Carlos Bonet y Martín Martínez Miguel en la foto de «El Mundo»

SONIA BLUE. «El salto a la arena política de los vecinos, los primeros indignados». La periodista Ana Del Barrio titula así el reportaje que ha publicado en El Mundo, donde aborda la irrupción de «Vecinos por Torrelodones, Pozuelo, Majadahonda y Villalba, formaciones que se presentan a los comicios del 26-M. Con una fotografía de Alberto Di Lolli donde figura el cabeza de lista en Majadahonda, Carlos Bonet, y el fundador del partido, el joven abogado Martín Martínez Miguel, la crónica señala: «Fueron los primeros indignados de este país. Vecinos como usted y como yo que, un buen día de 2005, vieron pasar ante sus ojos un pelotazo urbanístico, y, en lugar de mirar para otro lado, decidieron luchar. Tras 14 años de combate, querellas y todo tipo de zancadillas, Vecinos por Torrelodones gobierna con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de la localidad tras haber desbancado del poder al PP en uno de sus feudos tradicionales».


«Su semilla se va extendiendo como la pólvora encendida entre los municipios de la región. Una marea vecinal recorre las localidades madrileñas para presentarse a las elecciones municipales del 26 de mayo. Las candidaturas se suceden en Pozuelo de Alarcón, Guadarrama, Majadahonda, Collado-Villalba, Algete, Villanueva del Pardillo, Rivas Vaciamadrid, Arroyomolinos, Villa del Prado… Son partidos políticos, pero sin políticos, y ya gobiernan en Moralzarzal, San Lorenzo del Escorial y Torrelodones, localidad situada en el noroeste de la Comunidad, junto a la sierra de Guadarrama. No son de Podemos ni de Ciudadanos, ni de derechas ni de izquierdas. Tampoco se dedican a la política de manera profesional porque tienen sus empleos y sólo cuentan con una prioridad: trabajar en los problemas reales del municipio. El éxito de Vecinos por Torrelodones ha sido tal que, cuando su caso saltó a la luz, recibieron una avalancha de peticiones de información de otros ciudadanos que querían seguir sus pasos. En abril de este año, convocaron unas jornadas a las que acudieron más de cien personas de toda España para copiar el modelo e intentar exportarlo a sus pueblos».

«El Mundo» prosigue: «Nosotros nacimos por un pelotazo urbanístico. Nos querían endosar un campo de golf, 1.800 viviendas, un hotel y una zona comercial en un área especialmente protegida. El típico modelo urbanístico del PP. Nos pusimos a luchar y tuvimos que llegar hasta Europa, que lo paró. Nadie llegó tan lejos como nosotros. Entonces, nos dimos cuenta del poquísimo nivel de los políticos y decidimos que había que cambiar las cosas desde dentro», explica Raquel Fernández, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento.

Reunidos en Torrelodones para elaborar este reportaje, los ediles veteranos intercambian experiencias y propuestas con los candidatos novatos. Las anécdotas se suceden: -Queremos reformar la estación de tren de Majadahonda de arriba a abajo. Vamos a hablar con Adif para que la arregle- afirma con ímpetu Carlos Bonet, candidato de Vecinos por Majadahonda. -¡Suerte! Nosotros tardamos dos años en que Adif nos arreglase un ascensor– le contestan los concejales entre las risas generalizadas».

Vecinos por Torrelodones da consejos a sus clones, enseña sus estatutos y no le importa que le copien el logo, pero no apoya ninguna candidatura en particular porque cada una de ellas funciona de manera independiente. «Son muy generosos y nos han ayudado mucho. Somos novatos y nos dieron la sensación de subidón de que podíamos hacerlo», asegura Diana Barrantes, que a sus 31 años encabeza la candidatura de Vecinos por Collado Villalba. «Lo primero que nos dijeron fue: ‘Poneos una coraza porque os van a dar por todos los lados’», recuerda Carlos Bonet. El espíritu de todas estas formaciones es sencillo: los vecinos quieren que se escuche su voz y se muestran cansados de que los partidos políticos estén inmersos en sus intereses, sus corruptelas y en sus luchas de poder», dice la autora del reportaje.

Así lo argumenta también José Antonio Rueda, de Vecinos por Pozuelo: «Estamos hartos de sufrir el despotismo ilustrado: todo para el pueblo, pero sin el pueblo. Los alcaldes no quieren que participen los vecinos y, al final, hemos tenido que dar el salto a la política para mejorar la gestión municipal sin clientelismos». Lo primero que hizo Vecinos por Torrelodones nada más llegar al poder fue cambiar las prioridades: desaparecieron los coches oficiales, los chóferes, los escoltas, las tarjetas de crédito y las comilonas. También se esfumaron los cargos de confianza del alcalde: ni jefe de gabinete, ni jefe de prensa, ni de protocolo… lo que supuso un ahorro de 258.000 euros.

