PAULA BERBELL. El 16 de febrero se cumplió el 85º aniversario del nacimiento del torero Antonio Ordóñez en Majadahonda y las redes sociales británicas lo recordaban con estas palabras: «Three torero generations, Antonio Ordoñez (grandfather) Francisco Rivera «Paquirri» (Father) and Francisco and Cayetano». Sus fans, Marria Mars y María T., poseen 7.004 seguidores, una saga fotográfica de toreros y un lema: «No llores porque acabó, sonríe porque sucedió» o en inglés «Don’t cry because it’s over, smile because it happened» (Gabriel García Márquez). Lo cierto es que Antonio Ordoñez Araujo nació en Majadahonda ese 16 de febrero de 1932, y fue trasladado hasta Ronda para bautizarle e inscribirle en el registro. Falleció en Sevilla el 19 de diciembre de 1998. El taurino y flamenco Héctor Magno fue el primero que lo publicó en su web: “Antonio Ordoñez nació en Majadahonda (Madrid), en una casa que tenían sus padres en la zona de El Plantío; una vez pasaron los días de cuarentena le llevaron en tren hasta Ronda, donde fue inscrito y bautizado».

«Existen personas vivas que corroboran esa información y se tiene constancia de quién le asistió en el parto. La casa en la que nació fue destruida y saqueada durante la Guerra Civil. Se da por seguro, pero no es cierto, que nació en Ronda, dado que se intenta conservar la tradición torera de la familia Ordoñez, aunque se sabe que dicha tradición no es cierta en su totalidad. Es el tercero de los cinco hijos del matador de toros Cayetano Ordóñez, conocido como «El Niño de la Palma» (La Palma era el nombre de la zapatería de sus padres) y Consuelo Araujo. Crece Antonio presenciando la gloria de su padre, quien, al igual que él mismo posteriormente, fuese inspiración para Hemingway, escritor con el que establecería una recordada amistad y a quien llamaba familiarmente, por conocerlo desde su infancia, «Papá Ernesto». Fue también amigo del director de cine Orson Welles, admirador del diestro rondeño y amigo hasta tal punto de que sus cenizas dmás importantes del siglo XX. Mantuvo la esencia del toreo más importantes del siglo XX. Mantuvo la esencia del toreo ortodoxo a pesar de ser contemporáneo de toreros de estilo tremendista (como El Cordobés, con quien no compartiría ruedo). Su rivalidad taurina con Luis Miguel Dominguín fue uno de los sucesos más comentados de la historia de la tauromaquia”.

 

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