Anuncian el «cierre por vacaciones» del Bingo en el Centro de Mayores de Majadahonda: «Gracias a Nieves y Teresa, cada viernes se convierte en un oasis de ilusión y alegría para más de varias decenas de mayores. La nota triste de una historia ilusionante y simpática es que el día 21 de junio de 2024 nos cierran el Bingo, quitándonos la ilusión de 10 Líneas y 10 Bingos. La Esperanza, sigue siendo nuestra fuerza».

MIGUEL SANCHIZ. (6 de junio de 2024). 20 ilusiones majariegas. En Majadahonda, un municipio conocido por su vibrante comunidad civil, cada viernes a las 5 de la tarde un grupo especial de vecinos se reúne en el Centro de Mayores Reina Sofía. Durante algo más de 100 minutos, estos entusiastas jugadores de bingo, provenientes tanto de Majadahonda como de localidades cercanas, se congregan con la ilusión de tentar la suerte y compartir momentos de alegría y camaradería. El ambiente es de pura emoción y expectativa, ya que la posibilidad de ganar un premio no es lo único que motiva a estos participantes. La verdadera recompensa es la conexión humana y la sensación de pertenencia que surge de estas reuniones semanales. Este evento no solo ofrece entretenimiento, sino que también proporciona una plataforma para que las personas mayores mantengan activa su mente y fortalezcan sus lazos sociales. Detrás de esta maravillosa iniciativa están dos encantadoras damas: Nieves y Teresa. Estas mujeres, con una generosidad sin límites, dedican su tiempo y energía a organizar cada detalle del bingo semanal. Nieves y Teresa no solo se encargan de preparar los cartones y las fichas, sino que también crean un ambiente acogedor y lleno de esperanza para los participantes. Su dedicación y cariño son palpables, y los asistentes les están profundamente agradecidos por su labor desinteresada.


Miguel Sanchíz

Gracias a Nieves y Teresa, cada viernes se convierte en un oasis de ilusión y alegría para más de varias decenas de mayores. Estos ángeles organizadoras han logrado que el bingo del Centro de Mayores Reina Sofía sea más que un simple juego; es una cita esperada con ansias por todos los asistentes, un espacio donde se tejen nuevas amistades y se renuevan las esperanzas. En este rincón de Majadahonda, las ilusiones majariegas se viven intensamente cada semana, recordándonos la importancia de la comunidad y el poder de un simple juego para transformar vidas. Gracias a Nieves y Teresa, estos encuentros continúan siendo un faro de esperanza y felicidad para muchos. La nota triste de una historia ilusionante y simpática es que el día 21 de junio de 2024 nos «cierran por vacaciones» el Bingo, quitándonos la ilusión de 10 Líneas y 10 Bingos. La Esperanza sigue siendo nuestra fuerza.


El Equipo de Gobierno del PP que gestiona el Centro de Mayores de Majadahonda

3 ARGUMENTOS PARA IMPEDIR EL «CIERRE POR VACACIONES»: 1- LA ILUSIÓN. El elogio de la ilusión en las personas mayores es crucial para un envejecimiento sano. Mantener sueños y expectativas positivas alimenta el espíritu, promueve el bienestar emocional y mental, fomenta la resiliencia. Esta actitud vitalista puede prevenir la depresión y mejorar la calidad de vida en la tercera edad. La ilusión en las personas mayores desempeña un papel fundamental en su bienestar y calidad de vida. Mantener vivas las ilusiones y expectativas, incluso en la tercera edad, puede ser un motor poderoso para un envejecimiento saludable. La ilusión genera esperanza y propósito, contribuyendo a una actitud positiva frente a los retos y cambios que acompañan el envejecimiento. Las personas mayores que cultivan sus ilusiones suelen mostrar mayor resiliencia emocional y mental, lo que les ayuda a enfrentar enfermedades y pérdidas con una actitud más optimista. Además, la ilusión puede incentivar la participación en actividades sociales, físicas y cognitivas, fundamentales para mantener una buena salud general. La ilusión también fomenta la creatividad y el aprendizaje continuo, permitiendo a los mayores seguir descubriendo y disfrutando de nuevas experiencias. En resumen, la ilusión no solo mejora la salud emocional, sino que también enriquece la vida diaria, promoviendo un envejecimiento más activo, feliz y significativo.

«El elogio de la ilusión en las personas mayores es crucial para un envejecimiento sano. Mantener sueños y expectativas positivas alimenta el espíritu, promueve el bienestar emocional y mental, fomenta la resiliencia. Esta actitud vitalista puede prevenir la depresión y mejorar la calidad de vida en la tercera edad»

2- LOS BENEFICIOS COGNITIVOS. El bingo es un pasatiempo muy popular entre las personas mayores, no solo por su simplicidad y accesibilidad, sino también por la ilusión que genera la posibilidad de ganar. Este juego se convierte en una actividad social que fomenta la interacción y el sentido de comunidad entre los participantes, creando un ambiente de compañerismo y diversión. La ilusión de ganar en el bingo proporciona una dosis de emoción y expectativa que es beneficiosa para la salud mental y emocional. La anticipación de escuchar los números cantados y la esperanza de completar una LINEA  o cartón lleno, BINGO, mantiene a los jugadores mentalmente activos y comprometidos. Esta emoción puede ser especialmente importante para los mayores, ya que les ofrece una fuente de entretenimiento y motivación. Además, el bingo puede tener beneficios cognitivos, ayudando a mantener la mente ágil y mejorando habilidades como la atención y la memoria. En definitiva, el bingo, con su mezcla de ilusión y entretenimiento, es más que un simple juego; es una actividad que contribuye al bienestar integral de las personas mayores.

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3- LA HISTORIA. El bingo tiene sus raíces en un juego italiano llamado «Il Gioco del Lotto d’Italia,» que se remonta al siglo XVI. Este juego de lotería fue popular en Italia y eventualmente se extendió a Francia en el siglo XVIII, donde se conoció como «Le Lotto». Los aristócratas franceses disfrutaban de este pasatiempo, que seguía un formato similar al del bingo moderno. En la década de 1920, el juego llegó a los Estados Unidos, donde se jugaba en carnavales y ferias con el nombre de «Beano.» Los jugadores marcaban los números en sus tarjetas con frijoles secos y gritaban «Beano» cuando completaban una fila. La transformación del nombre a «Bingo» se atribuye a Edwin S. Lowe, un empresario de juguetes de Nueva York. Según la leyenda, durante una partida de Beano, uno de los jugadores se emocionó tanto al ganar que gritó «Bingo» en lugar de «Beano». Lowe vio el potencial del juego y lo comercializó bajo el nuevo nombre en la década de 1930. Desde entonces, el bingo ha crecido en popularidad y se ha convertido en un juego favorito en todo el mundo, especialmente en comunidades de personas mayores y en eventos de caridad.

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