JOSE Mª BABOT VIZCAÍNO. Hace tiempo, bastante, que quería escribir sobre este asunto. Desde mi atalaya en Majadahonda, voy a describir, según mi humilde opinión, lo que presuntamente creo que es la derecha, la izquierda y los mediopensionistas. Empezaré por estos porque poco, muy poco tengo que decir. Este grupo, que es bastante considerable en España, son los que no optan en la votación por nadie. Siempre están dispuestos a criticar a todos, por eso ni se acercan a las urnas a depositar el voto. Critican a todos, a todo y en todo. No creen en nada ni en nadie, políticamente hablando, y, por eso no dan su confianza a persona alguna, ni partido político que se presente a elecciones.


JM Babot

En democracia, y siempre, se ha de participar si se quiere que todo vaya lo mejor que se pueda. Sobre la derecha, esa derechona engreída a la que aludió Alfonso (Guerra), el que supuestamente fue a los toros a Andalucía en un avión del Gobierno, es una opción que, sus participantes directos, como sus votantes, suelen ser de familia acomodada, en la que les gusta el dinero más que a un niño un caramelo, católicos y muy educados, normalmente. Todo lo que escriba es con carácter general siempre. Amigos del enchufismo, de que se les abran todas las puertas con reverencias incluidas, de salir en las fotos con personajes más que famosos para que se les vea con quien tratan, de figurar en todas las partes, de ser objeto de miradas, parabienes, salutaciones, reverencias, invitaciones a ágapes y demás festejos.

También de ir excelentemente bien vestidos, que, a veces parecen un San Luis, como se dice vulgarmente, lucir el coche que no suele tener nadie, de figurar en los medios informativos de toda índole, de jactarse de todo lo que tienen, de sus excelentes veraneos, y festejos… En fIn, de querer ser lo más de lo plus, o de creer que lo son. Les gusta «estirar y encoger el brazo demasiado«. No suelen ser machacones, ya que cuando se ponen con un tema, para atacar al contrario, al cabo de tres o cuatro días abandonan el mismo o se olvidan de él porque ha salido otro caso, con lo cual pierden toda su fuerza, y muchísimas más cosas que es imposible describir aquí, en un rato.

Dentro de la derecha, en España, no existe, hoy por hoy, la extrema derecha. Extrema derecha fue el nazismo y el musolinismo o fascismo. Eso sÍ era la extrema derecha, que se empeñan en decir los odiadores de la derecha, pero ¿lo de aquí?. Por dos casos que se ha dicho que eran duros, incluso muy duros si se quiere, no se puede comparar con lo que fue el comunismo: el marxismo y socialismo hundieron en la esclavitud y miseria a los países de Europa Oriental. La dictadura del proletariado es la más feroz de las tiranías y el régimen estalinista ha cometido más crímenes que ninguno otro de la humanidad, incluIdos nazismo y fascismo. Eso es la extrema derecha, y no a lo que ahora se les ha tachado con ese nombre, que es una pantomima de la extrema derecha.

Ahora veamos la izquierda. Esa izquierda que hace mucho ruido pero sin algo dentro. Es como el don del algodón, que para tener don, se necesita tener algo. Yo la veo dividida en tres grupos: izquierda, comunismo y rojos. La izquierda es lo mismo que la derecha, solo que no suele hacer gestos ni gastos ostentosos, pero sí en la intimidad para demostrar lo que tienen. Se lo suelen esconder y callar, no vaya a ser que se les vea el plumero, pero lo tienen. Igualmente son muy amiguetes del enchufismo, más que la derechona. Obras son amores. Solo son contrarios a algunas veleidades entre ellos: amigos, muy amigos de los ágapes sabrosísimos, viajes de alta categoría y relojes de altísima gama, vivir en pisazos y chaletazos… pero al fin y al cabo, son iguales, si acaso menos ostentosos solo por ir en contra de la derechona.

Se tienen pruebas fehacientes: por ejemplo, colocar preferentemente a mujeres entre las personas de un equipo al frente de un Ministerio. Igualmente son personas que les gusta tener dinero, y estirar el brazo igualmente que la derecha. Y para no demostrar que lo tienen, van descamisados, descorbatados, y, generalmente, para disimular, o por estar acostumbrados a ello, suelen ir bastante mal vestidos, excepto los que manejan el tinglado, claro, deszapatados, descorbatados y desgreñados, para disfrazar algo, pero con unas propiedades que tumban al más pintado, pero a la chita callando. La prueba de ello es que bastantes viven en barrios de lujo, «a lo cayetano», amigos de hacer sentir su poder, de creerse que son los únicos que poseen la verdad, la verdad de todos. Les encanta hacer gala de su poderío político, insultantes a más no poder. No saben discutir si no insultan. Y manejan el tinglado de la izquierda a su antojo, moviendo a las masas conquistadas con algunas que otras mentirijillas. Cuando atacan a alguien, no sueltan la presa hasta haberla derribado totalmente, en contra de la derechona, que abandona pronto. Amigos de saltarse todo a la torera sin importarles una higa lo que les pueda pasar, pero como son amigos de sus amigos, suelen escaparse de todo. Les encanta derribar estatuas y cambiar los nombres de calles que, según ellos, solo ellos, es una inmundicia para las ciudades y la ciudadanía.

Y luego está el grupo de «rojos». A estos solo les queda, y además les encanta, que les manden a manifestarse para poder destrozar todo lo que se encuentren en su camino. La estrofa de su himno, dice bien a las claras, lo que son: «Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión, atruena la razón, en marcha. Es el fin de la opresión«. Ellos mismos se declaran cómo son… o eran. Los mandamases de entonces les llaman «parias» que, según el diccionario es un ruin, golfo, esclavo, apátrida…. «Famélica legión«, es decir, les llaman hambrientos, ansiosos… Les llaman a ponerse «en pie», es decir a estar preparados para lo que sea. Les dicen que adelante, «en marcha», a por todas, ya que «es el fin de la opresión». ¿Quién fue el que les hizo la opresión, si ellos mismos se hundieron en la miseria y en la esclavitud?. Y este grupo dice estar dispuesto a hacer todo. Y todo es todo, lo que los de la izquierda y comunistas indiquen. Cientos de miles de cosas que no caben aquí definen a toda la izquierda. Esta es, someramente, la opinión que tengo de derecha e izquierda. ¡Cuánto mejor sería cambiar a dos clases solo!: ¡Conservadores y liberales!. Al estar más repartida la cosa, o más junta, según se mire, igual cambia todo esto. Y esto no quiere decir que estoy a favor de uno o en contra del otro, o viceversa. No, solo es lo que creo que hace cada opción política, sin decantarme por ninguna de estas acciones, que no opciones. Yo lo veo así.

Majadahonda Magazin