Exterior de la cárcel de Navalcarnero
J. ÁLVAREZ DE TOLEDO. Bruno, el ya conocido como «descuartizador de Majadahonda», ha sido ingresado en la cárcel de Navalcarnero (Madrid) y ha recibido la primera visita de su madre, Yolanda Vega. Madre e hijo por fin se reúnen tras tanto tiempo, aunque sea en dichas circunstancias y separados por un cristal. Todo lo ha confirmado el portavoz de la familia, Jose Luis Vega, quien declara que la conversación se prolongó hasta los 45 minutos pero fue difícil de mantener debido al ruido producido por los teléfonos y la gente de alrededor. Esto impidió que Yolanda escuchara todos los detalles de cuanto le contaba su hijo. Sin embargo le dejó bien claro a su madre que más que nunca necesitaba cariño, al tiempo que preguntó varias veces por sus hermanos.
Momento del arresto
La madre del «descuartizador» afirma a La Voz de Galicia que notó a su hijo «triste» y que los crímenes no fueron mencionados durante la conversación. Esto se debe a que por causa de la medicación el acusado no recuerda nada de lo que presuntamente ocurrió. «Lo bueno es que lo están tratando y administrándole la medicación, además de estar controlado por personal médico especializado, aunque para que recuerde algo habrá que esperar a que tenga un momento de lucidez, por ahora no recuerda nada», declara Yolanda respecto a Bruno.
Yolanda Vega
Yolanda Vega, original de Lugo, se encuentra actualmente en Madrid y aprovechó la situación para hablar con su ex marido y padre del acusado. Juntos han decidido cambiar de abogado. Hasta ahora el supuesto «descuartizador» estaba asistido por un letrado de oficio pero sus padres han decido que sea representado por uno distinto con mayor experiencia. Yolanda permanecerá en Madrid unos días y su espíritu se levanta gracias a la noticia de que podrá hablar con su hijo por teléfono para saber más cosas, tanto sobre su estado como sobre los trágicos sucesos que tuvieron lugar en el barrio majariego de La Sacedilla. Esto podrá ser así hasta que presente declaración en el juzgado. La próxima vez que madre e hijo se reúnan será en un vis a vis, cuya autorización espera que llegue pronto, y donde no haya cristal que les impida abrazarse.
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