ÁLVARO GARCÍA. Felipe Martín observa atentamente la posición, estira el brazo y lanza la bola metálica tratando de acercarla lo máximo posible al boliche, (esa pequeña bola de madera que es finalmente a la hay que aproximarse), mientras habla en tono calmado, sobre su afición a ese juego y sobre cómo tuvo que dejar su verdadera pasión, el golf, para continuar con otra que le permitiese mantenerse activo. “Yo no soy de esas personas que prefieren jugar a las cartas sentado en una silla, yo necesito moverme”, comenta. Quizás es esta actitud enérgica la que le mantiene, a día de hoy y a sus 88 años, en ese estado de forma que, a pesar de unos pequeños problemas de artrosis propios de la edad, no le impiden acudir cada mañana, desde hace más de 15 años, a ese pequeño espacio habilitado en el Parque de Colón de Majadahonda para reunirse con los suyos. “Esto es lo mejor de la petanca, los amigos”, comenta Felipe Martín con una sonrisa: un hombre que viene del golf y que ha jugado con Severiano Ballesteros, Adolfo Suárez o José María Cañizares. Esta es su historia y la de la petanca en Majadahonda:
Un juego que surgió a comienzos del siglo XX al sur de Francia y al que se le llamó “pieds tanquees”, pies juntos. Probablemente los romanos, en su conquista de la Galia, llevaron hasta allí un juego primitivo, precursor del actual, practicado con bolas de piedra. Así, desde la Provenza, ha llegado hasta hoy esta afición de la que Felipe Martín continúa elogiando todos sus beneficios. “Yo lo hago por egoísmo personal, porque tengo que dar caña a mi cuerpo. Aquí hago ejercicio, te agachas, te mueves, te levantas”, explica. Pero, ante todo destaca su parte esencial, la de las relaciones personales. “Es un acto de convivencia que, al final es lo que importa, se hacen amistades, por eso es bonito. Lleva trabajo organizar todo pero yo lo doy por hecho, pues al final merece la pena”, comenta.
Y es que Felipe Martín es actualmente el presidente de este Club Deportivo, el Club Deportivo Elemental de Bolos Palma y Petanca de Majadahonda, fundado en el año 1999 entre 4 socios y entre los que ya se encontraba él mismo, que ejerce este cargo desde el año 2007 después de haber sido reelegido dos veces. “Lo fundé con un amigo mío, que ya falleció, y creyendo que se apuntaría solo gente mayor”. Pero desde entonces fue afiliándose gente más joven. “Llegamos a tener hasta 156 carnets de socios, aunque, a pesar de todo, “el 95% somos jubilados”, apunta. La triste realidad actual es la disminución de socios, pues existen bajas por fallecimiento que no se renuevan y otros muchos, de edad avanzada, “ya no vienen porque físicamente no pueden”, comenta.
“Tenemos muy buenos jugadores. Pero nosotros a lo que venimos es a entretenernos, no queremos hacer partidos de competición”, dice. Y es que, para competir fuera habría que desplazarse a lugares alejados de Majadahonda, para lo que haría falta, además de ganas, medios de transporte. “Podríamos ir a competir a otros sitios pero no tenemos manera de trasladarnos ni edad para ello. A pesar de todo, comenta, «en los campeonatos al año que hacemos entre nosotros nos gusta ganar, claro está”. Ganar en los 4 campeonatos que la asociación celebra cada año y en los que se entregan copas a los ganadores y en los que, además, se organiza un reparador tentempié con el dinero que se recauda entre todos. “Ponemos 15 euros al año y se ponen ahí aperitivos para después de los campeonatos”.
Felipe Martín tiene tantas historias que contar que darían para un largo día de charla. Como su pasado golfista hasta que una operación de clavícula le alejó del swing. Ha jugado junto al doble ganador de la Ryder Cup José María Cañizares y junto el doble ganador del Master de Augusta Severiano Ballesteros pero, sobre todo, se queda con el recuerdo de haber podido jugar con el antiguo presidente del Gobierno Adolfo Suárez. “Una mañana, preparado para salir del tee del 1 con mi cuñado, se acerca un jugador a preguntarnos si puede acompañarnos. Cuál fue mi sorpresa al encontrarme de cara con el señor Suárez. Así, junto a él, hicimos todo el recorrido andando. Un hombre cordial y agradable, hablamos de todo menos de política, sobre todo de golf, de cómo subir el palo, de las distancias hasta green, en fin, de lo que siempre, inevitablemente, acabamos hablando todos los golfistas cuando estamos en el campo”, concluye.