla el Tutti (los de siempre, los cinéfilos a morir, como cantaba Francis Cabrel, decíamos que le faltaba una sala de cine para ser más complejo, más entero). No estuve, no, aún me faltaba el último largo para llegar a Majadahonda. Yo ya vi el solar abandonado, y algún forzado de la vida vivaqueando en su no esplendor en la yerba. Y tal vez la última sesión, me dice mi amigo del alma Pepe Zugasti, fue “La noche de los muertos vivientes”, de George A. Romero, su abuelo, tan de Neda como yo mismo. Y me cuenta Pepe de un adepto suyo, muriéndose de miedo y saliendo del cine en un grito a buscar el aire fresco de la sierra en lugar de tanto cementerio, no sé. En el Carlos III predominaban las pelis de miedo y las de vaqueros. En el Carlos I, en la Gran Vía, en un callejón que hoy la une con la Calle del Cristo, privaban las de amor. Luego de su última sesión hubo dos discotecas, Horóscopo y Miami. Después fue sede del PP. Hoy, ya digo, un callejón que oxigena la ciudad que dejó hace tiempo los aperos del pueblo. En la Miami hubo algún episodio de sangre joven derramada. Y eso sí que duele. La muerte es siempre absurda. La violenta y joven mucho más todavía.


Vicente Araguas

Y la cosa es que cuando los setenta, de puro nuestros, tomaban el viento del Oeste, apareció el cinematógrafo del Zoco. Y el Zoco mismo, tan diferente, en las tiendas, digo, al de hoy. Recuerdo la librería que estaba donde hoy hay una farmacia, Una librería de fondo, bien poblada. Y la tienda de Choqueca Juaristi (igual era con la grafía eusquera, Txokeka). Y otros lugares gratos que allá marcharon. Y los cines, ¡ah, los cines! Tantas películas como me han acompañado en mi casi medio siglo de sentimiento majariego. Y sentir cinéfilo imparable. Y cinófilo, aunque ahora me dé más por los gatos. La vida. En el Zoco pasaban cosas, ¿en qué cine no?, como cuando aquel iluminado se abalanzó sobre la pantalla, rasgándola con un cuchillo jamonero. “La última tentación de Cristo”, de Martin Scorsese, el motivo de su furia.


Construcción del centro comercial Zoco en Majadahonda, «uno de los primeros de Europa»

Aquella película que se vio acompañada de rezos del rosario, misterios dolorosos, sin duda, en el exterior de algunas de las salas donde se proyectaba. En el Zoco, no, sino el incidente estrafalario que protagonizó tan alterado (que no místico, ¡por Dios!) sujeto. Pero en el Zoco asistí al aplauso juvenil y entusiasmado al final de “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”, mezcla de actores y dibujos animados, hoy un tanto olvidada. Y vi fascinado y tan hundido como mi hija, Andrea, “La pianista”, de Haneke. (Salimos del Zoco, y estuvimos sin hablar el tiempo necesario para recuperar el habla ante tanto dolor.) Pero también vi/ vimos allí “Top gun” o las gamberradas de Summers/ Hombres G. O “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, tantos años después. Y acabo de ver “Falling leaves” y “Perfect days”.

Familia majariega de los años 60

El caso es que las salas se cerraban, puesto que Renoir/ González Macho no podían ya con ellas. Y estuvieron como dos años en estado de sitio. Pero también en estado de amor porque, de pronto, el milagro. Después de que, incluso, en nuestra Gran Vía hubiese un puesto a pie de calle pidiendo socios. Y recuerdo a Fernando, ahí sigue, armado -casi- a lo John Wayne. Y la cooperativa, de eso se trataba, salió adelante. Y ahí vamos. Yo, con mi cine de los domingos, sesión de las 4, por favor, María, última fila, pasillo. Y van ya diez anos de cine, ópera, cine-fórum, directores en directo. Y salimos adelante porque el cine es cultura. Y Majadahonda, también. Yo de ustedes, si aún no son socios, me animaría. 100 euros al año, tan solo. Y miles de satisfacciones. No, no me acuerdo de mi última función de cine en el Renoir de Majadahonda. Solo pienso en la próxima en el Zoco. ¿”The last picture show”? de Bogdanovich. Y si viene Cybill Shepherd. ¡Y si viniera!

 

Majadahonda Magazin