MIGUEL JARA. ¿Por qué la agricultura (y ganadería) ecológica es la alternativa a la crisis del campo? Las protestas de los agricultores durante las últimas semanas pone de nuevo sobre el mantel -nunca mejor dicho- el modelo agroalimentario. Y también sus alternativas. El enfado de los trabajadores del campo es legítimo. En sólo 15 años, la Unión Europea (UE) ha perdido casi el 40% de sus agricultores, casi exclusivamente pequeños y medianos, que han quebrado. Los agricultores (y ganaderos) de toda Europa están asfixiados. Las razones son múltiples. Una queja son las “estrictas” normas medioambientales europeas. Lo cierto es que esas normas no se aplican en otros países que ejercen competencia con sus productos, por lo que son los europeos los que pasan mayores controles y tienen restringidos el uso de determinados fitosanitarios, los más tóxicos, aunque se siguen usando otros muchos peligrosos. Y, si bien eso es cierto, no lo es menos que en Europa no para de crecer el consumo de producto certificados ecológicos o “bio”, sector para el cual las normas son aún más duras para garantizar su ecología.
Este sector también tiene el problema del resto de agricultores, pues la Política Agraria Común (PAC) se distribuye en función de las hectáreas de tierras agrícolas en propiedad. Así, beneficia a quien más tiene, mientras que la producción ecológica la realizan pequeños y medianos productores. La inflación sigue disparada en 2024 y los vendedores de insumos agrícolas han subido el precio de pesticidas, semillas o fertilizantes, además de los fármacos para la ganadería. El carburante para la maquinaria igual. Esto presiona a los pequeños y medianos productores, ya que sólo las explotaciones industriales pueden sobrevivir vendiendo a precios bajos. La producción “bio” usa muchos menos de esos insumos, pero produce a menor escala. Otro escollo es el exceso de intermediarios entre el productor y el consumidor. El famoso “Plátano de Canarias” es un ejemplo, pues a los productores canarios se les compró en 2023 a un precio medio de 0,83€/kg en los mercados mayoristas, mientras que el consumidor paga alrededor de 2,11€/kg. Al mismo tiempo, la banana de importación, cuyo precio medio mayorista fue similar al del plátano (0,81€/kg), se trasladó al consumidor a 1,41€/kg. De nuevo, en el alimento ecológico, cuya producción es menor al respetarse los tiempos de la naturaleza, la competencia desleal es aún más insostenible.
¿Y por qué es la alternativa la producción ecológica?. El sector ecológico en España, el único que ofrece productos certificados 100% “bio”, es la alternativa y, pese a todos los problemas descritos, goza de una salud ejemplar. Todo esto se debe a que aprovecha mejor los recursos naturales en una época de escasez por la crisis climática. También porque es menos dañino para el medioambiente al no usar productos químicos tóxicos, y por ello también es bueno para la salud de las personas (representa un ahorro en gasto sanitario, pues los pesticidas y otros añadidos de la agricultura dañan a las personas). Pero también porque se trabaja directamente con los productores -tanto de la región como de otras regiones del país- para intentar eliminar intermediarios que encarezcan los productos, ofreciéndoles una remuneración justa por su trabajo. Una de estas fórmulas, por ejemplo, es Espacio Orgánico, que originariamente se estableció en Alcobendas (Madrid) y a principios de marzo abre nuevo Espacio en Majadahonda.
Espacio Orgánico es una empresa familiar con más de 11 años de trayectoria y el 100% de sus productos están certificados como ecológicos. Ofrece además un mínimo de un 60% de alimentos directamente de sus productores. Y cuenta con secciones de producción propia en temporada y Km 0. Todo ello en 500 metros cuadrados en el centro comercial Equinoccio, con tienda y salas para terapias y conferencias. El motivo de abrir un nuevo Espacio, según su gerente Nacho López, “es cumplir con uno de nuestros propósitos: llevar la alimentación ecológica, la sostenibilidad y la conciencia al mayor número de personas posible”. Además, «la producción ecológica es mejor. Se ha demostrado científicamente que tiene más nutrientes, luego pagamos por lo que en verdad nos ofrecen. Pues bien, la clave para superar la crisis del campo es que el público entienda el enorme poder que tiene al hacer la compra, pues lo que está en juego es el modelo agroalimentario que deseamos».