monumentofascistaWebs, blogs, foros y partidos políticos de toda España están analizando y enjuiciando la decisión del pleno del Ayuntamiento de Majadahonda que pretende “retirar” el monumento a los dos soldados rumanos franquistas que murieron en esta ciudad durante la guerra civil española por servir de reunión para concentraciones de carácter fascista o ultra. Sin embargo, no todo son valoraciones políticas, también existen testimonios históricos. Estas son las reacciones más relevantes que ha recogido MJD Magazin:


Monumentul-Mota-Marin-majadahonda-detaliuEl PSOE majariego ha emitido un comunicado que, bajo el título de “Majadahonda retirará un monumento fascista lugar de peregrinación y concentraciones de nazis” relata como “pese a la abstención de PP y Centristas, la propuesta salió adelante en el Pleno Municipal con los votos a favor de PSOE, Ciudadanos, Somos e IU. La Moción, basándose en el cumplimiento de la Ley 52/2007 de Diciembre y concretamente en su artículo 15.1 en relación a símbolos y monumentos públicos, articula que las administraciones públicas tomarán las medidas oportunas para la retirada de objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva,  de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. La nota pública enviada a MJD Magazin recuerda que “Un monumento fascista, erigido en 1970 en una explanada de acceso público de Majadahonda que colinda con el cementerio municipal, se ha convertido en lugar de peregrinación y de celebración para cientos de neonazis que todos los años acuden a la ciudad y se reúnen a los pies de la torre que homenajea a dos pilotos franquistas caídos en combate durante la guerra Civil.  Estos encuentros fascistas vienen asociados a la exaltación nazi [El brazo en alto, el himno de la Guardia de Hierro de Rumanía y el Cara al Sol cierran este tipo de actos], disturbios, trifulcas, violencia y agresiones graves a vecinos de la ciudad”.

legionari-front-spania“Ante esta situación, y ha iniciativa del Grupo Municipal Socialista a la que se han sumado Ciudadanos, Somos Majadahonda e Izquierda Unida, se ha elevado una moción al Pleno Municipal exigiendo la inmediata retirada o demolición del citado monolito fascista, antes de finalizar el año 2015 “en aras al fomento de la reconciliación, respeto, paz y concordia entre los ciudadanos como ya ha ocurrido en otras ciudades como Granada y la retirada del monolito que homenajeaba a Primo de Rivera en una de sus plazas” ha señalado el portavoz Socialista, Zacarías Martínez, quien también ha afirmado que “ si el alcalde saca pecho por la excelencia de Majadahonda que lo haga también porque sea una ciudad ejemplo de reconciliación, civismo y tolerancia, ya que los símbolos públicos tienen que ser un motivo de encuentro y nunca de enfrentamiento, ofensas y agravios”, añaden los socialistas. Y concluyen: “La moción conjunta también propone la creación de un nuevo monolito o placa conmemorativa, con destacado significado a la Paz, Concordia, Cultura o Arte, un monolito en el que se sientan representados todos los majariegos y sus visitantes. Por último la propuesta plenaria aprobada exige la no permisividad por parte de las autoridades municipales de este tipo de concentraciones de grupos radicales en la ciudad y la adecuación del entorno convertido en un basurero y escombrera ilegal a escasos metros del campo santo municipal.

Ionel-Mota-si-Vasile-MarinPor su parte, el blog “Un vallekano en Rumania / Un vallekan în România”, que se antetitula “Reflexiones sobre la cultura rumana y los veinte años de saqueo capitalista”, le dedica al asunto un artículo titulado “Ion Moţa y Vasile Marin: caídos en España por la «gracia» de Dios”: “En Majadahonda hay un extraño y feo monumento, en un lugar casi desierto, levantado en honor de dos rumanos, Ion Moţa y Vasile Marin, dos de los 8 miembros de la Guardia de Hierro que viajaron a España a apoyar el alzamiento ilegal de parte del ejercito contra el gobierno democrático republicano. De vez en cuando se hace allí un homenaje de los nostálgicos que siguen cerrando los ojos hacia una de las peores dictaduras que ha vivido Europa hasta hoy. En la cruz que hay a sus pies, en el lugar donde cayeron en batalla, hay una inscripcion: «He amado a Cristo y he marchado feliz a la muerte por Él», de Ion Moţa; y, «lo he hecho con el mismo amor que lo hubiera hecho por mi patria», de Vasile Marin. ¿Que pintaban 8 rumanos en la Peninsula Iberica en medio de una guerra ideologica entre fascismo y nazismo y el gobierno democratico de Espana?”

Monumentul-Mota-Marin-MajadahondaLa web “Madrid que bien resiste” también aborda, desde un punto de vista táctico y militar, lo que fue la participación de Majadahonda en la guerra civil y además de tocar el asunto de los dos soldados rumanos, da a conocer el testimonio de Karl Anger, “serbio en la XI Brigada Internacional”, que describe así Majadahonda: “Era un lugar tranquilo, incontaminado aún por la guerra, nada hermoso, embrutecido por la pobreza, pero cálido, tranquilo y dulce, como un corderino. Lo llenamos de tropas, servicios, cañones, camiones, vehículos acorazados y de toda la impedimenta que suele arrastrar un ejército en campaña. Aquella plácida Majadahonda se llenó de gentes, ruidos y cachivaches como en un día de mercado. La mañana siguiente a nuestra partida, la aviación enemiga empezó a arrojar bombas contra el pueblo y sus habitantes se dispersaron abandonando todas sus propiedades: el ganado, los cerdos, las camas deshechas y las casas vacías. Durante la primera tarde y la primera mañana que estuvimos allí, aún había vida en Majadahonda. A la luz mortecina se podían ver misteriosas siluetas de muchachas españolas tras las ventanas de las casas. Al día siguiente, las ventanas estaban a oscuras, ciegas, como espantosas oquedades en las calaveras de las casas. En el pueblo sólo se veían perros perdidos, vagabundos y olvidados, y también una mujer enajenada. La loca aullaba espantosamente en su casa vacía y los ecos de sus gritos rebotaban en las calles muertas, iluminadas por la pálida luz de la luna”.

