JORGE RUBIO. La última sesión del año en el pleno del Ayuntamiento de Majadahonda se convirtió en una auténtica jornada maratoniana: en dos días se vivieron tres plenos urgentes y extraordinarios. Una situación anómala y atípica que se tradujo en los debates vividos en esta jornada, que si bien no fue de la más broncas, sí protagonizó algunos momentos de tensión dialéctica. Uno de los principales puntos tratados fue la aprobación de la Cuenta General correspondiente al ejercicio 2016 para comprobar si se habia cumplido en 2017. Una vez más, el concejal de Hacienda Ángel Alonso (PP) aprovechó su intervención para sacar pecho de la gestión del Equipo de Gobierno y recordar el superávit y el remanente de tesorería del que dispone el Ayuntamiento. «Ha sido posible gracias a una política presupuestaria basada en atender las necesidades reales de los ciudadanos, pero haciéndolo con la contención que supone no gastar más de lo que ingresamos», señaló. Sin embargo, su optimismo por haber hecho los deberes no fue compartido por la oposición, que a lo largo de sus turnos de palabra remarcó los «recortes» y todo lo que el Equipo de Gobierno «había dejado de gastar» para obtener un superávit que, a juicio de Zacarías Martinez-Maíllo (PSOE), era «inútil». Pese a todo, la Cuenta General fue aprobada con 11 votos a favor (PP), 7 votos en contra (PSOE, Somos e IU) y por ultimo las 7 abstenciones (Ciudadanos y Centristas) que a la postre facilitaron su aprobación. El resto del debate aconteció de la siguiente manera:



«Estas cuentas debían ser sobre unos presupuestos realizados y ejecutados y se debía haber cubierto todo lo que se acordó en su momento. Este punto deberíamos aprobarlo, pero como no se han realizado algunos de esos gastos, nos tenemos que abstener«, argumentó Alfonso Reina (Ciudadanos) anticipando la votación final. Sobre las facturas que no han seguido con todo rigor el procedimiento administrativo (1%) señaló: «La cifra puede ser baja, pero esto es una prueba más de la inacción del Equipo de Gobierno. Hablamos de cerca de 600.000 euros y aunque es aproximadamente un 1% del presupuesto, es significativa«, destacó el edil naranja en referencia a los reparos de intervención para ejecutar esos pagos por servicios prestados, al tiempo que concluía que «en 2018 no deberían volver a ocurrir». Zacarías Martínez-Maíllo comenzó su turno agradeciendo el trabajo de los funcionarios de Hacienda y asegurando que «los reproches que hacemos son de índole político y no de índole técnico». Tras esta aclaración, Maíllo pidió a Ángel Alonso que «hablase más de Majadahonda y menos de Fuenlabrada y Rivas», en alusión a las comparaciones que el concejal de Hacienda suele hacer en sus intervenciones analizando los modelos de Gobierno de las ciudades madrileñas de izquierda y derecha. «Cuando venga aquí hable de Majadahonda, que es lo que le interesa a los vecinos«, solicitó el socialista.

«Además de ser inútil, tener superávit no es un mérito de su gestión ya que no gastan todo lo que ingresan«, argumentó Martínez-Maíllo contra las cuentas presentadas por el Equipo de Gobierno. El portavoz socialista calificó de «anoréxicos» los servicios públicos ofertados en Majadahonda y para ello quiso destacar que en 2016 se gastó «un 20% menos de lo presupuestado». El socialista enumeró todas las partidas en las que no se había cumplido con lo diseñado y quiso ponerlo en perspectiva comparando las cifras desde 2011 hasta ahora. «En servicios sociales en 2011 se gastaron 3,5 millones y ahora gastamos 2,9. En protección social en 6 años se han laminado el 16%. Así también consigo yo superávit» afirmó con tono crítico. «¿Hay algún capitulo que suba? Sí, la ornamentación cn flores ha subido un 45% más«, concluyó Zacarías Martinez-Maíllo anticipando el voto negativo de su grupo.

