JULIA BACHILLER (Opinión). El tejido empresarial de Majadahonda es de suma importancia para mantener una buena calidad de vida y con ello favorecer el crecimiento de la ciudad. El pequeño comercio, –amenazado constantemente por las grandes superficies–, el sector de la hostelería y los empresarios que en sus diferentes facetas trabajan en Majadahonda, han de ser cuidados con el respeto que se merecen a la gran labor que realizan día a día. Acaba la legislatura y a fecha de febrero de 2023 ya nada queda de los encuentros entre empresarios, emprendedores senior y junior de otras legislaturas. O de los reconocimientos públicos a personas relevantes en el municipio. Ni de la existencia de una guía comercial donde se publiciten comerciantes y empresarios. Por no quedar, ya ni quedan algunos de los imprescindibles funcionarios que prestaban sus servicios en dicha Concejalía, cuya labor se centraba en escuchar y buscar una solución a los problemas que se les planteasen. Fueron ellos los que a muchos nos enseñaron a “perder el miedo escénico”, o que el “talento” para emprender o encontrar un puesto de trabajo no tiene edad, así como premiar a personajes destacados del mundo empresarial que sirvieran de ejemplo.

Con todo lo aprendido en esas charlas y coloquios que en su día se ofrecían desde Comercio, me atrevo a decirle, Señora Concejal de Comercio, Silvia Saavedra, que parece avergonzarse de los comerciantes y al igual que el Círculo de Empresarios, ha hecho desaparecer su digna denominación para llamarla «desarrollo económico, emprendimiento, empleabilidad y consumo». Una muestra más de que usted entró en esa Concejalía cual “elefante en una cacharrería” y ese «mucho ruido musical» pero pocas nueces en riqueza, empleo o seguridad, ha provocado irrecuperables destrozos por su carencia de conocimientos y deficiencias de gestión en dicha materia.