IÑAKI ESTEVEZ. Desde Majadahonda Magazin me piden mi autobiografía para que los lectores de mis crónicas del Rayo Majadahonda conozcan un poco más sobre mí. Soy Jose Ignacio Estévez, pero en Majadahonda la gente me conocen más por Iñaki y sobre todo por ser hijo de José Estévez o “El del Paso”. Y es que hablar de mi vinculación con el Rayo Majadahonda es hacerlo de mi padre, que fue jugador, directivo y actualmente socio nº 7 y una de las gargantas más castigadas del Cerro del Espino, muchos sabéis a que me refiero… Nací en junio de 1976, cuando algunos dicen se fundó el Club de Fútbol Rayo Majadahonda, pero sabemos que desde los años 50 ha existido un equipo de fútbol en Majadahonda aunque con otro nombre: Rayo Majariego.


Para mí hablar del Rayo Majadahonda es referirme a mi padre, a Tomas “Chalupa”, a Paco “Cicuta”, a Antonio “Chicolla”, a “Kennedy“ y a muchos más que de alguna manera en mi infancia estaban vinculados con el club. Pero para mí la figura imprescindible es Vicente Álvarez, que a pesar de su genio siempre ha sido el alma o el hombre del club que servía para todo en aquellos años. Él fue quien me pidió, cuando yo era un chavalín, que le ayudara a su tío Evi a poner los carteles por los bares de Majadahonda. Cuando empecé a colgarlos era Portilla el capitán del equipo, pero no Alvaro, sino Andrés, su padre, que jugaba en el equipo que consiguió por primera vez un ascenso a la Tercera División. Recuerdo que todos los miércoles de la semana que jugaba el Rayo, Vicente, mi padre o mi tio me traían montones de carteles para colocar por toda Majadahonda. Y esa tarea junto a mi padre la hice todas las temporadas hasta hace tres años hasta que jugamos el ascenso a Segunda B contra el Condal.

Aparte de poner carteles también tuve mi época de futbolista en la cantera, pero he decir que no se me daba muy bien y no pude destacar en ninguna categoría. No así mi hermano Pedro Luis, que llegó a jugar a las órdenes de nuestro actual míster Antonio Iriondo en su primera andadura del Rayo. Y compartió vestuario con el gran David Ballester, uno de los jugadores más importantes que ha tenido este equipo en su historia. Cuando se realizó la remodelación del antiguo Cerro del Espino, el Atlético de Madrid decidió poner un marcador electrónico y una megafonía que sigue existiendo. Y me pidieron que me encargara de ellos también todos los partidos del Rayo, y así lo hice durante muchas temporadas junto a Antonio “Chicolla”, que descanse en paz. Carteles y marcador fueron algo ligado a mí muchos años y de los que tengo muy gratos recuerdos.

Y he disfrutado viendo a miles de futbolistas de la Preferente y Tercera División madrileña y algunos pocos de Segunda B, porque hace tres años, justo cuando el Rayo Majadahonda jugó el partido de ascenso a Segunda B, puse mi último cartel. Decidí entonces que era el momento de estar más cerca del aficionado e interesarme por cual era el motivo por el que este magnífico club dispone de tan poca masa social. Aún hoy, después de tres magnificas campañas, campeones de Tercera División y ascenso a Segunda B, permanencia, y play off de ascenso a Segunda División A, veo que todo ello no ha servido para que una ciudad como Majadahonda llene el Cerro del Espino, salvo si es con aficionados del equipo contrario.

Como aficionado decidí hacer uso de las redes sociales creando un foro para informar un poco de las novedades del club, e impulsar algo que creí necesario: un aumento del número de socios con el propósito de que los jugadores se sintieran un poco más arropados. Fruto de esa iniciativa, que muchos aficionados reclamaban, nació un grupo de animación la temporada pasada que ha dado «vidilla» a la grada del Cerro del Espino. Y para mí son algo más que simples seguidores, son un gran grupo de amigos que con el bombo y canciones originales van a pasárselo bien, dejarse la voz y disfrutar del partido.

En todos mis años de socio nunca vi una comunión igual entre aficionado y futbolista, porque el empuje que se daba en los momentos determinantes sirvió muchas veces para ganar partidos que, bajo mi opinión, se hubieran empatado o perdido en otras circunstancias. Pero sobre todo debo destacar los viajes que se realizaron Albacete, 2º Toledo, 3º Zamudio, 4º Baracaldo y 5º Santander. En todos esos partidos el equipo sacó algo positivo. Esos aficionados que lo acompañaron recordarán durante su existencia todo lo vivido y siempre formarán parte de la historia de este club.

Con respecto a la actualidad del Rayo Majadahonda creo que debemos ser positivos porque el fútbol cambia mucho y lo que hoy es negro mañana es blanco. Yo tengo fe ciega en el entrenador Antonio Iriondo, que es para mí la piedra angular del proyecto deportivo del club y el causante de que muchos hayamos visto fútbol de muchos quilates en estas categorías que poco tienen que ver con la Primera División. Como tengo también mucha confianza en la plantilla de jugadores, que creo que pueden dar buen rendimiento. Aunque están pasando una mala racha, les he preparado un vídeo para motivarles cara al partido contra el Talavera de este domingo.

Majadahonda Magazin