GREGORIO Mª CALLEJO. ¿No queríais caldo? Pues tomad dos tazas. Después de la anteriores diez canciones «made in Spain», vamos con diez temas imprescindibles en cualquiera de mis dispositivos y mis listas de reproducción. La excusa para hablaros de ellas es exactamente la misma que en la serie anterior. Es una especie de «Historia del rock» al revés. Haciendo una comparación grandilocuente y muy pasada de rosca, algo así como la «Historia de los Heterodoxos Españoles» de Menéndez Pelayo pero en rock and roll. Si el polígrafo cántabro hizo una especie de historia del pensamiento español a través de lo que él consideraba “desviaciones” del mismo, de aquello que se alejaba de la ortodoxia, yo os ofrezco diez temas que no ponen nunca en M80 Radio, ni en Rock FM ni en las radio fórmulas habituales. Así os escribo otra vez un discurso autojustificativo un tanto retorcido para hacer algo que al fin y al cabo es tan simple como hablaros de canciones que me gustan. No cambiaron la Historia del Rock, sí un poquito la mía: Ahí os las dejo.


Gregorio Mª Callejo

Sparks (Beach House). Después de los míticos Cocteau Twins, Beach House son los indiscutibles reyes del dream pop mundial. Ni es quizás su mejor canción ni está en su mejor trabajo, pero es que Sparks… es una debilidad mía. Intensidad y cromatismo inmersos en esa atmósfera de guitarras suaves y melodías emocionantes que sólo ellos saben crear. Historias plagadas de pena y oscuridad envueltas en un papel de regalo de colores ilimitados. Este dúo de Baltimore, cuando publicaron esta canción (2015), quizás ya estaba agotando la fórmula que lleva poniendo en práctica desde 2004. Es cierto que tal vez desde hace años resultan un tanto reiterativos, pero Sparks sigue siendo una de sus caricias mas dulces y elegantes, una caricia que oculta un haz de afilados pinchos. Deliciosa.

Open Your Eyes (School of Seven Bells). SVIIB fue una banda cuya profundidad y capacidad de cambio eran realmente ilimitadas. La imaginación y versatilidad de Benjamin Curtis volaron por el drem pop, el shoegaze, la música electrónica y un synth pop intenso y sofisticado. Su desdichada muerte acabó con la banda, en la que las hermanas Alejandra y Claudia Deheza daban el acompañamiento vocal perfecto a las dinámicas composiciones de Curtis. Tras los magníficos “Ghostory” y “Put your sad down” (2012), y ya fallecido Curtis, salió a la luz SVIIB, un álbum con las canciones que venía proyectando Benjamin, completadas por las hermanas Deheza y entre las que se encuentra esta delicada balada pop, llena de elegancia, dulzura, ritmo y tristeza. “Open your eyes, love, you got me crying”, dice la trémula voz de Alejandra Deheza, mientras suspiramos por no tener más canciones de esta banda, en tema que evoca una despedida para siempre.

Farewell (Boris-Asobi Seksu). Pongo en mi lista la misma canción, pero interpretada por dos bandas. La original compuesta por un grupo de culto, los reyes del metal experimental, los japoneses Boris. La versión es de una banda de Nueva York con cantante también japonesa (Asobi Seksu). Se publicó un disco conjunto con cuatro canciones en las que Boris y Asobi se versionaban recíprocamente. La original, de 2005, es rock devastador, doloroso. La guitarra de la enigmática Wata extrae texturas desconocidas, pliegues infinitos a cada nota a cada acorde. Jim Jarmuch la incluyó en la BSO de la película «The limits of Control». La versión de Asobi es una verdadera versión. Es decir, no pretende ser una copia. Hay covers cuya razón de ser no alcanzo a comprender. ¿Qué sentido tenía la versión del «Heroes» de Bowie que hicieron «The Verve«?. ¡Pero si hasta el cantante imitaba la voz de David Bowie!. La banda hacía un esfuerzo descomunal para calcar los modos guitarrísticos de Robert Fripp. Todo resultaba miméticamente calcado. Aquí no hay una copia sino una reelaboración, una verdadera reconstrucción del tema desde el prisma de una banda noise con ribetes shoegazers. Es como si te dan un Lego terminado, descompones toda la construcción y la haces de nuevo cambiando mil cosas pero sin modificar la esencia. Casi no parece el mismo tema, y sin embargo aflora la misma desesperación y los mismos abismos que en la original, combinando lo ensordecedor con lo delicado y con una Yuki Chikudate más contenida de lo que solía ser habitual. Dos maneras en enfocar una canción, el mismo dolor de alma.

Majadahonda Magazin