MANU RAMOS. César Ballesteros, presidente de la asociación de hostelería de Pontevedra y propietario del hotel Bahía, se crió en Majadahonda. Desde pequeño, pasaba los veranos en Vigo, donde vivía su padre, el fundador del hotel que hoy regenta él. «Mi padre empezó el hotel con un grupo de inversores que eran médicos», cuenta Ballesteros. En 1968 comenzaron a construirse las instalaciones, también por el deseo que tenía Rafael Portanet, el alcalde en aquella época: «Portanet, quería un hotel representativo de la ciudad, hasta entonces no existía ninguno de cuatro estrellas». El Bahía cumplió en junio 50 años, una celebración que se ha tenido que aplazar con el estallido del coronavirus. Tampoco podrá realizarse en octubre la Feria Internacional de Conxemar, en la que el propietario del Bahía ha participado muy activamente desde que es presidente de los hosteleros. En un 2020 que empezaba con cifras increíbles en el sector: «Es una pena porque este año iba a ser histórico en récords». El propietario del Bahía cree que el turismo no está siendo tan valorado como otros sectores. «España a nivel turístico es el segundo país del planeta por volumen de visitantes y por el gasto de estos visitantes, estamos ya en 85 millones al año», asegura el empresario, y añade: «Se debería mirar lo que están haciendo otros países». Ante los datos desalentadores que percibe el sector, el presidente de los hosteleros se muestra positivo y asegura que esta forma de ver la vida es algo que tienen todas las personas de su ámbito: «Los del sector turístico siempre fuimos muy positivos, está en nuestro ADN». Además, afirma que, ante las circunstancias actuales: «No queda otra»


Laura Amoeiro

Así comienza Laura Amoeiro de «La Voz de Galicia» su entrevista con este profesional del turismo procedente de Majadahonda: «En Madrid, César se formó en Marketing y Turismo en el Centro Español de Nuevas Profesiones. Fue en la capital donde tuvo su primer trabajo organizando reservas de viajes en autobús para turistas españoles con la empresa Unijoven. De esa etapa recuerda un viaje a Sofía en el que le pasó «de todo» trayendo a 150 turistas de la capital búlgara a Barcelona y de ahí a Madrid: «se me estropeó el autobús a la vuelta, el avión llegó tarde, hubo cancelaciones. Pero bueno, sobreviví». Como al final la experiencia en la compañía de viajes le gustó, trabajó de guía turística por Europa.

También estuvo en la Exposición Universal de Sevilla en el 92, con la empresa telefónica Alcatel. A los 25 años terminó instalándose en Vigo, donde reconoce que: «Están las mejores puestas de sol». En Galicia también se enamoró de las queimadas, algo que nunca olvida enseñar a sus amigos de fuera. Acerca de como afrontaba el sector turístico el 2020, César afirma: «En enero ya íbamos un 7 u 8 % por encima del año anterior, y es el peor mes del año, por lo que se esperaba llegar a unas cifras astronómicas en cuanto al crecimiento en el sector». Estas cifras, junto con el estar precediendo al año Xacobeo, le hacían presagiar que los resultados serían grandes hasta que el coronavirus estalló, llevándose todas sus expectativas por delante: «Todo lo que conlleva el Año Santo siempre ha sido una diferencia muy grande en cuanto a visitantes y flujos de personas, con lo cual hacía presagiar que este año iba a ser un récord, pero que se iba a quedar pequeño respecto al año que viene».

«El impacto por la llegada del covid fue todavía mayor por el reacondicionamiento que el propio César estaba realizando en su hotel debido a los buenos presagios: «Nos pilla a contrapié en el sector, porque te estás preparando para este año bueno con cambios de infraestructuras e inversiones y de repente llega el virus». Además, afirma que la situación es todavía más complicada por los ERTE: «Tiene cosas buenas porque no les computa el paro a los trabajadores, pero está pensado para mes o mes y medio, y luego todo iba a seguir con cierta normalidad. Pero, la normalidad es inexistente». añade. Y concluye: «También Conxemar se estaba preparando para acoger a un mayor número de expositores este año. Los organizadores del evento de productos congelados ya habían solicitado una ampliación en el Ifevi para dar cabida al aumento de la demanda de las empresas, que venía produciéndose en los últimos años. La alternativa al aumento del espacio era trasladar la feria a Barcelona. Algo a lo que César se opone rotundamente, ya que «Vigo es el segundo puerto de mercado de Europa, Conxemar no podría tener otra ubicación», finaliza.

 

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