Además, se bajaron el sueldo a la mitad, todo lo contrario de lo que había hecho el anterior alcalde del PP, Carlos Galbeño, que se subió el salario un 30% hasta los 91.445 euros. Estos honorarios estaban por encima de los de la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre y de los del antiguo alcalde de Madrid, Alberto Ruiz- Gallardón. Finalmente, el incremento salarial fue revocado. Y redujeron la deuda del Consistorio de los 20 millones de euros a cero. Entre los muchos molinos de viento que se han encontrado en su camino, se encuentra la propia Administración, que tiende a funcionar según sus reglas, en lugar de servir al bien general», añade la autora.

«Antes, nunca se contestaba a los vecinos. Ahora, tenemos un equipo de gente para responder las demandas y las dudas. Hemos dado la vuelta a la Administración para que esté al servicio de los ciudadanos», relata Santiago Fernández, concejal de Urbanismo y Medio Ambiente de Torrelodones, que cuenta con más de 23.000 habitantes. Otra de las claves de esta formación es la cercanía. La alcaldesa, Elena Biurrun, no se pasea por las calles en un coche blindado con chófer y guardaespaldas, al estilo de Obama, como hacía el anterior primer edil, sino que se la puede ver buzoneando ella misma los boletines de Vecinos por Torrelodones por las casas».

AMENAZAS Y ATAQUES: «En este país tenemos un problema con la participación ciudadana. La derecha habla a la ciudadanía como los padres hablamos a los hijos. La izquierda tiene un defecto diferente (…) y es el de creer en la participación, pero sólo si la controla», declara Ángel Guirao, concejal de Comunicación, en el libro «¡Vecinos al poder!», que relata esta batalla de David contra Goliat. La lucha no ha sido fácil y todos han pagado un alto coste por ello, especialmente la alcaldesa Elena Biurrun y el periodista Juan Luis Cano, conocido por el programa radiofónico de «Gomaespuma». Han sufrido amenazas, ataques en sus coches, acoso escolar a sus hijos y un sinfín de denuncias y querellas judiciales para frenar sus actuaciones, que intentaban evitar que su pueblo se convirtiese en Marbellolodones. «Hemos pisado muchos callos y hemos quitado muchos chiringuitos», admite Raquel Fernández. Prueba de esas malas artes fue la grabación del concejal del PP, Ángel Viñas, al que pillaron chantajeando a la alcaldesa para que no se presentase a estas elecciones, bajo la amenaza de elevar un escrito ante el Tribunal de Cuentas por unas obras del paso subterráneo de la A-6″.

«La ascensión al poder de este grupo vecinal tampoco se consiguió de la noche a la mañana. En las elecciones de 2007, obtuvieron 4 concejales y, en las de 2011, lograron 9 y se quedaron a tan sólo 1 del PP. Pese a no ganar, la candidata de Vecinos, Elena Biurrun, fue nombrada alcaldesa gracias al apoyo del PSOE y de Actúa. En 2015, Vecinos por Torrelodones logró la mayoría absoluta con 12 concejales, mientras los populares sólo conseguían 6″, recuerda la periodista.

UNA DOSIS DE CANDIDEZ: «En estos comicios, Biurrun no se presenta y le sustituye el empresario Alfredo García-Plata, publicista, casado y con cinco hijos. Junto con la alcaldesa otros 8 concejales dejan el cargo, porque su compromiso es no estar más de dos legislaturas en el puesto. «Es un desgaste brutal. Hay que echarle mucha energía. No puedes pensar que a los demás les corrompe el poder y a ti, no. A la política le viene bien la candidez y nosotros ya estamos resabiados», confiesan. La llegada al Gobierno municipal tampoco fue un camino de rosas. Por no haber, no hubo ni traspaso de poderes. «Veníamos nuevos porque no nos habíamos dedicado a la política y no nos dejaron nada. Entramos en el despacho y no había ni un solo correo. No hubo ningún relevo. Habían borrado los discos duros. ¡Claro que el PP ya tiene experiencia en este tema!», bromean.

«Y siguen dando consejos a sus seguidores: no intentéis contentar a todo el mundo, porque si no, no haces nada. La acción política conlleva muchos sinsabores y siempre habrá gente a la que no le gusta lo que haces. «A veces estás en la cola de la pescadería y hay un señor que te mira fatal y no sabes por qué», expone la concejala de Servicios Sociales. Hicieron solos la travesía en el desierto, pero ahora, muchos otros vecinos les acompañan. En sus programas no hay grandes promesas estrella, sino propuestas sensatas. Porque otra política es posible«, concluye Ana Del Barrio. Lea el reportaje completo.

Majadahonda Magazin