Ha sido sin duda una de las protagonistas de los plenos en esta legislatura, pero la «montaña rusa» en que ha convertido su vida política a nivel municipal e interno ha acabado por pasarle factura a 1 año de las elecciones. Irene Salcedo, la concejala de Somos que nunca quiso integrarse en Podemos Majadahonda, sacaba de quicio a algunos ediles en los plenos con su risa nerviosa y sus discursos en los que alude a sus adversarios en femenino. Pero además ha sido cuestionada socialmente a nivel interno: el Círculo Feminista ya no contó con ella para protagonizar la huelga convocada en Majadahonda y al atril con megáfono y pancarta se subió en cambio Lola Sánchez, la dirigente de IU. Las fotografías oficiales de la última convocatoria difundidas por este Círculo tampoco recogen su presencia. Y todo ello le ha llevado a «confesar» recientemente a una alta autoridad eclesiástica de la ciudad que no repetiría en la próxima legislatura. La declaración se produjo en un encuentro informal, que ha sido confirmado, aunque ella ahora lo matiza, según fuentes próximas a la edil: «echa de menos su trabajo” y «quiere continuar con su profesión» porque «su trayectoria política tiene fecha de caducidad». Y ahora está estudiando un máster de posgrado de políticas publicas en materias de género «que le puede valer para su trabajo como concejala así como en su profesión fuera de la corporación».


Alberto Moreno e Irene Salcedo

El encuentro entre la concejala y esta autoridad eclesiástica se produjo tan solo unos días antes de que Irene Salcedo se abonara al «pacto de silencio» de los principales partidos políticos según el cual en el debate sobre la homofobia en Majadahonda que tuvo lugar en el pleno la mayoría de los portavoces se puso de acuerdo para no mencionar la obra de teatro homófoba que interpretaron los 2 concejales de Ciudadanos (Cs), Antonio Rodríguez y David Ayuso. Se trataba de «taparse» mutuamente las vergüenzas y muy al contrario, Salcedo entonó una sucesiva retahila de rimbombantes alabanzas a la formación naranja que dejó anonadados a los que la escuchaban. El pacto se hizo añicos cuando tanto Mercedes Pedreira (Centrista), el grupo Vox y el propio alcalde del PP, Narciso de Foxá, que se ausentó ostensiblemente de la votación, se negaron con sus palabras o gestos a suscribir esta especie de «omertá». Incluso Rubén López, el dirigente gay del Observatorio LGTB y de Arcópoli que intervino en el pleno, no tuvo inconveniente en declarar: “el teatro de los 2 concejales de Cs Majadahonda desagrada, ridiculiza, disgusta, no participaría en cosas de este estilo”.

Irene Salcedo rompió la disciplina de voto y no «tira de la manta» con PP y Cs

La concejala ya protagonizó anteriormente una no menos controvertida ruptura de la disciplina de voto en Somos cuando se desmarcó de su propio grupo y se alineó con PP y Cs para que no decayeran unas ayudas sociales que iban a ser refrendadas en el pleno. Ante las críticas internas y públicas recibidas, desde su entorno culpó a Ciudadanos de la situación porque supuestamente había vinculado su sufragio al suyo, hecho que desmentiría el entonces portavoz Alfonso Reina en una entrevista que se guarda celosamente para la próxima campaña electoral. De hecho, ni siquiera su respaldo hacía falta, ya que la mayoría del pacto de Gobierno era suficiente (PP, Cs y Centrista). Ajena a la aritmética, Irene Salcedo salió con lágrimas en los ojos y dijo públicamente que era el “sapo más grande que había tenido que tragarse en su vida». Tras la escenificación, detrás de ella salieron como una sombra Narciso de Foxá (PP) y Alfonso Reina (Cs) para agradecerle su gesto y reuniéndose los tres a solas en los soportales del Ayuntamiento, momento que captaron las cámaras de MJD Magazin. Y aunque dadas las presiones recibidas solo se publicó una fotografía, la secuencia completa resulta muy llamativa.


