Instalaciones de la Despensa Solidaria de Majadahonda.
JORGE RUBIO. Los voluntarios de la Despensa Solidaria de Majadahonda siguen sin contar con un local municipal en el que poder llevar a cabo sus labores de atención a familias necesitadas, según ha reflejado esta semana el portal solidario «Noticias Positivas». Miembros de la agrupación han confirmado a MJD Magazin que «el Ayuntamiento sigue sin cedernos un local porque no somos una asociación» y ratifican las quejas y demandas que la voluntaria majariega Laura Ayala había expresado ya hace un año, porque en 12 meses ni políticos ni funcionarios han hecho nada. A pesar de que esta agrupación solidaria aparece en la página web del Consistorio, donde se expone su actividad y asegura la colaboración entre ambas entidades, siguen teniendo que pagar el alquiler de un local para poder seguir desarrollando este voluntariado solidario.
Logo y lema de la Despensa Solidaria de Majadahonda.
La labor de la Despensa Solidaria de Majadahonda es «proveer de comida a personas, las cuales se suelen encuentran en situación de desempleo prolongado o subempleo precario«. Su funcionamiento es muy sencillo y se resume y explica en el propio lema de la agrupación “yo doy, yo recibo”. Un trabajo que realizan todos los meses del año repartiendo comida a todos aquellos que lo necesitan. Actualmente dan cobertura a cerca de 50 familias, aunque hay otras muchas en lista de espera para poder obtener acceso a los paquetes de alimentos básicos que ofrecen. Una labor que no se detiene en verano y que incluso se agudiza en estos meses, con el cierre de los comedores escolares. De hecho, la agrupación inició para estos meses estivales una campaña especial de recogida de alimentos.
Una de las últimas campañas de recogida de alimentos de la Despensa Solidaria de Majadahonda.
La labor de la Despensa Solidaria según la definen sus integrantes «no es caridad, es un esfuerzo solidario de los miembros que la componen». «Cada uno ayuda de la manera que pueda. Hay personas voluntarias que colaboran aportando su trabajo a cambio de la comida. Otras no necesitan comida, pero aun así nos ayudan trayendo alimentos, ropa, etc. Otras ayudan difundiendo lo que hacemos por las redes sociales o yendo a los supermercados una vez a la semana para recoger alimentos. Cada una ayuda según sus posibilidades”, expone Zinab El Harraq, voluntaria de la Despensa Solidaria de Majadahonda. Estos trabajos de colaboración se realizan dentro de un marco que busca generar una sensación de «empoderamiento» entre los miembros de la agrupación y las personas a las que se ayuda.
Otra de las campañas de la Despensa Solidaria de Majadahonda.
Zinab explica que no existe colaboración entre los supermercados y la Despensa Solidaria: “es la gente que va a hacer la compra la que nos da la comida. No son los supermercados los que nos donan. De los supermercados solo obtenemos el permiso para entrar y hablar con la gente. Y a veces tampoco nos dan el permiso”. Una colaboración a la que tampoco se suman los poderes locales, como denunciaba la voluntaria Laura Ayala: “Hemos solicitado al ayuntamiento que colaborara cediéndonos un local para no tener que continuar pagando el alquiler de nuestra actual sede. Pero siempre nos lo han negado. En cambio, si van familias allí a pedir ayuda, nos las han mandado a nosotros”. Una realidad que como ha podido comprobar MJD Magazin, continúa a día de hoy ya que la Despensa Solidaria sigue sin contar con un local municipal.
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