«Ya en el año 2007 ocurrió un caso similar al de «Lobo», en el que se denegó la nacionalidad española a una niña de ocho meses porque el juez estimó que el nombre no se ajustaba a la ley al considerar que no era femenino, por lo que obligó a los padres a inscribir a la niña en el registro de Majadahonda con el nombre de Belisa, en lugar de Beliza. De todas formas, desde el Registro Civil de A Coruña recuerdan que la normativa se ha flexibilizado desde hace varios años, insistiendo en que existe un campo «muy grande» para poner nombre a los hijos, asegurando que siempre «tendrán derecho a recurrir». La periodista Victoria Robles de La Voz de Galicia repasa en un artículo algunos de los nombres de bebés más singulares y extraños de España así como las consideraciones a tener en cuenta para que puedan ser inscritos en el Registro Civil.
VICTORIA ROBLES. «En la actualidad se permite utilizar como nombre cualquier diminutivo y emplear un apelativo, a pesar de que no exista en ninguna lengua hablada del territorio español. Es decir, antes, si unos padres querían llamar a su hijo Pierre, no podían hacerlo y se tenían que conformar con Pedro o cualquier variante en gallego, vasco o catalán. Pero hoy ya se acepta. Aún así hay muchos que consideran que esta ley, que data de 1957, sigue siendo un tanto estricta al no permitir que se inscriba más de un nombre compuesto o dos simples -a excepción de la Casa Real-, tampoco aquellos que perjudiquen a la persona, o los que hagan confusa la identificación, ni los que induzcan a error en cuanto al sexo. Nombrar a dos hermanos con el mismo apelativo tampoco está permitido, a no ser que uno de ellos haya fallecido», detalla el artículo.
«En Galicia, según explican desde el Registro Civil de A Coruña, también tuvieron un caso similar al de Lobo, en el cual unos progenitores quisieron poner un nombre «peculiar», relativo a un «animal» a su hijo, pero al encontrarse con la negativa del juez decidieron cambiarlo empleando otro igualmente «extraño». A pesar de no haber querido dar más datos, lo recuerdan como un caso único y anecdótico, de esos que «no se olvidan», y aseguran que después de tantos años «sería imposible recordar todos». Conforme datos del Instituto Galego de Estadística (IGE), Delfina, con 1.424 mujeres, es el nombre de animal más utilizado en la comunidad, seguido de Paloma, con 971. En el campo masculino, Delfín y Castor, con 538 y 405 personas, respectivamente, son los apelativos más empleados, aunque estos nombres de animales eran más frecuentes hace unas décadas que ahora. Hoy en día ya se puede coincidir con 17 Pánfilos, 70 Canutos, o varios Lenins; mientras que cada vez en el territorio femenino nacen más Shakiras, Khaleesis o Mileys. En cuanto a los apellidos, hay algunos padres que tendrían que haber tomado la decisión de intercambiárselos o de pensarlo dos veces antes de escoger el nombre para sus hijos. Este es el caso de personas como Luz Cuesta Mogollón, Miguel Marco Gol, Digna Marciana, Florentina Caldito Blanco. Armando Bronca Segura, Elena Nito del Bosque, o Domingo Díaz Festivo, entre otros».
«Sin embargo, la mayoría asegura que se sienten orgullosos de su nombre y apellidos. Este es el caso de Luz Cuesta Mogollón, quien considera gracioso ver la cara de sorpresa de la gente y afirma que le gusta saber que es imposible que coincida en nombre y apellidos con alguien, o de Miguel Marco Gol, quien confesó que no le apasiona demasiado el fútbol, pero que, al igual que Luz Cuesta, agradece la originalidad de sus apellidos. Así como Digna Marciana, perteneciente a Huerta del Rey, el pueblo más famoso de Burgos por tener los habitantes con los nombres más raros de todo el territorio español. Por todo esto es sorprendente que el caso de Lobo generase tanto revuelo en España, donde se vienen permitiendo designaciones variopintas. Apellidos como los anteriores, nombres de ficción, históricos, o de famosos se encuentran pasando día a día por el Registro Civil sin ningún tipo de inconveniente«, concluye Victoria Robles.
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