El periodista y escritor grancanario Luis Socorro, que conoce la ciudad de Majadahonda, ha sacado a la luz su tercera publicación literaria titulada «Astrónomos del pasado». Tras su paso por varias series de TV en «Discovery», el canal de la cadena DMAX, concede una entrevista a MJD Magazin donde revela como escribió su libro y valora los yacimientos arqueológicos del Oeste de Madrid y los más cercanos en Castilla la Mancha

SILVIA ANULA. El periodista y escritor grancanario Luis Socorro, que conoce la ciudad de Majadahonda (Madrid) por sus visitas profesionales y privadas y su estancia en casas de amigos, ha sacado a la luz su tercera publicación literaria titulada «Astrónomos del pasado«. Es por ello que, con motivo de su nuevo libro, pasó por MJD Magazín para conceder una entrevista en exclusiva y desvelarnos todos los entresijos acerca de su nuevo e interesante trabajo: «Astrónomos del pasado». Por eso le preguntamos por la que creemos única conexión de la ciudad con la arqueología: en Majadahonda se encontró hace años un sarcófago visigodo. ¿Se puede considerar la única arqueología de Majadahonda este hallazgo? Y Luis Socorro responde: «La investigación arqueológica es la que debe responder a esta cuestión. Lo cierto es que el hallazgo de este sarcófago visigodo debería de propiciar prospecciones y excavaciones para contextualizar este hallazgo y amplificar su valor en la historia del municipio. No podemos olvidar que los dos grandes asentamientos de la cultura visigoda en la Península Ibérica están relativamente cerca de Majadahonda: Toledo y Recópolis, en La Alcarria». A continuación, la entrevista completa.

Silvia Anula

PREGUNTA: ¿Conoce Majadahonda? ¿Qué le parece lo mejor y lo menos bueno de esta ciudad LUIS SOCORRO: La calidad de vida que se respira en el municipio y la posibilidad de disfrutar de las ventajas culturales de una capital vibrante como es Madrid, pero sin el estrés y el frenesí de una gran ciudad, son sus grandes activos. ¿Lo menos bueno? Como no he residido de manera permanente en la ciudad, solo de vacaciones en casa de amigos o en visitas profesionales, sería aventurado por mi parte señalar algún aspecto negativo. Y de hecho, jamás observé nada negativo. P: ¿Podría comentarnos algo del yacimiento arqueológico de Hoyo de Manzanares en el Oeste de Madrid? L. S: No he visitado el enclave de La Cabilda y, en consecuencia, no puedo opinar. En mi próxima viaje a la Comunidad, visitaré este enclave. En mi anterior visita, estuve en los yacimientos romanos de Alcalá de Henares.

Portada del libro de Luis Socorro «Astrónomos del pasado»

«EL TIEMPO ES EL PRINCIPAL ENEMIGO DE LOS PERIODISTAS». P: Seguro que conoce el museo arqueológico de Madrid, ¿Qué te parece? L. S: El Museo Arqueológico Nacional es una referencia. Para conocer la historia de la génesis de España y, sobre todo, de la cultura ibérica… He estado en varias ocasiones y destaco, además de la colección permanente y el amplio programada de actividades que impulsa. P: El título de su libro, «Astrónomos del pasado», es muy llamativo. ¿Qué es lo más complicado al estudiar una cultura como la canaria? ¿Qué es lo que resultó clave para poder entender todo ese conocimiento? L. S: El tiempo es el principal enemigo de los periodistas, una inmediatez que propicia errores. En mi caso, ha sido un aliado porque en los últimos 6 años ha tenido tiempo suficiente para cocinar a fuego lento las 2 investigaciones sobre el legado de los indígenas de Canarias que he realizado; la primera, «Amaziges de Canarias, historia de una cultura», aporta las claves del poblamiento del Archipiélago, la evolución de la sociedad desde los primeros siglos de la era, cuando se produce la primera colonización procedente del norte de África, hasta la conquistan a lo largo del siglo XV. En Astrónomos del pasado, que me ha permitido volver a visitar las siete islas, recorrer los yacimientos de factura astronómica y estudiar las investigaciones realizadas por Juan Belmonte y César Esteban, dos científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y pioneros de la astronomía cultura en España, también he tenido mucho tiempo y el apoyo logístico de dos periódicos –Canarias Ahora y elDiario.es- en los que he publicado los reportajes que se han convertido en libros. En consecuencia, no me ha resultado complicado estudiar la prehistoria canaria. ¿La clave para entender ese conocimiento? De nuevo el tiempo porque me ha permitido entrevistar a cerca de 60 profesionales de la comunidad académica de las islas, leer una treintena de tesis doctorales y visitar cerca de un centenar de yacimientos arqueológicos. Un lujo para un reportero.

«Soy periodista y necesito contrastar hasta el último detalle –otra de las ventajas de tener tiempo para investigar- y ajustar todos los cabos»

«MÁS QUE DE ESPIRITUALIDAD, HABLAMOS DE COSMOVISIÓN». P: En el libro, ¿cuál es el ejemplo más llamativo que habla acerca de cómo una observación celeste (estrellas, sol, luna…) se convirtió en costumbre o creencia? L. S: Las creencias de los guanches estaban directamente vinculadas al cielo, de día y de noche. El observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, es el conjunto de telescopios más importante de Europa y del mundo junto al de Hawaii. Pues bien, hace 1.000 o 1.200 años, los antiguos palmeros, los benahoaritas, descubrieron que durante los días del solsticio de invierno el sol salía justo por la cima del Roque (la altura máxima de la isla con 2.426 metros) y los primeros rayos iluminaban un punto; ahí, construyeron un estructura circular de piedras hincadas y en su interior amontonaron lajas. Es el yacimiento de Las Lajitas, a solo 200 metros del Grantecan, el mayor telescopio del observatorio. O sea, los antiguos ya oteaban el cielo muchos siglos antes de que llegaron los astrofísicos. Estos marcadores permitían a los indígenas controlar el tiempo y hacer sus calendarios. Hay muchos ejemplos. De noche, en una determinada época del año, una estrella iluminaba el cielo antes del amanecer. Era la señal de que se acercaba la temporada de lluvias. Esa estrella es Venus. De esa observación nace la expresión “el lucero del alba”.

