FELIX G. PEDROCHE. Piscina Municipal de Majadahonda. Este sábado 21.08.21 he decidido venir a la piscina de verano, en plena canícula, como un día más de alta temperatura de los que venimos soportando este verano. Pago la entrada y una vez dentro de las instalaciones, me dirijo a los vestuarios. Sorpresa: todas las taquillas tienen el cierre estropeado. Me dirijo al operario de la entrada y me dice que por desgracia es lo que hay, y que tampoco hay un guardarropa. Me aconseja que una vez me cambie, me lleve la ropa al sitio donde me ubique. Es la primera vez que he venido a la piscina, pues habitualmente paso el fin de semana en otros pueblos de la sierra, donde practico senderismo. En todos hay una piscina municipal (El Escorial, Los Molinos, Cercedilla, Zarzalejos..), por cierto, mucho más concurrida que la de Majadahonda, pues aquí hoy había escasamente 30 bañistas y tienen un servicio de guardarropa que lo atiende el mismo operario de la entrada a la piscina. Simplemente es cuestión de organización. Este operario está la mayor parte del tiempo sin hacer nada, sólo sentado dormitando. Sr. concejal de Deportes, debería tomarse algo más de interés por este servicio público, que con los mismos recursos, pues no es necesario nadie más, podía darle al usuario la posibilidad de no tener que cargar con su ropa, mientras permanece dentro de la instalación. 

Para comprobar el resto de los servicios me decido a dar un baño para comprobar la temperatura del agua. También me doy un paseo por la instalación para comprobar qué otros servicios hay disponibles. De momento anticipo que está muy cuidado el cesped, con sus espacios grupales marcados en rojo. He visto que en la puerta de los vestuarios, hay 3 empleados sentados, sin hacer nada. Mi valoración es la siguiente: 1. Temperatura del agua: buena. 2. Limpieza de las instalaciones: bien. 3. Aforo: bien. Eso sí, todas las taquillas tienen el cierre averiado. Y una sugerencia: el sistema de percha numerada para colgar en barra, he visto que funciona muy bien en la piscina municipal de Los Molinos. Lo controla el mismo operario que cobra la entrada a la piscina, y además lo tiene vigilado en su recinto.