LIDIA GARCIA. El articulo de Graziella Pogolotti en la revista «Juventud Rebelde» de Cuba no tiene desperdicio: «La historia nacional no puede hacerse al margen de los contextos de una época. Para la América Latina, dos acontecimientos importantes contribuyeron a delinear los primeros 20 años del siglo pasado. En 1910 estallaba la Revolución Mexicana, agraria, de base popular y, en última instancia, liberadora de las viejas y nuevas formas de legado colonial. Emiliano Zapata, venido del sur, y Pancho Villa, que bajaba del norte, se erigieron en personalidades míticas. Más allá de las fronteras del vecino país, muchos entonaban «si Adelita se fuera con otro…», porque el problema de la tierra era asunto compartido por buena parte del continente. Por otra parte, el triunfo de la Revolución de Octubre demostraba las posibilidades de toma del poder por los soviets, consejos de obreros y soldados».


Graziella Pogolotti

Y más adelante cita a Majadahonda: «En Cuba, Mella impulsaba la Reforma Universitaria y, junto con ella, sentaba las bases de la FEU. Era uno de los fundadores del primer Partido Comunista. Su talento preclaro establecía el diálogo creador entre el pensamiento de Martí y el de Marx. Muchos intelectuales padecieron cárcel y persecución. Algunos se replegaron, otros siguieron fieles a la causa, algunos desde el Partido Comunista y otros desde posiciones de izquierda de inclinación marxista. Los había muy jóvenes como Raúl Roa y Pablo de la Torriente Brau, autor de excelentes textos de denuncia contra la opresión de la tiranía y la explotación del campesinado, escritos con eficacia narrativa y libres de vanas palabrerías retóricas, tales como Presidio Modelo y Realengo 18. Consecuente con sus ideas, comisario de las brigadas internacionales, cayó en Majadahonda. Con esos antecedentes, poco sorprendente resulta que Cuba aportara, en relación con su limitada demografía de entonces, el más alto número de combatientes a la lucha antifascista que se libraba en España», finaliza el texto.

Por otra parte, la agencia Prensa Latina informa que dos muestras integradas en la II Bienal de Diseño La Habana recorren la impronta de los carteles cubanos en la sala expositiva de la Fundación Ludwig de Cuba y el Estudio 50 de esta ciudad caribeña. «Disponibles al público hasta finales del mes de junio, la primera de las exhibiciones forma parte de la exposición global Más allá de las formas que realiza un recorrido por los programas culturales y los diversos estilos del diseño. Según expresó el director del centro Ludwig, con Víctor Casaus, en la expo se visibilizan serigrafías originales de los carteles del concurso A guitarra limpia y, a su vez, se brinda homenaje al creador de la identidad visual de la entidad, Héctor Villaverde«.

Cartel de la grafista cubana Kelly Núñez

«No podía faltar el conocido cartel de la diseñadora Kelly Núñez para el concurso sobre la guerra civil española y Pablo, muy hermoso, con fondo blanco, una pluma desciende con un hilo rojo, la tinta o la sangre, apuntó Casaus. Igualmente, en en la institución se muestran los 12 tomos de la Colección Palabras de Pablo, los Cuadernos Memoria y libros de arte de la Colección Majadahonda y otros textos de Ediciones La Memoria. La segunda exposición titulada Sharing dreams (Compartiendo sueños) está compuesta por 30 obras pertenecientes a 15 diseñadores norteamericanos y 15 cubanos con temáticas relacionadas con la guerra, el amor y la cultura. A juicio del curador, el propio Víctor Casaus, las piezas se acompañan por una breve declaración que cada artista realiza sobre su obra o tema. La bienal propone una visión enfocada en la experiencia del usuario, propicia un entorno donde el diseño es sinónimo de bienestar, estimula el vínculo de sentidos y promueve un diseño auténtico. Dedicada al 500 Aniversario de La Habana, el evento inició el pasado 27 de mayo, viajó a la provincia oriental de Santiago de Cuba y finalizará en la central urbe de Camagüey el próximo día 16 de junio», concluye la agencia.

Majadahonda Magazin