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José María Rico, al frente del autobús del Rayo Majadahonda

ENRIQUE OCTAVIO (Valladolid). “Sabíamos que era una final y fuimos a ganarla”. Quien así se expresaba al término del partido era José María Rico, nuevo entrenador del Rayo Majadahonda juvenil que ha conseguido darle la vuelta como a un calcetín a un equipo roto y desarmado que desde que cogió él las riendas ha obtenido 2 victorias, 2 empates y una honrosa derrota ante el líder Real Madrid. ¿Donde está la clave de su último éxito ante el Real Valladolid en el Nuevo Zorrilla? El club vallisoletano había programado el partido de su juvenil justo antes de su encuentro de Segunda División ante la UD Almería para que sus espectadores disfrutaran del juego de su cantera. Pero quien se comió la tostada –en este caso la pizza que el director general José Luis Hernández les llevó al autobús– fue el Rayo Majadahonda, que sorprendió a propios y extraños con un encuentro donde el equipo brilló colectivamente, se pareció mucho al de Segunda B con sus triangulaciones, diagonales, contragolpes y hasta ruletas. Y dió el campanazo de la jornada y quien sabe si de la liga ante unos anonadados y cariacontecidos blanquivioletas que no daban crédito a lo que veían. Sobrio, contundente y eficaz en defensa, con un medio campo sacrificado y versátil y una delantera con un tridente que funcionaba como estilete y con olfato de gol, el resultado pudo ser aún mayor si no se llega a anular otro tanto al Rayo Majadahonda, cuando el árbitro vio fuera de juego en un autogol del portero. En definitiva justa y sorprendente victoria ante un grande del fútbol español.


img_2091José María Rico destacaba la labor colectiva del equipo y se mostraba muy contento por el resultado: “sabíamos la importancia del partido, teníamos el deseo de convertirlo en una final y la ilusión y el convencimiento de ganarla ante un club histórico que pretende jugar la Copa del Rey. Encontré un equipo en una situación difícil y lo que más me recompensa es que los futbolistas, directivos y afición han recuperado la alegría, sensación parecida a la que viví en Leganés con mi debut en Segunda B contra el Lugo de Quique Setién, al que ganamos 2-0, y al final de la temporada logramos jugar el play off a Segunda División A. Cuando llegue a casa y me venga la soledad del entrenador podré disfrutar al menos hasta el lunes del trabajo bien hecho, porque tenemos otro reto muy importante la próxima semana ante el Adarve”. Rico quiso tener palabras también para toda la plantilla y en particular para los últimos descartes que ha tenido que realizar para formar un grupo más competitivo y compacto que pueda intentar salir del atolladero en el que estaba metido y disfrutar de la competición:

img_2079“En particular quiero destacar y referirme a Coque como ejemplo de humildad igual que todos los demás porque sé lo grandes deportistas que son. Mi labor este año, además de los puntos, de la clasificación, de sacar al equipo adelante y de afianzar ese estilo de juego que tanto nos caracteriza, es enseñarle a los chicos a ser profesionales. Unos lo conseguirán, otros no, pero todos deben saber como intentarlo y mi trabajo consiste en formarlos en este excelente laboratorio que es la División de Honor juvenil, la liga de canteras más potente de España y posiblemente de Europa. Además de los estudios y de las aficiones, el fútbol en División de Honor debe tener la máxima prioridad, el máximo sacrificio, la mayor entrega. Y en eso estamos”, concluyó José María Rico.

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Majadahonda Magazin