El diputado Baldoví sufrió un desvanecimiento en el Congreso

JOSE Mª BABOT VIZCAINO. He visionado el pleno del Congreso de los Diputados y en cuanto he visto lo visto, he cerrado y me he ido a pasear por el pasillo de mi casa en Majadahonda. Ante todo, la decencia en el vestir es una cosa tanto innata, tanto familiar, como educacional. Bajo mi punto de vista, creo no se puede asistir al Congreso en camisa y por fuera, teniendo además más de 50 tacos de vida sobre la espalda, como presuntamente tiene Juan Baldoví de Compromis.


Babot Vizcaíno

Allí, y a otros eventos, se ha de ir con vestimenta más que decente, con su camisa por dentro de los pantalones, su corbata, su chaqueta y sus zapatos, no zapatillas para hacer el maratón. Y lo mismo digo de cómo se ha de vestir con respeto, no como Pedro Sánchez, que le importa una higa si hay defunciones o se va de romería. Él va de color azul eléctrico y su corbata bien roja, para que se sepa que es socialista, a un tanatorio, al Congreso o de parranda. No cambia su estrategia en la vestimenta. Eso es no tener ni respeto ni educación a nadie ni ante nada. Lo cual yo, particularmente, sanciono desde estas líneas.


El diputado Baldoví en el Congreso

El que se empezara a ir de esta guisa se debe a lo que todos sabemos: los que fueron primitivos o pioneros en estas desfachateces se saltaron a la torera el decoro y se presentan con sus pelánganos al aire, sus malos peinados, pésimos diría yo, sus camisolas luciendo el bajo de ellas por fuera de donde tienen que estar, etc, etc, etc. Luego que no vengan diciendo que si tal o que si cual. He comprobado generalmente que los majariegos vestimos bastante normalito. Decencia ante todo y en determinados sitios, más que más. Define el diccionario la palabra «Decencia» como «aseo, compostura y adorno a cada persona o cosa. Recato, honestidad, modestia. Dignidad en los actos y en las palabras, conforme al estado o calidad de las personas». Luego con este artículo no he descubierto nada y solo pido eso: decencia.

Majadahonda Magazin