Motivaciones y barreras en la inversión en activos criptográficos
La oferta de criptomonedas es diversa, con proyectos que brindan soluciones innovadoras y que se adaptan a distintos perfiles de inversores. Por ejemplo, las stablecoins ofrecen una alternativa de precio más estable, mientras que las memecoins cuentan con comunidades muy activas en redes sociales y tienen mucho impacto cultural y social. Y, por supuesto, las shitcoins, que son criptomonedas con poca o ninguna utilidad real, sin desarrolladores reconocidos y sin objetivos claros. Este tipo de activos a menudo es volátil y puede ver incrementos de precio repentinos y significativos (fuente: https://www.techopedia.com/es/criptomonedas/shitcoins).
El estudio de Imop, detallado en los «Papeles de Economía Española» de Funcas, muestra que, aunque solo el 5% de los españoles posee algún tipo de criptomoneda —un número cercano al 6,8% reportado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)—, otras criptomonedas como Cardano y Ethereum también son populares, con el 25% y el 24% de los criptousuarios, respectivamente. Aunque menos prevalentes, criptomonedas como Solana, Polkadot y Dogecoin mantienen una participación importante en el mercado, cada una con menos del 10% de los usuarios.
La encuesta, que contó con la participación de 2.121 residentes españoles de entre 18 y 70 años, sugiere que el perfil típico de un inversor en criptomonedas es mayoritariamente masculino, joven, con ingresos elevados y residente en áreas urbanas. El 79,5% de los usuarios indica la búsqueda de ganancias financieras como la principal razón para comprar monedas digitales, un interés potenciado por las bajas tasas de interés, donde los activos criptográficos ofrecen una alternativa más rentable.
Sin embargo, el estudio también destaca la limitación de estos activos como método de pago, ya que solo el 0,6% de los encuestados utiliza criptomonedas para transacciones en comercio electrónico. Aunque hay una creciente integración de criptomonedas en sistemas de pago de eCommerce, su aceptación como método de pago habitual es aún baja debido a la volatilidad de su valor y la falta de regulación fiscal clara en muchos países. Además, las plataformas de comercio electrónico que aceptan criptomonedas se enfrentan a desafíos como la protección de la identidad del cliente y la seguridad de las transacciones.
Impacto económico y el futuro de las criptomonedas en España
Funcas también analiza el impacto de las tasas de interés en el mercado de activos criptográficos. Se observó que hasta el verano de 2020, el mercado se mantuvo relativamente estable, pero con el avance de la pandemia de Covid-19 y las incertidumbres económicas asociadas, comenzó a experimentarse un crecimiento acelerado y volátil.
En el año 2021, la capitalización total de los mercados de criptoactivos se duplicó, alcanzando los 2,7 billones de dólares en noviembre, impulsada por una creciente adopción institucional del Bitcoin como reserva de valor. Por otro lado, la recuperación esperada en 2023 no se materializó, y el mercado experimentó una caída del 12% durante el verano, en gran medida debido a las políticas de aumento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, favoreciendo inversiones en activos más seguros y tradicionales.
El Banco de España ha documentado cómo las fluctuaciones en las tasas de interés han afectado directamente la inversión y la valoración de los criptoactivos. Además, la inestabilidad y las expectativas de inflación moderada en España, como se refleja en las previsiones del Fondo Monetario Internacional, han contribuido a este fenómeno, indicando un ambiente de baja inflación pero con potencial de crecimiento volátil.
Además, con la entrada en vigor del Reglamento del Mercado de Criptoactivos (MiCA), habrá muchos cambios. Por ejemplo, plataformas como Binance comenzarán a restringir el uso de stablecoins no reguladas, permitiendo solo la operación con aquellas aprobadas por autoridades competentes. Esta regulación busca aportar mayor seguridad y transparencia al mercado de stablecoins.
