Club Natación Fénix: Emilio Montero, entrenador

JUANMA CUETO. A muchas familias se les atragantó el turrón la pasada Navidad 2020/21 por una mala noticia al margen de la pandemia. Se informó a los socios y a los usuarios habituales del cierre de la piscina cubierta de “Huerta Vieja”. La liquidación total de la plantilla. A partir de ese momento y, pese a las malas expectativas, un grupo de padres unieron sus fuerzas para crear en tiempo récord el Club Natación Fénix Majadahonda. Se formó una Junta Directiva con el mito del ave Fénix como símbolo de la fundación del nuevo club. Un pájaro mitológico que se consumía por el fuego cada 500 años y luego resurgía de sus cenizas. El objetivo era sacar adelante un nuevo proyecto. Dar continuidad a un modelo de vida. No dejar morir la pasión e ilusiones de los deportistas. Resurgió como el Ave Fénix de las cenizas del CNW Majadahonda, que finalizó su actividad en diciembre de 2020, y hoy en día vuelve a ser el punto de encuentro de una gran familia unida por valores como el respeto, solidaridad, amistad, deportividad, convivencia, diversión, sacrificio, disciplina o compañerismo. Emilio Montero y Diego Maroto son los entrenadores. El alma del club, los encargados de fomentar esos valores. Ayudan en su crecimiento, deportivo y personal, a los niños y niñas que acuden diariamente a las instalaciones.


Juanma Cueto

Emilio es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (INEF) en la Universidad Politécnica de Madrid y ha realizado el curso de entrenador superior de natación por la Real Federación Española de Natación (RFEN). El cierre de Huerta Vieja no le sorprendió: “Se veía venir desde finales de 2019 porque el ambiente en la gestión se había enrarecido muchísimo. Era injusto que 50 chavales no pudieran seguir disfrutando del deporte que les gusta en su municipio, pero nunca doy nada por perdido. El optimismo y el trabajo son fundamentales para que las cosas salgan bien. Se reunieron un grupo de padres y a base de esfuerzo, tiempo e ilusión consiguieron sacar adelante este nuevo proyecto”. Le apasiona la natación y su trabajo: “Para mí lo mejor es recordar las 66 medallas que han conseguido mis nadadores en Campeonatos de Madrid y las 5 conseguidas en Campeonatos de España. Tampoco olvidaré el récord de España de la categoría de uno de ellos y los muchos nadadores que han triunfado conmigo y han acabado, por distintas circunstancias, en otros clubes en los que siguen arrasando. Me encanta echar la vista atrás. Había nadadores que venían simplemente a darse un baño sólo dos días por semana. Ahora, cuando han visto que su esfuerzo en mejorar cada día les ha hecho bajar sus marcas en las competiciones, te piden incluso entrenar los sábados para crecer aún más. En el polo opuesto, no tolero la negatividad. He comprobado que así no se consigue nada en la vida. Se gasta más esfuerzo en pensar que no vas a ser capaz de hacer algo, que en aprender a hacerlo. En la educación hay que andar siempre con pies de plomo. Soy muy bromista, pero la experiencia me dice que hay que medir muchísimo cada palabra que decimos y como la decimos”.

Comenzó a nadar desde muy pequeñito y a los siete años ya estaba federado: “Doy clases porque esta profesión me llena. Me siento muy orgulloso de los buenos nadadores, de los que mejoran su técnica constantemente, de los que generan buen ambiente en el grupo, de los que llevan desde el principio conmigo y de los que vuelven porque echan de menos el agua. Me decidí por Majadahonda porque era un proyecto que empezaba de cero. Yo iba a ser el encargado de darle un rumbo. Recuerdo los primeros años cuando quedábamos de los últimos en todas las competiciones. Les decía que acabarían ganando muchas medallas. Me miraban como si estuviera loco. Al final se lo acabaron creyendo y gracias a su esfuerzo lo consiguieron. Es el poder de la mente”. Le gusta mucho el baloncesto, el pádel, cantar, escuchar música, leer, los videojuegos, el cine, la naturaleza, viajar y compartir buenos momentos con su familia y amigos. Es un fenómeno de las matemáticas y la física. Ejerce de “profe” impartiendo clases particulares.


Club Natación Fénix: Diego Maroto, entrenador

Diego es especialista en sacar lo mejor de cada persona. Nació en Majadahonda y el propio Emilio le inculcó su amor a este deporte. Reconoce que lo pasó mal cuando las instalaciones de Huerta Vieja cerraron temporalmente. “Me dio mucha pena por la mala gestión y por la falta de información que tuvimos desde dentro. Lo viví con tristeza, pero siempre he sido muy optimista porque sabía que los padres de los nadadores y los que forman parte de la Junta Directiva iban a hacer cualquier cosa para volver lo antes posible”. Majadahonda es su casa. El lugar perfecto para seguir trabajando en esta nueva etapa tan ilusionante. “Soy de Majadahonda. Me encanta vivir aquí. Hay mucha vida. Es un sitio precioso. El día de mañana me gustaría formar una familia en esta ciudad”. Transmite carisma, amabilidad, simpatía, entrega y buen rollo. Un chico entrañable que se ha ganado a todos los alumnos por su cercanía y personalidad. Ha realizado el Grado Superior de Actividades Físico Deportivas. “Empecé a nadar desde los cuatro años. He participado en campeonatos de Madrid y me habría hecho mucha ilusión llegar a la élite de la natación. Lo mío es totalmente vocacional. Siempre quise ser entrenador. Me metí como monitor y socorrista en Huerta Vieja y sólo veo cosas buenas. Mi trabajo es mi pasión. Es muy bonito ver como los chavales van evolucionando poco a poco en todas las facetas. No llevo ni dos años como entrenador, pero es muy gratificante verles felices. Ese es el objetivo principal”. Reconoce que el fútbol no es lo suyo, pero sí correr cuando tiene tiempo. Se considera una persona muy sociable y tranquila. Le gusta conocer gente, disfrutar del día a día, salir con sus amigos y dibujar. “No pido mucho a la vida. No soy ambicioso”. Inteligencia, capacidad, ilusión y buena preparación. Son las señas de identidad de Emilio y Diego. Personalidades distintas unidas por un mismo sentimiento: el CN Fénix Majadahonda. Dos fuera de serie. ¡Vaya cracks!

Majadahonda Magazin