LIDIA GARCIA. «Leandro trataba mal a las mujeres. Su penúltima novia, Belén, una joven de Majadahonda (Madrid), le denunció en enero de 2018 por violencia de género. Un juez vio peligro real y le concedió una orden de alejamiento. Al juicio por las agresiones no le quedaba mucho para celebrarse. En ese momento, Celia (otra ex novia) decide escribirla. El relato que sigue es el testimonio de la joven». El periodista de sucesos, Nacho Abad, ha escrito en «El Confidencial» los detalles de como murió Belén, la joven majariega que tuvo la mala fortuna de conocer a «Lea«, un joven colombiano de 26 años, tatuador y «okupa» en Valdemoro. Aunque había nacido en Majadahonda, Belén vivía en Valdemoro con sus padres. Tenía 18 años y estudiaba en el colegio de la benemérita porque sus progenitores eran guardias civiles . Su fatal destino le llevó a acudir a visitar a su asesino a su casa «okupada» desde 2014 porque antes le había hecho un tatuaje. Y el relato que realiza «El Cierre Digital» es escalofriante: «El chalé era un adosado en la calle Francia de Valdemoro que un banco había embargado a su propietaria al no haber podido pagar la hipoteca«. En este domicilio, ya instalado, el asesino «realizaba tatuajes y, según algunos testigos, posiblemente algún trapicheo de drogas, ya que muchos contemplaban un continuo entrar y salir de gente en su casa. Tras haber sido delatado por su ex novia, los agentes corrieron hacia el lugar» y sorprendieron al asesino «empujando un carrito hacia un contenedor. En él trasladaba parte de los restos de la joven descuartizada, entre los que se encontraron el cráneo ensangrentado de la víctima». Cubierto de sangre, el asesino «no opuso resistencia a la detención».


Leandro flirteaba con grupos neonazis

EL DESCUARTIZADOR DE VALDEMORO: «Leandro (26 años), conocido como Lea, quien llegó de niño a España desde Colombia, podría padecer algún tipo de enfermedad mental, esquizofrenia se apunta, pero no estaría siendo tratada. Según algunos vecinos y compañeros, ya durante su época en el instituto de Valdemoro demostraba una personalidad conflictiva y exhibía su afinidad con la ideología nazi. También podría tener antecedentes por violencia de género. Contaba con numerosas detenciones por haber participado en diferentes reyertas. Además, es conocido por la Policía Nacional debido a las peleas que ha protagonizado. Una de las peores ocurrió en el mes de agosto de 2014, cuando apuñaló a un joven tras una disputa. También parecía ser una persona conflictiva ya desde sus años de instituto. Es además un fanático autoproclamado tanto del payaso de la película ‘It’ como de Hannibal Lecter».

Entrenaba en el Gimnasio de «Oslo», el actor de «La casa de papel»

«Nunca saludaba por la calle, intentaba pasar desapercibido. También en el gimnasio al que acudía a esculpir sus músculos varios días por semana. Adicto al ejercicio físico, entrenaba con Roberto García Ruiz, el actor que daba vida a «Oslo» en la serie mundialmente conocida ‘La casa de papel” y propietario de un gimnasio en Valdemoro llamado “Máximo esfuerzo”. Se ha comprobado que reunía a algunos jóvenes de vez en cuando en su casa para realizar ritos de brujería y similares. Poseía un perro de raza pitbull. Los investigadores sospechan de la participación en el crimen de otra persona, a la que se busca ahora. Leo no dudaba en confesar sus oscuras aficiones y relataba sus experiencias con el sadomasoquismo. «Sí solía salir con muchas mujeres porque estaba obsesionado con encontrar a su chica ideal, él creía que estaba por encima de ellas y se frustraba mucho porque al final, con su actitud, todas terminaban dejándole porque le tenían miedo». (El Cierre Digital).


