«Nada más llegar a Madrid empecé a moverme por las iglesias y en la sede de Cáritas de Majadahonda me encontraron un trabajo en Cáceres. Ahí empezó todo». Lourdes Cuajera Barros nació en Santa Cruz, Bolivia, y emigró a España en el año 2000. Y el periodista P. Córdoba y el fotógrafo Francis Villegas han contado su historia de superación de la emigración en El Periódico de Extremadura: “Nació hace 40 años y con 23 decidió emigrar a España para ahorrar un poco de dinero y terminar de pagarse la carrera de Periodismo que cursaba en su país natal. Hoy han pasado ya 17 años desde que Lourdes Cuajera Barros, camarera de la chocolatería Valor, aterrizara en Madrid y siete días después en Cáceres ya con su primer trabajo como cuidadora de una persona mayor en la avenida Virgen de Guadalupe. «Me vine con una amiga en enero del año 2000. La idea era trabajar unos cinco años para ahorrar dinero y pagarnos los estudios», confiesa Lourdes, que al final se lo pensó mejor y se quedó en Cáceres, donde ha formado su familia”.


“Emigrar es duro. Lourdes llegó joven a otro país y tuvo que cambiar radicalmente su vida, la de cualquier joven estudiante por la de cualquier demandante de empleo que se adentra en la explotada jungla del mercado laboral. «Empecé cuidando a personas mayores y luego metí la cabeza en la hostelería», cuenta. Lourdes se volvió a sacar en Cáceres el graduado escolar, el bachillerato e incluso ha realizado varios cursos de formación profesional. El último, para llegar a ser camarera a través del Sexpe, con el que logró el certificado de profesionalidad y comenzó a trabajar en el Puchero. «Allí estuve seis años, hasta que empecé aquí –en la chocolatería Valor– en abril del 2013», señala la bolivana.

Y concluye: “Como todos, Lourdes ha superado también los años malos de la crisis. «A partir de 2008 me quedé sin trabajo. Incluso estuve un mes en Madrid trabajando y seis meses en Benidorm, pero pedían demasiada experiencia y decidí volver a Cáceres, que es donde mejor me habían ido las cosas. Estoy muy a gusto en esta ciudad. Se dice pronto 17 años, pero anda que no han pasado cosas, experiencias… y gracias a Dios más buenas que malas». Leer más.

 

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