Captura de pantalla 2016-02-23 a las 12.11.29FEDERICO UTRERA. El pleno del Ayuntamiento de Majadahonda registró por primera vez una situación insólita desde que hace 10 meses se iniciara la legislatura: ningún vecino solicitó la palabra para interesarse por alguna cuestión pública o particular y la asistencia fue bajísima, apenas media docena de espectadores. ¿Desánimo? ¿Hastío? ¿Decepción? ¿Desprecio? Lo cierto es que a nadie escapaba que este mismo martes el rey Felipe VI recibía a los líderes políticos nacionales para certificar un fracaso: también por primera vez se repetirán las elecciones en España por la imposibilidad manifiesta de los actuales partidos para formar Gobierno. La ausencia de los majariegos en el pleno, que hasta ahora registraba una gran actividad de los ciudadanos en los habituales “ruegos y preguntas”, presagia un aumento de la abstención también a la hora de ejercer el derecho al voto. En países como Francia esta situación se ha paliado con la célebre “segunda vuelta”, donde los candidatos quedan reducidos a 2 ó 3 y el electorado va filtrándolos para ir eligiendo a los más capaces o con más posibilidades. Quizás una futura reforma constitucional española debiera recoger este modelo, pues ahora, a hechos consumados, la actual situación solo genera incomprensión y distanciamiento hacia la cosa pública. Y al final, los paganos de toda esta decepción son los políticos que más cerca están de sus electores, y estos se encuentran en los Ayuntamientos.


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