FELIX G. PEDROCHE. Tengo un conocido que es guarda forestal. Hablamos sobre la deficiente conservación existente en los bosques de la Comunidad de Madrid, y en concreto en Majadahonda. Y de lo denostada que está su profesión habitual de guarda forestal, que comparte con otra actividad de servicios, debido a lo mal remunerada que está, y que su desempeño va por días alternos. Estuvimos comentando sobre la escasez de recursos humanos disponibles, necesarios para la adecuada conservación de espacios forestales, habitualmente esquilmados por el fuego que vienen sufriendo debido a la acumulación de hojarasca y ramaje que soportan.


Félix García Pedroche

Estuvimos abordando una iniciativa basada en retenes formados por cuadrillas de desempleados bajo la supervisión de un guarda forestal que les guiara en las labores de entresaca del bosque y el triturado de estos residuos, otrora empleables como abono natural en su mismo lugar de origen. Todos sabemos de cierto que habitualmente el parado subvencionado emplea su tiempo libre en realizar actividades «en régimen de economía sumergida«, que por no cotizar ni a Hacienda ni a la Seguridad Social, se permiten echar abajo el precio de mercado de los servicios, suponiendo una grave y perniciosa competencia para aquellos trabajadores autónomos que cumplen con los cánones legalmente establecidos. Pues bien, si los desempleados que cobran su subvención rechazaran su aportación laboral cuando el Ayuntamiento les requiriese a través del INEM, sería motivo para su baja automática del pertinente registro de desempleados remunerados. Y «otro gallo cantaría» en lenguaje román paladino. Me resulta envidiable cuando voy a Andorra a hacer senderismo, comprobar como mantienen permanentemente impolutas sus áreas forestales, con cuadrillas permanentes de operarios municipales que van triturando y nutriendo los espacios, sin necesidad de revender el residuo de la madera para otras zonas como está haciendo el Ayuntamiento de Majadahonda.

Majadahonda Magazin