Las ex concejalas de UPyD Majadahonda, Carmina Madrigal y Marilú Fernández, han causado esta semana baja en el partido y se han desvinculado definitivamente de la formación magenta, según pudo saber MJD Magazin en fuentes cercanas a ambas. La agrupación majariega pasa así a formar parte conjunta con Las Rozas, cuyo concejal Cristiano Brown permanece en la nueva dirección nacional que lidera Gorka Maneiro y que pretende presentarse de nuevo a las elecciones del próximo 26-J. Carmina Madrigal y Marilú Fernández obtuvieron 1.132 votos en las últimas elecciones municipales de mayo de 2015, lo que les dejó sin representación en el Ayuntamiento de Majadahonda. En las autonómicas madrileñas de esa misma fecha lograron 660 votos y en las generales de diciembre ya solo alcanzaron 496. UPyD tocó techo en 2011 en Majadahonda cuando llegó a alcanzar 3 actas en el consistorio majariego, con 3.652 votos y el 11.21% del electorado.

La defunción de UPyD en Majadahonda deja huérfana esa parte del voto de centro de cara a la repetición de las elecciones generales del próximo 26-J, aunque curiosamente su arraigo en la ciudad se mantiene inalterable e incluso creciente a lo largo del tiempo. En 2007, en pleno auge del bipartidismo con mayoría absoluta del PP, Centristas de Majadahonda mantenían 2.574 votos y 2 actas de concejales. Cuatro años después (2011), esos 3.600 votos de UPyD no solo no restaban respaldo a la centrista Mercedes Pedreira sino que ésta aumentaba sus sufragios hasta los 2.738 votos. Irrumpía testimonialmente entonces por Majadahonda un tercer partido de centro: el CDL (Centro Democrático Liberal) de Alfonso Reina, con 285 votos.

En 2015 ese voto se “centrifugó” de nuevo hasta los estándares actuales: Alfonso Reina fusionaba CDL con Ciudadanos y obtenía 6 concejales, 6.936 votos y el 20.3% de los sufragios. Y el voto moderado seguía creciendo, pues la centrista Mercedes Pedreira permanecía con 1.792 papeletas y la portavoz de UPyD, Carmina Madrigal, aunque fuera del consistorio, conservaba 1.132 sufragios. Hoy la aventura ha llegado a su fin y el viaje al centro pierde el color rosa. La duda es si el 26-J tornará naranja ciudadana, se enrocará en el verde centrista o incluso si caerá finalmente en la abstención. PP y PSOE también se lo disputan.