José Mateos Mariscal

José Mateos Mariscal junto a otro emigrante expatriado en Alemania

JOSE MATEOS MARISCAL. Era trabajador autónomo en mi país, España, perjudicado por una crisis económica. Perdí todo: mi piso, mi coche, todo menos mi dignidad. Después de dos desahucios la crisis me transportó a Alemania con mi mujer y mis dos hijos (mi niña de 12 y mi niño de 8 en aquel entonces, 2013). Tengo relación con Majadahonda, sitio precioso, yo tenía una empresa de construcción metálica, trabajé mucho en los comerciales con mi constructora. El serial que voy a publicar lo hago por hobby, no tengo interés económico ninguno. Se trata de hacer visible la vida de los emigrantes españoles en Alemania a través de un español en Alemania, esa dura realidad de los emigrantes españoles expatriados. Pretendo sólo ponernos voz y cara porque somos una Europa hecha por emigrantes.


Nosotros, seres humanos, mujeres y hombres emigrantes. Todas las personas que vivimos las diversas formas existentes de la movilidad humana. Y que sufrimos sus específicas formas de negación de la dignidad y los derechos humanos, tales como el tráfico, la trata, el desplazamiento y el refugio, la negación legal y de hecho de la ciudadanía, la xenofobia, el racismo, la explotación laboral y sexual, la exclusión, el sexismo, el clasismo, la intolerancia de creencias y cultura, la agresión militar, la débil o nula responsabilidad social de los medios, los egoísmos y competencias laborales y chauvinistas, los abusos o tratos despectivos de algunos funcionarios públicos, los temores e incomprensiones de algunos tomadores de decisiones, los rezagos e indecisiones institucionales, y todas las demás formas.

Los emigrantes hicieron muchos de los grandes descubrimientos de las naciones y crearon algunas de las empresas más icónicas e innovadoras en Europa. Están entre nuestros principales emprendedores, políticos, artistas y filántropos. La experiencia y la energía de quienes vienen a nuestro país de origen en busca de una mejor vida para ellos y para sus hijos -para perseguir el «Sueño Europeo»– forma parte del tejido social, político y económico de Europa. Sé que la situación de los emigrantes es difícil, pero ¿quién les da trabajo a los jóvenes españoles? Seis de cada diez jóvenes están parados. La crisis económica está destruyendo las expectativas de futuro de toda una generación en España. Lamentablemente, los desahucios y la pobreza nos han orillado a abandonar nuestras comunidades de origen. Ningún ser humano debe ser obligado a arriesgar su vida para mejorar sus condiciones sociales y económicas.

Trabajar por poco dinero es mejor que morir de hambre. Yo no quiero volver a España, aquí en Alemania estoy mejor y me busco la vida. Pero lo malo es el miedo a lo desconocido, el racismo o la xenofobia. Nunca antes había salido de España, mi país de origen, y tenía miedo. Los primeros años en Alemania los pasé llorando, pero después me di cuenta de que la vida aquí es mucho mejor. La integración depende de tu propia actitud de emigrante. La gente aquí es muy dura. Voy caminando por la calle y me dicen cosas. Pero soy valiente y muy luchador y ahora ya me lo he puesto en la cabeza: estoy aquí y voy a luchar para hacer mi sueño realidad.

Una cuarta parte de nosotros tiene al menos un progenitor que nació en otro país. Cerca de la mitad tenemos un abuelo que nació en otro lugar. Ahora sabemos con total certeza que todos empezamos a caminar desde África hace cerca de 10 millones de años. Todos somos africanos bajo la piel. Sabemos por donde fue que vinimos. Que todos los europeos son turcos. Que tenemos hermanos y primos en todas partes. La humanidad es una, en todo el sentido de la palabra. Su larga historia de variedad es producto del cruce del tiempo, con todos los caminos y todas las geografías y climas. El color de piel es un hermoso accidente de las circunstancias y la humanidad, a medida que creces lo vas entendiendo. Esto es inevitable. Cuando la conciencia humana sea suficiente, el racismo será un recordatorio de los viejos días de menos humanidad y nuestra variedad de formas y colores será un regalo de riqueza para las generaciones futuras. Basta de reproducir la misma violencia que los emigrantes reciben de los gobiernos. Ya basta de este tipo de hipocresía. Rechazamos enérgicamente que el gobierno cumpla ciegamente con las políticas xenófobas y racistas impuestas. Detengamos juntos el racismo y la xenofobia.

Majadahonda Magazin