Una posición similar fue la mostrada por Alberto Moreno (Somos), que señaló que podía entender que «cuando no hay medios las políticas sociales se resientan, pero no cuando los hay». De ahí que sostuviera que «su modelo es ineficiente y caro, pésimamente gestionado y en mis 30 años de servicio al Estado no he visto una entidad peor gestionada que este Ayuntamiento«, destacó el portavoz de Somos, que es funcionario de Asuntos Exteriores. Al tiempo, ejemplificaba con la sanción a la empresa de limpieza Valoriza, «cuyo expediente caducó y no se pudo cobrar». Por su parte, Juancho Santana (IU) incidió en que las cuentas se correspondían «con las políticas del municipio» y que eran resultado «del presupuesto pactado con Ciudadanos y Centristas». «¿Para qué nos sirven el superávit y los 40 millones de remanente?» se preguntó el edil, a lo que él mismo dio respuesta señalando con tono ocurrente y mordaz que «para cuadrar las cuentas de Montoro somos los más ricos del cementerio… o del tanatorio«.

Mercedes Pedreira (Centrista) comenzó su intervención realizando varios reproches a Ángel Alonso por sus comentarios hacia ella, con los que a su juicio el concejal popular «siempre trata de descalificarme». Y añadió después que «es una persona valiosa y joven que llegará lejos pero debe ser como Ana Pastor y no como Gabriel Rufián«, el diputado independentista catalán (ERC). Ya metida en harina, Pedreira volvió a insistir en que el superávit y el remanente de tesorería únicamente les valían para «presumir» porque los vecinos «no entienden que se les cobre impuestos y no haya inversiones». Por último, señaló que «el presupuesto de 2016 está sin cumplir, el presupuesto del 2017 fue inexistente y veremos que ocurre con el de 2018», al tiempo que planteaba la posibilidad de implicar a los vecinos para que estos opinasen sobre «las inversiones que consideraban necesarias» en el municipio.

«No es mi intención parecerme al señor Rufián aunque me achaque la maldad de la que quiere hacerme participe«, replicó Ángel Alonso a Mercedes Pedreira en su turno de contestación. «Si la parte más importante es la de los reparos del interventor, no estamos haciendo las cosas tan mal», respondió a Alfonso Reina. Y a Zacarías Martínez-Maíllo le señaló que «uno es bueno o peor cuando se compara con otro». «No hay ningún ciudadano de Majadahonda que teniendo acceso a los servicios sociales se le haya denegado una prestación. Los servicios se prestan absolutamente todos», argumentó el concejal de Hacienda. En lo referente a la ejecución del gasto dijo que se había cumplido «el 90%». Alfonso Reina utilizó su segundo turno para «desear y exigir que en 2018 no ocurra esto» y se atrevió a vaticinar que como al año siguiente (2019) ganarían las próximas elecciones entonces el PP les «dejará las arcas vacías».

«Ha conseguido hacer el milagro de los panes y los peces. Si tenemos más demanda, y gastamos menos, ya me dirán como lo hacen porque eso es imposible», replicó Zacarías Martínez-Maíllo, al tiempo que aseguraba que si esto era así tiene que haber «gente que se quede fuera de la protección socia». El edil socialista criticó las medidas tomadas por el Equipo de Gobierno al tiempo que señalaba que para lo único que valían era para hacer «propaganda» como cuando pasaban a los vecinos la carta con el IBI. Patricio Mackey (Somos) tomó la palabra para insistir en que los reparos de intervención se producían en 90 de 94 casos «por saltarse los procedimientos de contratación» y que esto era fruto de la «incapacidad o vagancia de los concejales del Ayuntamiento». Juancho Santana (IU) insistió en que los recortes y la no prestación de servicios obedecían «a una cuestión ideológica» al asegurar que «lo de buenos gestores significa recortes en los servicios sociales». También señaló que la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) había calificado a Majadahonda como «uno de los municipios con mayor desigualdad».

«Los vecinos que solo duermen verán que solo hay flores, pero los que viven en la ciudad no están tan conformes«, señaló Mercedes Pedreira en referencia a las dos realidades que en su opinión coexisten en Majadahonda. «Nosotros no somos el Banco de Santander y no tenemos que presumir de superávit. Hay que hacer una reflexión sobre las cuentas. La cuenta es la que es, pero no la que debería ser», argumentó la edil centrista. Tras ella, Narciso de Foxá intervino para clarificar que lo que aquí se votaba era «si las cuentas reflejan fielmente los gastos del Ayuntamiento, no si la gestión ha sido buena o mala». Y advirtió que de no salir adelante e la votación, podría tener un coste importante sobre las subvenciones. Por su parte, Ángel Alonso concluyó este debate asegurando que el contrato de las flores era de «18.000 euros al año» y que el superávit y el remanente de tesorería servía para «financiar inversiones». Por último, quiso señalar que su compromiso era «defender el modelo de ciudad de Majadahonda. Un modelo de ciudad donde los impuestos cada vez son menores».

 

 

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