Una de las detenidas presumiendo de su botín

“Aprovechaban circunstancias de consumo de alcohol y drogas para actuar, a sabiendas de que el estado de vigilancia queda mermado”, apunta la Guardia Civil. El método era siempre el mismo: utilizaban “aspavientos y choques fortuitos” para robar los teléfonos móviles y las carteras, que rápidamente entregaban a sus compinches. Operaban durante toda la noche y ocultaban los terminales en bolsas escondidas entre matorrales y arbustos». El periodista Gonzalo Araluce describe en El Español el modus operandi de la banda búlgara de «las cardarashis», que utilizaba a chicas menores de edad que se prestaban a robar en fiestas patronales como las de Majadahonda. Mientras que la banda estuvo en activo logró sustraer «más de mil teléfonos móviles» y otros objetos de valor que posteriormente vendían en Bulgaria para evitar dar pistas a los investigadores. Finalmente, la Guardia Civil consiguió desarticular este entramado criminal deteniendo a un total de 12 hombres y 19 mujeres, once de ellas menores de edad.  Un proceso que no fue nada sencillo ya que ninguna de las chicas hablaba castellano ni portaba documentación alguna, con objeto de dificultar cualquier tipo de identificación, que unido a la minoría de edad, ponía más trabas a los agentes a la hora de investigar.


Debido a esta aparente sensación de impunidad que les otorgaba su postura de total obstrucción a la justicia, los miembros de la banda se vanagloriaban de su “audacia” a través de las redes sociales, donde hacían ostentación de los frutos de sus delitos publicando fotos en las que enseñaban “500, 200 y 100 euros, así como móviles de lujo”. Además de los robos en fiestas patronales como las de Majadahonda, la banda contaba con una red de 9 pisos ‘okupados’ por distintas áreas de la Comunidad de Madrid entre las que se encuentran San Cristóbal de los Ángeles, Carabanchel, Villaverde y Vallecas. Todos estos pisos han sido registrados y desmantelados a finales del mes de octubre. En ellos se encontró parte del botín obtenido durante los meses en los que la red operó por la Comunidad de Madrid. En los registros se encontraron “alrededor de mil teléfonos móviles, tarjetas, carteras, documentación, 2.500 euros que estaban escondidos en una persiana, así como diversas cantidades de dinero en euros y diversas divisas que al cambio se aproximan a los 5.000 euros”.

Fuente: El Español

Fuente: MJD Magazin

Majadahonda Magazin