JOSÉ Mª BABOT VIZCAÍNO. Los fallecidos en este período de pandemia, tanto en Majadahonda como en la Comunidad de Madrid y en el resto de España, merecen tal respeto, que nunca podrá existir una línea de voz que diga “basta”. Una gran periodista, cuyo nombre no debo mencionar, ha escrito un artículo que, según las informaciones que he recibido, ha sido censurado por directrices marcadas a través de quienes dirigen este tinglado. Y había escrito algo que yo, en mi humilde condición de lector, voy a ver si transcribo, según lo que yo pienso que ha escrito esa magnífica periodista: «Las personas que han dedicado su vida –sí, su vida–, a la curación de los afectados no han sido, ni creo que lo sean, lo suficientemente reconocidos por su innegable labor humanitaria. Y no se pueden loar con unas simples manifestaciones callejeras festivas con las que el actual presidente del gobierno, Pedro Sánchez, se niega a proclamarlas oficialmente. No es suficiente una serie de palabras para contentarlos. No. Las palabras, en determinados casos y momentos, no hacen sino dar pena. Y esta pandemia no se ha terminado todavía».


Babot Vizcaíno

Me da la impresión de que falta bastante tiempo para poder respirar tranquilos sin las mascarillas que nos han colocado. De la misma forma que somos duros y combatientes con esta ola de virus, somos lo suficientemente fuertes para aguantar más veces las charlas y conferencias de los que nos dan las noticias, a veces equivocadas, falsas o disfrazadas sobre cómo va la pandemia. Aparte de tener que escuchar el tono muy despectivo de Sánchez en el Congreso al dirigirse a la oposición o su tono servil cuando se dirige a sus socios de Podemos, Bildu, ERC o de Compromís. Es deleznable. Y es un camino seguro al abismo porque están secando la ubre dineraria, aunque a todos ellos les traiga al pairo. ¿Cómo vamos a salir de este trance con políticos que no han levantado ni abierto nunca unas puertas o un cierre de persiana de un negocio ni han pagado la Seguridad Social porque sólo saben gastar lo que ganan los demás? ¿Cómo podemos tragar que Sánchez diga que España es el país que más tests ha hecho a la población cuando es el que más contagiados y difuntos tiene?.

Los únicos que disponen de pruebas de Covid 19 a voluntad son los miembros del Ejecutivo, cosa natural y no hago objeción alguna. Que lo hayan extendido también a sus familias, en estos tiempos en los que la democracia proclama que todos somos iguales, parece que también vale. Mientras, el resto de la población sólo recibe esa atención en caso de extrema gravedad. Y Sánchez lo esgrime sin inmutarse como la cosa más natural del mundo. España no hace las pruebas porque no tiene los tests, ya que la empresa a la que se pagaron 17 millones de euros para ello, por comprar una ganga que no servía, se dedicaba a comercializar cosméticos o geles vaginales. Y no contaba con la licencia de importación hasta que el Ejecutivo se la proporcionó a toda marcha, según cuentan las informaciones mediáticas. ¿Quién se habrá beneficiado? ¿Por qué Marlasca no da la orden a la Guardia Civil para que persiga este supuesto fraude en lugar de mandar perseguir a las personas que critican legítimamente lo malo de este Gobierno?. Hay más, pero no habría papel suficiente para escribir.

Majadahonda Magazin