JULIA BACHILLER. Hasta el día de hoy he sido totalmente reacia a opinar o valorar lo sucedido entre este medio de comunicación y los concejales de Ciudadanos Antonio Rodríguez y David Ayuso. Desde que saltó la noticia en la que los comerciantes de Majadahonda se quejaban del proceder de estos dos concejales para la financiación del equipo de futbol sala femenino del cual son directivos, han sido muchas las recriminaciones, insultos y gestos inapropiados por su parte, tanto en las redes sociales como en persona, que he tenido que presenciar como colaboradora del mismo. Pero todo tiene un límite, y ese límite llega cuando a mi parecer se sobrepasa la tan aclamada y utilizada palabra “libertad”, a la cual muchos nos acogemos cuando hemos dicho una soberana estupidez y lo reconocemos, pero no sabemos cómo arreglarlo. Y con un «soy libre de opinar” se soluciona todo.


¿Cuando se sobrepasa esta libertad?. Cuando se amenaza con una denuncia a un medio de comunicación por dar a conocer a los vecinos de Majadahonda algo que está sucediendo en lugar de callarlo. Cuando los dos concejales de Ciudadanos Majadahonda necesitan que terceras personas (el resto de su grupo, otros partidos políticos) acudan en su ayuda es que no son capaces de limpiar esta imagen por ellos mismos, haciendo unas declaraciones al medio que según ellos les ha ofendido y dando su versión de los hechos. Los políticos, como los periodistas, tienen un punto en común: el veredicto de los vecinos. Ellos ocupan sus escaños por los votos otorgados, un periódico mantiene su audiencia por su seguimiento a diario. Si a un medio de comunicación se le impone una multa por dañar la imagen de un político, ¿cual habría que aplicarle al político por dañar la imagen de los más de 75.000 habitantes que tiene Majadahonda en este caso?.

Con el escritor Manuel Hurtado

¿Que daña la imagen de una ciudad como Majadahonda? A mi parecer, y me hago responsable de lo que voy a mencionar, que un concejal no le de valor al cargo que representa y al número de vecinos a los cuales también lo hace, no sabiendo decir que “no” a una actuación en una obra de teatro conociendo de antemano el papel que le toca representar. Hasta los actores profesionales deciden si realizan o no una escena por lo que les puede conllevar en su carrera profesional. También daña la imagen de la ciudad y de su partido que un concejal decida hacerse directivo de una asociación, entidad, equipo de futbol… que poseen acceso o relación con las instalaciones municipales o regulaciones administrativas del Ayuntamiento sin tener en cuenta que el resto de entidades del municipio, o seguramente muchas de ellas, también querrían tener un concejal entre sus filas: se supone que facilita muchos trámites.

Debate sobre prensa y conciliación familiar

También que un concejal utilice terceras personas para limpiar su imagen, refiriéndome a sus propios compañeros de partido con la próxima moción que presentarán en el pleno de Majadahonda. Y a las jugadoras de un equipo de futbol sala realizando actos en favor de un colectivo LGTBI en instalaciones municipales. Y que intente mezclar al resto de los partidos políticos en sus enredos, lo que al parecer consiguen. Y que un concejal insulte a un medio de comunicación llamándolo «manipulable»: ningún medio de comunicación es manipulable, existen los que dignamente se dedican a difundir en su mayor parte las notas de prensa de los demás y los que quienes además de ello trabajan algo más la noticia. Otra cosa distinta es que a los dos concejales de Cs no le guste nuestra manera de trabajar y eso es aceptable: en todos los trabajos hay buenos y malos empleados y la libertad de elegir en internet los medios de comunicación con los que uno se informa es infinita. Por último que un concejal dañe la imagen de su propio partido y la de sus compañeros con actos evitables por su afán de protagonismo y ganas de destacar me parece absurdo.


En La Sexta TV por la obra «Mi Princesa Roja»

Desde que estoy colaborando con este medio de comunicación, debido a las críticas y zancadillas que ha recibido –siempre de unos pocos y siempre los mismos– para desarrollar la libertad de expresión, la libertad de prensa y la libertad de información– por su único afán de informar de todo lo que esté a su alcance, sin prejuicios y sin exclusiones, en varias ocasiones me he visto en la tentación de abandonar. El oficio es más duro de lo que la gente se imagina, como dije en una reciente conferencia, algo en lo que los periodistas coinciden. Pero aunque yo no esté de acuerdo al 100% con todo lo que escriben el 100% de los colaboradores de este medio, las diferencias de opinión no pueden más que el inmenso apoyo, aliento y cariño que recibimos del 99% de los lector@s, oyentes o espectadores.

Con la camiseta MJD

Incidentes como el ocurrido en la pública Casa de la Juventud con el grupo político Podemos cuando se vetó mi entrada para cubrir uno de sus actos «abiertos», fueron situaciones desagradables, pero luego valoras la reacción y los comentarios de los integrantes del partido e incluso hablas con ellos y se superan las dificultades acudiendo al diálogo. En estos casos todo suele subsanarse con unas declaraciones al medio dando su versión, esas son las reglas de juego en democracia, y que después valoren los que verdaderamente son los jueces: los seguidores de ese medio de comunicación, siendo vecinos o no de Majadahonda, pues por fortuna la audiencia e impacto supera nuestras humildes fronteras, como suele apreciarse a diario en los comentarios. El martes viviremos un nuevo episodio en el pleno del Ayuntamiento hablando de libertad de expresión o libertad artística y sobre los límites de la misma cuando afectan a colectivos vulnerables. Ojalá que todos los concejales tengan la misma libertad para expresarse que la que yo poseo ahora.

Majadahonda Magazin