«El tiempo es el principal enemigo de los periodistas, una inmediatez que propicia errores»

P: Su obra no solo habla de ciencia, sino también de espiritualidad. ¿Cómo se aborda en el libro esa relación entre la observación astronómica y el desarrollo de mitos y rituales? L. S: Más que de espiritualidad, hablamos de cosmovisión. Soy periodista y necesito contrastar hasta el último detalle –otra de las ventajas de tener tiempo para investigar- y ajustar todos los cabos. Huyo de las especulaciones. Pienso que para los antiguos, de todas las culturas prehistóricas no solo de la canaria, cuando miraban al cielo no pensaban en mitos sino en cómo entender o interpretar el celaje para organizar su vida diaria. Respecto a los rituales, sin duda que los tenían. De hecho, en varios yacimientos se han encontrado restos de combustión, con huesos calcinados de animales domésticos que eran sacrificados. La religión de estas culturas eran de carácter animista, es decir, directamente vinculada a creencias de que objetos inanimados, como una montaña, los fenómenos naturales o los animales, tenían alma.

«Hace mil años, esta gente carecía de móviles, GPS o telescopios para escudriñar el cielo. Y volvemos al tiempo, que a ellos les sobraba. Eran pastores y agricultores. Su vida era al aire libre y la observación les partió a asociar los fenómenos meteorológicos, como las épocas de lluvia, de calor o de viento, con determinados movimientos del sol o de algunas estrellas»

«MIS TRABAJOS SE BASAN EN LOS HECHOS». P: El libro «Astrónomos del pasado» pone en valor un gran conocimiento ancestral. ¿Qué mensaje le transmitiría a los lectores de hoy en día? L. S: El privilegio de la observación y la reflexión posterior. Hace mil años, esta gente carecía de móviles, GPS o telescopios para escudriñar el cielo. Y volvemos al tiempo, que a ellos les sobraba. Eran pastores y agricultores. Su vida era al aire libre y la observación les partió a asociar los fenómenos meteorológicos, como las épocas de lluvia, de calor o de viento, con determinados movimientos del sol o de algunas estrellas. De esa manera, descubren los solsticios y los equinoccios y su relación con determinados hitos geográficos, principalmente montañas. Al vincular las puestas y las salidas del sol con las cimas de determinadas montañas, por ejemplo, pudieron medir el tiempo y clasificarlo, y de esta manera idearon los ciclos agrícolas para determinar cuando sembrar.

«Los 2 grandes asentamientos de la cultura visigoda en la Península Ibérica están relativamente cerca de Majadahonda: Toledo y Recópolis en La Alcarria».

P: A la hora de escribir el libro, ¿Hubo algún concepto o alguna teoría que tuvo que descartar? L. S: Afortunadamente ninguna, por una simple cuestión: mis trabajos se basan en los hechos; a partir de ellos, de las investigaciones de los científicos y de la constatación de sus teorías en los yacimientos arqueológicos, armo mis reportajes. Hay que tener en cuenta que mis principales fuentes han sido científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), pero también dos ingenieros con profundos conocimientos de astronomía. Son profesionales metódicos, que indagan con sofisticada instrumentación y al publicar en revistas especializadas no dejan cabos sueltos, y si hay aspectos que no tienen comprobados al cien por cien lo manifiestan. «Astrónomos del pasado, la arqueoastronomía de Canarias» es un viaje de 11 meses por las 7 islas del Archipiélago; hice 3 reportajes por cada isla y ahora los hemos publicado en formato libro, contextualizando los adverbios del tiempo y actualizando o ajustando algunos datos.

«La verdad es que he tenido mucha suerte porque las previsiones iniciales se fueron superando. Mi método de trabajo genera confianza en mis fuentes, ya que primero me documento, luego entrevisto a los científicos, redacto y antes de publicar le pasaba los textos a los profesionales por si había cometido algún error o si las fuentes quisieran matizar alguna palabra, ya que no es lo mismo el lenguaje verbal que el escrito»

«MI MÉTODO DE TRABAJO GENERA CONFIANZA EN MIS FUENTES». P: ¿Qué ideas acerca de la relación de los antiguos canarios con el universo no pudo incluir o desarrollar en su libro como le hubiese gustado? ¿Cuáles de esos temas le gustaría tratar en un futuro? L. S: La verdad es que he tenido mucha suerte porque las previsiones iniciales se fueron superando. Mi método de trabajo genera confianza en mis fuentes, ya que primero me documento, luego entrevisto a los científicos, redacto y antes de publicar le pasaba los textos a los profesionales por si había cometido algún error o si las fuentes quisieran matizar alguna palabra, ya que no es lo mismo el lenguaje verbal que el escrito. Siempre grabo mis entrevistas para evitar malas interpretaciones. Entonces, iba publicando los reportajes, una trilogía por casa isla, y las fuentes iban viendo el resultado; al gustarles, confían en uno y cada vez se implicaban más y me dedicaban mucho más tiempo. Estoy muy agradecido a muchos profesionales, pero sobre todos a Juan Antonio Belmonte y César Esteban, que incluso han prologado el libro.

Majadahonda Magazin