«Los archivos contables de Gürtel ofrecen la radiografía de una red mafiosa con su ‘Don Vito’ a la española», dice el periódico La Vanguardia, del Conde de Godó. Y añade: «Son los archivos en cuestión -sobre todo los titulados «Caja B» y «Caja B actual»- la radiografía contable de una mafia a la española: con sus cantidades para supuestos cohechos en el mismo estadillo que los gastos médicos de los jefes, más propinas a enfermeras por 550 u 800 euros; con los salarios del personal junto a miles de euros para lotería o los abonos del Real Madrid y el Atlético, cuyas cuotas de la temporada 2007 ascendieron a 3.686 y a 14.000 euros, según sendos apuntes». Ahora se ha sabido que 2 abonos rojiblancos fueron para el alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, alias «El Rata», y que los merengues eran del «capo» Correa y de su lugarteniente «El Bigotes», dando lugar a un registro en las dependencias del Real Madrid.
El periodista Alfonso Ojea (SER) añade que la red Gurtel pagó más favores a Guillermo Ortega: «Otro ejemplo es el abono de 15.000 euros por un palco vip en el Master de Tenis de 2004 (38.680 euros). Como fiel seguidor del Atlético de Madrid, Willy también obtuvo dos abonos de temporada que superan los 4.000 euros para asistir a todos los partidos del equipo del Manzanares». Y otro vecino del «capo» Correa también se vio beneficiado, según cuenta la agencia Servimedia:
«El responsable de la presunta trama de corrupción del «caso Gürtel», el empresario Francisco Correa, cedía a un vecino sus abonos para asistir a los partidos de fútbol del Atlético de Madrid a cambio de que le suministrara teléfonos móviles y pagara sus facturas con Vodafone. Las facturas llegaron a ascender a 4.500 euros al mes. Así consta en los cerca de 50.000 folios del sumario instruido por el juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid Antonio Pedreira, al que ha tenido acceso Servimedia después de que en los últimos días se levantara el secreto que pesaba sobre él. La investigación judicial incluye una declaración del empresario Antonio Herrero, dueño de una compañía de telecomunicaciones, que fue vecino de Francisco Correa y que compartía con él la «desgracia» de ser aficionado del Atlético de Madrid. Herrero contó en sede judicial que Correa le ofreció ver los partidos de fútbol de su equipo desde los palcos que el dueño de la trama «Gürtel» tenía en el Vicente Calderón, en lugar de desde la «zona de abajo» donde estaban los suyos».
«El vecino de Correa aceptó pero se ofreció a pagar el importe, que ascendía a 6.960 euros. Sin embargo, condicionado económicamente por un pleito pendiente, no podía asumir de forma íntegra el coste del abono y ofreció un intercambio. El trato consistía en Correa prestaba su abono y, a cambio, Herrero entregaba al cerebro de la presunta trama de corrupción «dos o tres teléfonos» de su sociedad, en los que se beneficiaba de un descuento del 60% sobre todos los planes de precios por ser distribuidor de Vodafone. Al finalizar cada mes, el chófer de Correa acudía a la empresa de Herrero para recoger las facturas de los teléfonos, con las que los dos vecinos echaban «cuentas» de lo que se debían el uno al otro».
«El gasto mensual de los teléfonos prestados a Correa solía ascender a «600 ó 700″ euros al mes, incluso superaba los 1.000 en verano. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando Vodafone alertó un día a Herrero de que la factura se estaba multiplicando por dos y por tres. En concreto, uno de los móviles rondaba los 2.000 euros de gasto mensual y otro superaba los 3.000. El dueño de los aparatos llamó de inmediato a Correa, pero no consiguió localizarle, así que se puso en contacto con el chófer para tratar de averiguar lo que estaba pasando. Descubrió que uno de los teléfonos se le había entregado al primo de Correa, Antoine Sánchez, que ha llegado a ingresar en prisión por su implicación en la trama corrupta y conocido por sus viajes al extranjero, donde trató de gestionar la fuga de su familiar a Panamá antes de que el escándalo se hiciera público».
«Cuando Herrero comprobó que las facturas de Correa superaban con creces el acuerdo a cambio del abono del Atlético de Madrid, habló personalmente con Correa y le amenazó con dar de baja los teléfonos. De hecho, tuvo que devolver dos recibos a Vodafone porque no podía pagarlos, ya que el importe de las facturas ascendían a «4.435 euros» en un caso y «cuatro mil y pico euros» en otro. Ahí se puso fin al trato, dado que aparecían llamadas desde Miami o Senegal que disparaban la factura y trajeron varios disgustos al distribuidor de la compañía de telecomunicaciones».
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