JORGE RUBIO. A pesar de las copiosas lluvias que han caído sobre Majadahonda su impacto en los embalses de la región ha sido menor del esperado. Al menos eso es lo que reflejan las cifras del embalse de Valmayor del que se nutre la ciudad y el resto de la Zona Oeste de Madrid: pese a las abundantes precipitaciones de marzo no logra recuperarse de la fuerte sequía vivida en 2017. Actualmente este pantano, que fue construido en la época de Carlos III durante el siglo XVIII y es el tercero más grande de la comunidad, se encuentra al 55% de su capacidad. Una cifra casi un 10% menor que la que contenía en estas fechas en 2017. La primera presa madrileña es la de El Atazar, que embalsa al río Lozoya en la cuenca del Tajo y está ubicada en Patones: está al 71%. Y la segunda es el embalse de San Juan desde el río Alberche en San Martín de Valdeiglesias, que está al 79%. La situación de Valmayor resulta todavía más llamativa si se compara con el resto de los embalses similares de la región y más concretamente a los que nutren a esta zona noroeste de la Comunidad de Madrid. Una situación que quedó reflejada con la puesta en marcha de un plan de emergencia que obligó a liberar el agua de al menos 14 de estas instalaciones ante el riesgo de colapso de las mismas.


 La media de la capacidad en la región es del 73,58% según detalla la web Embalses.net  que refleja el fuerte crecimiento del liquido almacenado durante el último mes. Sin embargo, aunque las cifras puedan invitar al optimismo, lo cierto es que la media general sigue encontrándose 10 puntos por debajo del nivel de este mes, comparándola con la que se disponía en 2017, por lo que si la tendencia no se mantiene, la sequía podría volver a ser un problema. El ahorro del agua y evitar el despilfarro público ya no es solo una recomendación sino una necesidad.

 

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