La escritora, Estefanía Igartua, se muestra sonriente tras la publicación de su libro «Romper el silencio»

ELENA MARTICORENA. En esta segunda y última parte de la presentación y entrevista a Estefanía Igartua, autora del libro «Romper el silencio. Cómo supere los abusos sexuales en la infancia», la escritora revela en Majadahonda los momentos más complicados por los que ha tenido que pasar hasta superar el infierno que vivió. «Ha sido un proceso muy largo y muy duro. Cuando empecé a escribir mis memorias lo hice para mí, para encajar las partes disociadas. Y cuando me vi con la fortaleza de perdonar a mi agresor, que es mi padre, decidí volver sobre las palabras que había escrito y darlas forma de libro. Lo hice durante la pandemia y supuso volver al pasado y revivir el sufrimiento, pero conseguí terminarlo y publicarlo» explica Estefanía Igartua. Las relaciones de maltrato hay que trabajarlas, porque de no ser así las víctimas terminan tomando dos caminos: repetir el mismo patrón de maltratar o rechazarlo. Y en ese 50 % el padre de Estefanía opto por repetir el mismo patrón que anteriormente recibiera de su padre. Estefanía, por el contrario, se reveló y ahora lucha por erradicar los abusos sexuales en la infancia.


Elena Marticorena

«Hay que hacerse responsable de tu propia vida. Llegué a sentir pena por mi padre al saber que también había sido un niño maltratado. Le perdoné, pero no significa que comprenda que actuara conmigo como anteriormente su padre hiciera con él», añade la autora. «Me hace muchísima ilusión cuando leo a personas que me escriben a través de las redes sociales y que me cuentan que a raíz de leer mi libro se han atrevido a hablar de lo que les ha sucedido o incluso a denunciar a su agresor. Pero yo quiero crear una asociación para llegar más lejos y para que los niños y adolescentes que sufren abusos tengan donde acudir, donde refugiarse. A mí me hubiera encantado, con 14 años, haber tenido a alguien de 30 o 40 años que me hubiera dicho que se podía salir adelante. Por eso creo que es un tema que tiene que tratarse en los colegios, en los libros, series, películas… Además, el suicidio es una de las principales causas de muerte en España y los abusos su principal razón». Estefanía Igartua, como muchos de los niños que sufren abusos sexuales en la infancia, tuvo ideas suicidas. La suerte quiso que no llegaran a puerto y que gracias a la terapia y la medicación hoy no las tenga. Desde hace un año, como ella misma declara, se considera una persona feliz.


Portada del libro de Estefanía Igartua

¿Qué es lo que te permitía sustraerte de la durísima realidad que vivías en tu casa? – La lectura y la escritura me permitieron evadirme en los momentos más duros. Siempre viajaba a mundos fantásticos y trataba de olvidarme de la realidad que tenía en casa. Además, cuando eres una niña o incluso adolescente, estás en un proceso de negación constante. No quieres seguir aguantando pero no quieres hacer daño a tu familia. Además, piensas que lo que te pasa a ti es «lo normal» porque no conoces otra cosa, y aunque intuyes que algo no va bien porque sufres constantemente, no eres capaz de dar un paso adelante. Estudiar la carrera de Psicología, y ahora el Máster, mis amigos y todas las personas que me he encontrado en el camino después de dejar mi casa, me han ayudado a seguir adelante. Sigo recibiendo terapia y tengo una medicación pautada pero creo que con todo lo que he pasado era necesario. No hay que tener miedo a decir que estás recibiendo ayuda, del tipo que sea, psicológica, de psicofármacos o de ambas. ¿Cuándo decidiste enfrentarte a los abusos y que supuso para ti? – Vivía un maltrato físico y psicológico constante, se lo conté a mi hermano mayor y a una amiga y un día me harté y decidí ir a denunciarlo. Pensé que tenía que hacer algo o que si no mi padre me iba a matar o yo a él. No podía soportar estar en casa ni un día más. Tuve que dejar mi casa y trasladarme a un centro de menores hasta los 18 años. Allí empecé a vivir, a conocer nuevas personas que me ayudaron y que me apoyaron hasta que se resolvió el juicio. Denuncié con 15 años y el juicio salió 5 años después. 

La autora quiere crear una Asociación de Víctimas de ASI para ofrecer terapias individuales y grupales

¿Y la experiencia en la residencia de menores? – A pesar de lo que parece desde fuera, en el centro me devolvieron la mirada positiva de lo que podía llegar a lograr. Me ayudaron durante tres años y es algo que agradezco a la Comunidad de Madrid. Sin embargo, creo que habría que hacer un seguimiento de los chicos que con 18 años salen de allí. Muchos pueden volver a sus casas, pero los que no, es difícil que no acaben en una banda, delinquiendo o en la prostitución. Yo tuve suerte, conseguí encontrar trabajo para poder pagarme una habitación. Poco a poco pude ir estudiando y por el camino encontré gente que me ayudó cuando no tenía donde ir. También pienso que además de ofrecer refugio, habría que ofrecer más terapia e indemnizaciones a las víctimas de ASI, para que puedan seguir invirtiendo dinero en ayuda psicológica. ¿Tienes algún nuevo proyecto a la vista? – Tengo escrito un nuevo libro que espero salga en uno o dos meses que se llama «Cómo criar a un psicópata». El argumento es precisamente descubrir de qué depende que nazca un maltratador, del niño, de sus circunstancias, del componente genético o de la mezcla de todo lo anterior. Y después el desarrollo que he comentado antes, cuando un niño sufre abusos puede rechazarlos en un futuro o repetir ese patrón de conducta. La decisión la tienes que tomar tú y ser responsable de ella. Lea la primera parte de la entrevista aquí.

Majadahonda Magazin