Lola Sánchez (IU) con megáfono en la «huelga feminista»

Foxá y Reina consolaron a la cariacontecida concejala, que había llegado a exclamar: “¡En Somos no tenemos disciplina de voto!”. Cuando se descubrió el «pastel», desde su entorno arremetieron entonces contra la prensa «por haber manipulado la noticia» y para justificar su conducta forzó incluso a toda la formación morada a proclamar un veto a este medio de comunicación por haberla publicado, boicot que ha durado 16 meses. Dos años después todo el tinglado se le ha venido abajo y su continuidad no solo está en el aire sino que ha podido ya saltar hasta el cielo, el mismo al que ahora pide «indulgencia», según se deduce de ese gesto que supone confiar sus desvelos políticos al citado religioso de Majadahonda, con el que posee una buena relación personal.

Foto de Coordinadora Feminista: ultimo acto sin Salcedo

En realidad Irene Salcedo nunca fue elegida democráticamente como número 2 de Somos, pues le ganó su compañero Patricio Mackey en las «primarias». Sin embargo, ella advirtió que la «ley cremallera» aprobada en el Congreso de los Diputados sobre proporción de géneros en las candidaturas políticas debía aplicarse 2/1 (la ley nacional en realidad solo exige 3/1) pues en caso contrario no formaría parte de la plancha. Esa nueva aplicación de la ley para que la candidatura se compusiera de hombre-mujer-hombre (o viceversa), en lugar de hombre-hombre-mujer la catapultó al número 2. La Asamblea tragó con el ultimatum tras un fuerte debate interno y por eso ella fue detrás de Alberto Moreno, que también ha anunciado ya que se despide este mes de mayo y se marcha como cónsul a Marsella.

©Coordinadora Feminista

Irene Salcedo también ha sido protagonista en otra ocasión: cuando el grupo municipal de Somos filtró por involuntario error un cuantioso volumen de datos privados en su página web que afectan a casi 5.000 vecinos en sus pagos de IBI e Impuesto de Circulación, además de las nóminas y funciones de 400 funcionarios (la cifra ha subido ya a 600). Aunque aún no se sabe quien tomó la decisión de subir a internet estos datos, quien lo autorizó y quien lo hizo físicamente, horas después de ese viernes negro Irene Salcedo no pudo ocultar su desánimo y se vio a la concejala llorando también en los soportales del Ayuntamiento. Entre gemidos lo único que repetía era una frase: “¡la hemos cagado, la hemos cagado!”. El abanico de responsables era muy reducido porque del grupo solo cobraban 5 personas. En el aire, 600.000 euros de multa a pagar entre todos los dirigentes o los afiliados que sean subsidiarios, ya que es la pena máxima que pide el grupo Vox y el Ayuntamiento, los 2 únicos personados ante la Agencia de Protección de Datos. Fuentes de esta institución aseguraron a MJD Magazin que pronto habrá novedades en este expediente, «que avanza sin prisa pero sin pausa».

Irene Salcedo en el último pleno de abril 2018

La versión oficial de la concejala: «Irene está centrada en el trabajo del Ayuntamiento. Sin duda se puede observar en los plenos que es de los concejales que más trabajan la actividad plenaria. Tiene la ilusión de seguir, pero aún no lo tiene decidido. Ella quiere continuar con su profesión, su trayectoria política tiene fecha de caducidad, pero aún no lo tiene decidido. Se sigue formando con un posgrado de políticas publicas en materias de género que le puede valer para su trabajo como concejala así como en su profesión fuera de la corporación. Así que pese a que echa de menos su trabajo, también le apasiona el municipalismo. Por lo tanto, como el espacio de la candidatura aún es una incertidumbre y aún queda mucho por hacer en el año de legislatura que queda, no se plantea todavía si continuará o no la siguiente legislatura».

Majadahonda Magazin