JOSE Mª BABOT. Hace algunas semanas ya, ¡cómo pasa el tiempo!, escribí en este Magazin de Majadahonda un ruego para ver si se ponían rótulos a las plazas redondas que están por doquier en nuestra ciudad. Y hasta ahora, yo por lo menos, no he notado que se haya ni intentado hacer algo o siquiera poner alguna excusa para no hacerlo. Volver, en estos tiempos, a lo mismo, parece que es como predicar en un desierto. Y lo entiendo y comprendo, y es natural la preferencia al «virus de las trompetillas«, pero si el Ayuntamiento no ha dejado de trabajar o estudiar a fondo los problemas de la ciudad, bien pudiera tener entre manos esta demanda, que no es una inutilidad, ya que si las calles están rotuladas para una mejor identificación y localización, ¿por qué no lo pueden estar las redondas que llenan nuestra ciudad?.


Babot Vizcaíno

En Majadahonda los peatones somos muchas veces interpelados por los conductores de vehículos preguntando, sobre todo, por la carretera de Pozuelo o «¿en donde está tal cosa?». Y los peatones hemos de contestar: «pase Vd. por aquí, y cuando vea, a la izquierda una gran bandera española, por ejemplo, tuerza a la izquierda….». Sin embargo, sería bien sencillo, si las plazas majariegas estuviesen rotuladas y bien colocados los rótulos, tanto al norte como al sur, al este y al oeste de la rotonda, tal como se va en el sentido de la carretera, sería más fácil y menos complicada la contestación. Y no estar diciendo que si por aquí o por allá. Si las calles han sido rotuladas ¿por qué no las rotondas?. Los nombres a aplicar son tan variopintos, que no es ese el problema, siempre y cuando no les dé a los concejales por bautizarlas con nombres de personas. Sería un error incalificable ponerles nombres de personas, ya que cuando subiera otro alcalde o partido, lo primero que haría sería cambiar dichos nombres, como ha ocurrido en varias provincias españolas.

Hay nombres de ríos, provincias, montañas, cabos, ciudades… de cualquier cosa menos de personas. Ya no hay que hacer la pelota a nadie para bautizarlo con una calle o plaza. Y, una vez explicado el motivo, hago desde esta tribuna periodística un par de ruegos: a ver si los eternamente descontentos con los escritos de toda índole en este Magazin, piensan un poco y dejan de poner palos a las ruedas. A mí no me molestan, pero no me parece ético en estos momentos que siempre que alguien escribe algo, y repito, a mí ni me duele ni me incordia, siempre, siempre, siempre están los rompedores, los antisistemas, los que tienen ganas de trastocar la idea de cualquier buena persona que quiera intentar arreglar algo, sea lo que sea. Ruego que no siempre sean negativas esas personas. Es muy admisible la discrepancia y las posturas opuestas, pero bien razonadas. Y además son necesarias las disidencias, ya que si todos tuviésemos la misma forma de pensar, la vida sería muy aburrida. Y el último ruego es al alcalde Álvarez: Sr. alcalde, escuche al pueblo, no le desoiga, escúchele, por favor.

Majadahonda Magazin