Cristina Cerezales Laforet con su hermano, el ilustrador de cuentos, Manuel Cerezales Laforet, que falleció en junio de 2020

ELENA MARTICORENA. En esta segunda parte de la entrevista concedida por Cristina Cerezales Laforet a MJD Magazin, la escritora de Majadahonda relata cómo el Camino de Santiago fue su fuente de inspiración para tres de sus novelas: “Por el camino de las grullas” (2006), Por tierras del Silencio (2020) y “Hacia el fin de la tierra”(2021). «Cuando hice el camino por primera vez, yo buscaba algo que no se me revelaba enteramente. Vivía el esfuerzo y la culminación de ese esfuerzo al final de cada etapa, vivía la amistad con el grupo familiar con el que caminaba, vivía con emoción los encuentros con otros peregrinos hasta entonces desconocidos. Pero me faltaba algo, ese encuentro profundo conmigo misma. Por eso al final salí sola al Camino. Lo recorrí desde Roncesvalles hasta Finisterre, 34 días caminando.


Elena Marticorena

No resultó más importante este camino que los anteriores. Me sirvió para darme cuenta de que uno no es más en solitario. Esa experiencia que yo andaba buscando la estaba acumulando en las distintas experiencias. Cada etapa sumaba por un motivo o por otro. Me parecieron muy importantes los encuentros familiares que había propiciado el Camino y el esfuerzo en común. Y también los encuentros con gente de la que no sabía nada hasta el momento en que nos cruzábamos en el Camino y que en pocas etapas habían vertido su esencia a través de la motivación que los había puesto en marcha. Mientras caminabas y conversabas en profundidad con esa persona desconocida, sabías que, quizás, por un cambio de ritmo en la marcha, dejarías de coincidir en el Camino y no volverías a verla nunca más. Y esa es una característica de mi Camino: recoger y saber soltar. Por eso, al conjunto de la trilogía lo titulé “Encuentros en el Camino de Santiago”.


Carmen Laforet y Manuel Cerezales con sus 5 hijos

Tus novelas “Por el camino de las grullas” (2006) y “Música blanca” (2009) has vuelto a publicarse en 2019 y 2022 respectivamente. ¿A qué se ha debido este hecho?“Por el camino de las grullas” era una novela independiente que discurría en un tramo del Camino, pero que no era el Camino ni llegaba hasta Santiago. De hecho, termina en un pueblo de Palencia, lo que quería en esta novela era aprovechar el marco coral que brinda el Camino de Santiago. Cuando años más tarde me propusieron que siguiera con el Camino hasta Santiago, me di cuenta de que “Por tierras del Silencio”, que venía a continuación, se adaptaba perfectamente a mi momento. El Silencio es un río de León y León, especialmente el Bierzo, es una tierra que conozco bien y que quiero. Y después viene Galicia hasta Finisterre, unos tramos que yo viví con una intensidad especial que traslado a mis personajes. Y para que fuera el Camino completo se reeditó “Por el camino de las grullas”. La nueva edición de “Música blanca” se hizo para hacerla coincidir con el centenario de mi madre.

El cuadro de Carmen Laforet ya cuelga de la galería del Ateneo de Madrid. Debajo, su hijo Agustín Cerezales Laforet

Pronto se cumplirá un año de la presencia del cuadro de tu madre, Carmen Laforet, en la Galería de Retratos del Ateneo. ¿Cómo viviste este momento? –Me pareció un momento muy importante porque era escandaloso que en esa galería de literatos ilustres estuvieran representados 186 hombres, muchos de ellos desconocidos en este momento, y una única mujer, Emilia Pardo Bazán, que fue la primera socia mujer del Ateneo. Por eso, y porque fuera mi madre, que estudió y escribió en el Ateneo, la que ocupaba el segundo lugar en ese recinto, me emocionó especialmente. Recientemente han dado espacio también al retrato de Clara Campoamor, y esperemos que pronto sigan los retratos de otras muchas mujeres ilustres y olvidadas.

Majadahonda Magazin