cubaExiste una Majadahonda en Cuba que es sinónimo de arte y música en el país caribeño gracias al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en el que una de sus principales salas lleva el nombre de Majadahonda. “Resulta muy gratificante también que varios de los jóvenes que cantaron aquí, incluso por primera vez, hoy son conocidos y tienen un público asiduo. Pero, sin dudas, contar con un espacio que apoye la promoción y difusión de su obra, es muy necesario. Y ese es nuestro aporte. Así ocurre también con artistas de la plástica menos conocidos y hasta con los más famosos, quienes encuentran en la Sala Majadahonda un lugar digno para exhibir sus obras. Por tales motivos los Estudios Ojalá nos concedieron este año el Premio a la Gestión Cultural”, relata Neida Lis Falcón en un interesante entrevista realizada a Victor Casaus, poeta, cineasta, narrador, periodista cubano, en la que habla sobre este centro cultural cubano que dirige y que guarda en su interior un pedacito de Majadahonda:


Víctor Casaus

Víctor Casaus

Conversar con Víctor Casaus es asomarse a la grandeza por el portón de la humildad. Cálido y accesible, recibe al equipo de Alma Mater en lo que es ya su zona de confort, el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, que él dirige desde 1996. «La institución celebra 20 años de existencia, pero el chispazo para su creación saltó a mediados de los 70», rememora. Y su palabra agradecida trae el nombre de una figura imprescindible de la intelectualidad y la historia de Cuba: Raúl Roa. «Lo conocí cuando, como ministro de Relaciones Exteriores, visitó junto a Fidel la comunidad Jibacoa, en Mayabeque. Le comenté mi interés por hacer un largometraje sobre la vida y obra de Pablo de la Torriente Brau. Roa, quien fue amigo incondicional de este y albacea de su papelería, acogió de inmediato la idea. Poco después me entregó parte de los preciosos archivos que él conservaba. «Así empezó lo que llegó a ser una relación de padre e hijo. Roa me contaba historias que, cada una en sí misma, eran ya una película. Además, me puso en contacto con las hermanas TorrienteBrau. Ellas decidieron donarme la documentación de Pablo que guardaron por décadas. Todos esos materiales hoy se conservan en el Fondo Documental de nuestro centro».

cuba1¿Fue ese, entonces, el propósito fundacional de la institución?
– «La creación y enriquecimiento de este Fondo marcaron las pautas iniciales de nuestro trabajo y lo sostienen. Nos propusimos reunir, conservar y difundir su obra periodística y literaria. También la del gran revolucionario y ser humano que fue. Esa idea de que Pablo esté presente de diversas maneras en la cultura y en la vida de la gente, y en especial de los jóvenes, es nuestra misión fundamental. A través de Ediciones La Memoria, el Centro ha publicado las obras completas de Pablo. Doce libros reúnen tanto sus textos conocidos como investigaciones de diferentes especialistas. En una ocasión él le dijo a Roa “Uno tiene que seguir el rastro de su propio pensamiento. Por eso yo uso papel carbón”. Gracias a esta costumbre y a sus habilidades como mecanógrafo, hoy podemos dar continuidad a tan valioso cometido».

111736En ese andar aparecieron nuevos programas y espacios que privilegian el arte joven…
– «Al nacer el Centro, carecíamos de una sede oficial. Trabajamos en locales de muchas instituciones amigas. A poco más de un año de bregar, gracias a la visión de Eusebio Leal, nos ubicamos de manera permanente en Muralla No. 63. Compartimos el inmueble con La Casa de la Poesía, en una simbiosis armoniosa de colaboración mutua. Es así que el propio desarrollo de la Institución generó nuevos proyectos como A guitarra limpia, nuestro principal espacio relacionado con la música, que es dirigido por la coordinadora general, María Santucho. Surgió a fines de los noventa con la valiosa ayuda de los fundadores de la Nueva Trova, entre ellos, Silvio Rodríguez, Sara González, Vicente Feliú, Noel Nicola… Desde entonces, el último sábado de cada mes, el Centro Pablo ofrece un sitio a los jóvenes trovadores, en el legendario Patio de las Yagrumas. Resulta muy gratificante también que varios de los jóvenes que cantaron aquí, incluso por primera vez, hoy son conocidos y tienen un público asiduo. Pero, sin dudas, contar con un espacio que apoye la promoción y difusión de su obra, es muy necesario. Y ese es nuestro aporte. Así ocurre también con artistas de la plástica menos conocidos y hasta con los más famosos, quienes encuentran en la Sala Majadahonda un lugar digno para exhibir sus obras. Por tales motivos los Estudios Ojalá nos concedieron este año el Premio a la Gestión Cultural».