Aquí encontraron el cuerpo de la majariega Belén

LA VICTIMA DE MAJADAHONDA: «La víctima, una joven de apenas 18 años, vivía en Valdemoro con sus padres, ambos guardias civiles. La chica salió el martes 8 de octubre y su desaparición fue denunciada el jueves 10. Una semana antes de haber sido descubierto el asesinato. Se investiga ahora qué relación podría tener con su supuesto asesino pero podrían haber mantenido alguna relación, ya que se les había visto juntos en varias ocasiones. Algunos testigos habrían visto a la joven asesinada sentada en su puerta en alguna ocasión y otros incluso, creen que la joven acudió en principio a hacerse algún tatuaje y entabló amistad con el descuartizador. El descuartizador de Valdemoro había tenido un comportamiento violento con otras ex parejas. «Odiaba a las mujeres porque no le gustaba cómo le trataban», confesó Celia, su otra ex pareja, en prisión por cómplice del asesinato y «okupa» como él. Ella lo abandonó tiempo después, aunque siguieron manteniendo contacto. De aquella época recuerda: «No era bueno compartiendo casa con alguien, solía salir mucho para estar solo porque siempre estaba a la defensiva. Creía que todo el mundo estaba en su contra».(La Razón)

Leandro odiaba a Belén por haberle dejado

LA DETENCION. Cuando la majariega Belén recibió un mensaje de Celia, una joven española de 26 años, la chica le confesó que era la última novia del «descuartizador de Valdemoro», se interesó por ella y le preguntó por los detalles de la agresión que había sufrido por parte de él. «Las dos chicas se intercambiaron mensajes y se hicieron confidencias. Celia le contó que la había agredido sexualmente y Belén que Leonardo, a pesar de la orden de alejamiento, la había estado siguiendo y acechando. Le tenía pánico«, cuenta El Confidencial. Y añade que Celia, con algún problema mental diagnosticado, acudió «por curiosidad» a la casa okupada de Lea «pero en su interior creció un nuevo terror: si el descuartizador se enteraba de que había hablado con Belén, seguro que la mataba. Leandro odiaba a Belén hasta el paroxismo y era capaz de cualquier cosa».

El descuartizador era un obseso del ejercicio físico en el gimnasio

«El miércoles por la mañana, Leandro llama a Celia con la excusa de que quiere hablar con ella después de que le hubiese dejado. Quiere intentar recuperarla. Ella acepta verle. Él coge su moto y acude al trabajo de ella. En realidad, no quiere hablar, simplemente la necesita. Leonardo no conduce pero necesita comprar una pala, un carrito para llevar los trozos, sacos de plástico, ropa impermeable, lejía… En la moto, no puede cargar todo eso. La convence para que le lleve de tienda en tienda. En el coche, el tatuador le confiesa que ha matado a una joven y que necesita todos esos materiales para descuartizarla y deshacerse de los restos. Celia no sabe qué pensar. Llega a creerse que la está poniendo a prueba, que se ha enterado de los mensajes con Belén. Sonríe y se deja ir. Como si no pasase nada. Él le dice que no se ponga nerviosa y que, si no colabora, ella va a acabar igual», señala la noticia.

Y concluye: «Al llegar a la casa, Celia observa algo de sangre. La joven explica a los investigadores que piensa que es pintura y que no se quiere creer que se ha producido un crimen. Él le ordena ponerse a limpiar y se va al sótano. Desde allí le grita: «Baja, que aquí tengo el cadáver». Ella se niega, piensa que si baja ella será la asesinada. Permanece durante dos horas en el chalé, ella alega que en estado de ‘shock’. En ese tiempo es cuando descubre una parte del cuerpo en la barbacoa. Piensa que debe hacerle una foto. Si no, quizá la Guardia Civil no la crea. Leonardo sigue gritándole que baje, que necesita ayuda. Decide poner pies en polvorosa. Se monta en el coche y acude a ver a otro exnovio. Necesita su apoyo, porque sin su ayuda no se atreve. Él se queda asustado y convienen en que hay que advertir a la Guardia Civil. La lleva al cuartel y es allí donde lo confiesa todo«. Lea al reportaje completo.

Majadahonda Magazin