monolitoLa pagina de investigación sobre “historias inéditas de la Guerra Civil en Madrid” titulada “Guerra en Madrid” le dedica un reportaje a este mismo: “Los rumanos de Franco. Monumento en Majadahonda dedicado a dos rumanos muertos en el asedio a Madrid”. En él cuenta como “en la carretera de Majadahonda a Boadilla del Monte, detrás al cementerio majariego, se vislumbra un extraño monumento cuyo origen se remonta a la guerra civil. Es un monumento en mitad del campo, al que se accede por un camino de tierra y que durante los fines de semana ha servido de lugar idílico para los amantes del botellón. Un monumento que convive en la actualidad entre pintadas de grafiteros y la basura que vierten en la zona los ciudadanos poco civilizados. Se trata de una construcción de piedra poco corriente en la que aparecen grabados dos nombres rumanos; Ion Mota y Vasile Marin, que según reza “cayeron por Dios, España y Rumanía el 13 de enero de 1937″. En las próximas líneas vamos a relatar la historia de estos dos miembros de la Guardia de Hierro de Rumanía, que murieron en plena Batalla de la Carretera de la Coruña en este punto de Majadahonda. Desde aquel 13 de enero de 1937 hasta nuestros días, Ion Mota y Vasile Marin son homenajeados en este monumento de Majadahonda por la extrema derecha española y un sector de la iglesia ortodoxa en Madrid”.

Webs ultras arremeten contra la decisión del ayuntamiento majariego con imágenes como esta

Webs ultras arremeten contra la decisión del ayuntamiento majariego con imágenes como esta

Desde un punto de vista opuesto, el bloguero de “Los Últimos Bastiones” que se define como “El mundo visto de una manera diferente”, cuenta como salieron los cadáveres de los dos soldados rumanos muertos: “Los cuerpos de los dos caídos reposaron en un tren mortuorio que salió de España y paso por Francia y Bélgica, llegando a Berlín el 6 de febrero de 1937. Durante el camino fueron recibidos por grandes multitudes donde estaban presentes miembros de la Falange Española y representantes de Alemania e Italia. Después de su paso por Polonia el 9 de Febrero el tren llego a la frontera con Rumania y en vez de tomar la ruta más corta a Bucarest el tren dio un rodeo pasando por todo el país; Bicovina, Transilvania, Oltenia, Valaquia… hasta llegar a Bucarest. El tren se detuvo en las principales estaciones de ferrocarril y en cada una de ellas se celebraba un acto religioso por Ion Mota y Vasile Marin entre grandes multitudes. En Pascani, mas de 5000 campesinos se reunieron para rendir honores al los dos caídos, mientras que en Bacau, fueron hasta 30 sacerdotes los que concelebraron misa entre una inmensa multitud”.

Libro de Ion L. Mota, uno de los soldados

Libro de Ion L. Mota, uno de los soldados

Por último, el blog “Frente de batalla-Gerion” también recuerda que “según señala Andreu Castells en su libro “Las Brigadas Internacionales en la guerra de España”, los rumanos que participaron en el otro bando, es decir, del lado de la República, fueron 615, integrados en las Brigadas Internacionales. De ellos murieron 43, y otros 12 fueron dados por desaparecidos, los heridos ascendieron a 322. Que yo sepa, no existe ningún monumento en su memoria. La participación rumana en las filas de Franco no pasó de la anécdota, pero el tiempo y los avatares de la Historia quisieron revestir a ésta de un protagonismo especial. Tras la Segunda Guerra Mundial, Rumania cayó bajo la órbita soviética. Muchos rumanos señalados como anticomunistas fueron represaliados o tuvieron que huir de su patria. Sirva como ejemplo que, salvo el sacerdote Dumitrescu, todos los miembros de la delegación rumana que acudió a España en 1936, fueron fusilados por los comunistas el 21 de septiembre de 1939. Algunos militantes fascistas encontraron asilo en la España de Franco. Estos refugiados, apoyados por excombatientes y simpatizantes españoles, se decidieron a que los nombres de sus camaradas muertos en suelo español no cayeran en el olvido. Se construyó así este monumento. Su valor artístico es nulo, pero gracias a él, hoy en día conocemos el nombre de dos de los caídos en aquellas terribles jornadas. Otros muchos permanecen en el anonimato, sepultados bajo la losa del paso del tiempo y el olvido”.

Fuentes:

PSOE de Majadahonda

“Un vallekano en Rumania”

“Madrid que bien resiste”: testimonio de un brigadista en Majadahonda

“Guerra en Madrid”

“El mundo visto de una manera diferente”

“Frente de batalla-Gerion”

Majadahonda Magazin