cuba1Este es un centro de referencia en Cuba respecto al uso de las nuevas tecnologías en función del arte y la cultura… ¿Cómo lo logran?
– «En 1999 surgió el Proyecto de Arte Digital, como una apuesta a favor de la imaginación y la belleza. Fue el primero de su tipo en el país. Permaneció durante doce años, al principio con un salón anual, luego bienal. Estos eventos permitieron mostrar la obra de muchos jóvenes que encuentran en el arte digital y las herramientas de la computación y la electrónica su medio ideal de expresión. El último, —aunque pretendemos reiniciarlos tan pronto sea posible— tuvo lugar en 2012. Ese año produjimos un libro que muestra todos los trabajos presentados desde la creación de los salones. El objetivo persigue que, gracias a su difusión, los proyectos trasciendan el momento y lugar en que se producen. A su vez destaca el trabajo en las redes sociales. Ello le permite un fructífero y creciente intercambio cultural con artistas de otras latitudes. Gracias a estos surgieron proyectos conjuntos con Radio Francia Internacional y de Argentina, Nuestra voz para vos, y Todas las voces».

cuba3¿En qué otros proyectos interactúa el Centro?
– «Uno de ellos es el Programa Memoria, que financia y difunde investigaciones de testimonio e historia oral en defensa de la identidad nacional. Contamos además con variadas colecciones editoriales. Impulsamos la reanimación de la cartelística cubana y su extensión más allá de las fronteras nacionales con el proyecto Compartiendo Sueños. A ello se suman la colección Palabra Viva, creada a partir de los archivos sonoros del periodista Orlando Castellanos para difundir y preservar la obra de importantes figuras del arte y la sociedad latinoamericanos; las becas Sindo Garay y el Premio Pablo, para reconocer a personalidades y entidades de la cultura. Cada una de nuestras iniciativas cuenta con la complicidad de personas, instituciones, y organizaciones fraternas, sobre todo de Puerto Rico, país natal de Pablo».

cuba1«Convencido de que la cultura es pilar para «cuidar la nación de las complejidades que en materia de valores se avecinan», el reconocido intelectual ansía que la belleza y la capacidad de apreciarlas sean asideros para la creación». Por eso brinda a los universitarios de toda Cuba la oportunidad de acceder al centro y sus producciones artísticas y literarias, «sin que lo comercial dicte las reglas para esa colaboración». Pero donde encuentra Víctor Casaus estímulo mayor es en la confluencia de generaciones: «En la creación de comunidades de artistas que comparten el deseo de hacer desde el talento, la calidad y el respeto hacia las creaciones de unos y otros». Ese es su premio. No importa si deja un poco a la suerte —y al examen inevitable de los tiempos— la obra personal. Recuerda que Silvio escogió el Centro Pablo para celebrar su 60 cumpleaños «al amparo de las yagrumas», con dos conciertos donde 42 de sus jóvenes «hermanitos de oficio» eligieron sus canciones para interpretarlas con estilo propio. Evoca, con la voz quebrada, las frecuentes presentaciones de Sara González y de Santiaguito Feliú «en ese mismo patio»».

cuba2Después de 20 años… ¿qué rutas vislumbra para el Centro Pablo?
«Un joven trovador me dijo un día: “En otros lugares uno llega, canta y se va. Aquí, uno se queda”. Y es que ese recuperar y salvar para la memoria, que impulsó nuestros inicios devino práctica permanente. La preservación de la obra vanguardista y revolucionaria de Pablo fue el punto de partida para este recorrido de 20 años. Su figura, también inspirará las acciones futuras del Centro para promover, con toda la libertad que la creación supone y desde todas las manifestaciones posibles, la presencia de los jóvenes en el arte».

Fuente:

Almamater

Majadahonda Magazin