Majadahonda se ha estremecido con un caso de lo más espeluznante que le ha ocurrido a una de sus vecinas: una empleada de Iberia de 49 años y origen cántabro que cobraba una pensión cercana a los 2.300 euros mensuales fue puesta en libertad por la Guardia Civil a pesar de padecer “síndrome de Diógenes”: fue detenida antes porque su hijo de 19 años, discapacitado intelectual en un 90%, falleció atragantado en su chalet de la calle Sarasate (Majadahonda). A ella, que cobraba esa cantidad del Estado por una discapacidad del 80%, la Guardia Civil no le creyó en un primer momento y la llevó a calabozos. Al ver la casa a los agentes todo les pareció muy extraño: el cadáver del chico estaba extremadamente delgado, las paredes estaban sucias con excrementos, las habitaciones llenas de basura… La mujer fue interrogada una y otra vez sin que variara su versión de los hechos hasta que llegó el primer avance de la autopsia, que aún no ha concluido: efectivamente su hijo murió atragantado. Y la madre quedó en libertad.
Todo concordaba, menos las escasas condiciones de salubridad de la casa, nada acordes con la alta capacidad adquisitiva de esta familia monoparental que además posee otro hijo en Cantabria, este sí, bajo la tutela de los servicios sociales del Gobierno de Miguel Angel Revilla. Los vecinos no formularon denuncia oficial para que interviniera Sanidad, como ya ha hecho en otras 2 ocasiones en sendos domicilios habitados por ancianos de Majadahonda con idéntico “síndrome de Diógenes” y donde los malos olores eran igualmente nauseabundos. Pero esta vez era imposible: en una mezcla de honradez y orgullo, la madre envió a su abogado al Ayuntamiento de Majadahonda para rechazar formalmente cualquier ayuda social para limpiar el interior del chalet.
Un “pack” de 30 horas de limpieza le ofrecieron los servicios sociales, dadas las condiciones de insalubridad extrema. Pero allí no entraba nadie, y menos con cargo a un servicio para desposeídos y necesitados. ¿Por qué no quería que nadie limpiase ni entrase en casa? ¿Qué secreto esconde esta extraña familia rica de Majadahonda que ha terminado incluso en la muerte accidental de uno de sus hijos? La Guardia Civil sigue investigando y fuentes de la benemérita señalaron a MJD Magazin que solo su abogado puede aclarar este asunto porque para ellos el caso está prácticamente cerrado: “Muerte accidental”, dice el primer borrador del informe que será remitido al juzgado número 2 de Majadahonda.
La muerte del chico ha desolado no solo a su madre sino al resto de su familia y al colegio de educación especial de Madrid capital donde acudía y donde le dijeron a la Guardia Civil que «al chaval se le veía feliz y contento», según el relato que hacen al diario El Mundo, el primero que dio la noticia y la voz de alarma. En el expediente municipal sobre la madre solo consta que viajaba constantemente de Cantabria a Madrid y de Madrid a Majadahonda, que solicitó una plaza de aparcamiento para discapacitados en la acera de su chalet y que rechazó la ayuda social por su alto nivel adquisitivo. No hay más. Solo que ese extraño “síndrome de Diógenes” aún no le cuadra a los investigadores de la benemérita en persona tan bien remunerada.
El Síndrome de Diógenes: suele aparecer como consecuencia de otras patologías previas, como el trastorno obsesivo compulsivo, o por otras conductas que pueden agravarse, como el coleccionismo. “Al menos la mitad de los pacientes que lo padecen sufren alguna clase de enfermedad mental: demencia, depresión psicótica, trastornos de personalidad e, incluso, esquizofrenia”, explica a Cuidate Plus Manuel Serrano Vazquez, jefe de Psiquiatría del Área de Gestión Integrada de La Coruña. En algunos casos es preciso tratar la patología psiquiátrica asociada (depresión, delirios crónicos). Sea cual sea la causa, uno de los problemas fundamentales a la hora de tratar la enfermedad es que el paciente suele tener poca conciencia de la misma. “Se niegan a cualquier tipo de ayuda y, si no están incapacitados por alguna enfermedad psiquiátrica o demencia, no pueden ser ingresados en una residencia sin su consentimiento. En estos casos es preciso un poder jurídico que obligue a la persona a tratarse y, si es necesario, hospitalizarle”, señala el experto. Si no se hospitaliza hay que intentar garantizar unas condiciones de salud adecuadas en la vivienda o, si no es posible, la reubicación del paciente en una institución social. El objetivo es evitar la falta de higiene.
César Cervera (ABC): La historia de Diógenes de Sinope: el filósofo griego que vivía en la indigencia. Residía en una tinaja, comía junto a los perros y hacía todas sus necesidades en público. Hoy en día, «el síndrome de Diógenes» designa un trastorno del comportamiento que se caracteriza por el total abandono personal y por la acumulación de grandes cantidades de basura y desperdicios domésticos. Antes de partir a la conquista de Asia, Alejandro Magno se detuvo en Corinto y pidió conocer «al filósofo que vivía con los perros», o al menos eso cuenta una leyenda de larga tradición. El joven macedonio quedó asombrado con Diógenes de Sinope, pues no se parecía a ningún sabio que el joven macedonio, educado por Aristóteles, hubiera conocido o imaginado nunca: dormía en una tinaja y se rodeaba las veinticuatro horas del día por una jauría de perros. Alejandro entabló conversación con el entonces anciano y, horrorizado por las condiciones en las que vivía, le preguntó si podía hacer algo para mejorar su situación. «Sí, apartarte, que me estás tapando el Sol», contestó el filósofo de malas maneras al que era ya el dueño de Grecia. No en vano, según la leyenda, el macedonio no solo aceptó el desplante sin enfadarse, sino que le mostró su máxima admiración: «De no ser Alejandro, yo habría deseado ser Diógenes». La anécdota es reveladora pero oculta algo mucho más alucinante: Diógenes es uno de los protagonistas de «La Escuela de Atenas», el cuadro de Rafael que decora los museos del Vaticano en memoria de los personajes más sabios de la Humanidad. Leer más.
que penaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa