Varias alusiones a la incontinencia de los concejales animaron y sorprendieron en el pleno de Majadahonda

Varias alusiones públicas a la incontinencia de los concejales animaron y sorprendieron en el pleno de Majadahonda casi tanto como estos originales urinarios

FEDERICO UTRERA. El pleno del Ayuntamiento de Majadahonda correspondiente al mes de abril de 2016 fue especialmente original. Se celebraba el mismo día en que se anunciaba la disolución de las Cortes nonatas. Y casualmente fue el pleno más escatológico del año. Tápense los oídos los más castos y dejen fuera del alcance de los niños esta lectura. Lo que van a leer no les gustará ni al oído, ni al olfato, ni a la vista. Y obviamente tampoco al gusto ni al tacto, salvo que además de la política o el periodismo tengan otras perversiones. “En este momento los concejales de la Oposición abandonan el salón, no les interesa el debate”, radiaba Ricardo Riquelme (PP) en plan Radio Marca cuando iba a responder a una de las interpelaciones de la bancada opositora y percibió cierta desbandada de la audiencia. La concejala de Ciudadanos, Ana Elliot, le respondió indignada: “Han ido al aseo porque en este pleno no se hacen paradas”. Cuando horas después se levantaron Riquelme y Santana para cambiar el agua al canario, Ana Elliot hizo uso de la contrarréplica y se lo reprochó a Riquelme. El Grupo Popular, que estaba atento a la jugada, señalaba al concejal de IU como co-autor del delito de incontinencia no verbal. Y Riquelme respondió con humor e ingenio: “Espero que no me pidan el ADN”, en alusión al debate anterior en el que Cs solicitaba un análisis genético de los excrementos de los perros majariegos. El objeto era identificar su orina y defecaciones en la vía pública para que sus dueños sean multados. Y es que el concejal «popular» estuvo a punto de ver impugnadas sus “deyecciones”, según la palabra empleada por Ciudadanos en la moción.


Diógenes, en el célebre cuadro de Jean-Léon Gérôme (1860)

Diógenes, en el célebre cuadro de Jean-Léon Gérôme (1860)

“Hablemos castellano: no son “deyecciones” sino cacas de perro”, puntualizaba Mercedes Pedreira esgrimiendo un nuevo libro de cabecera, que no es el de Valoriza, como le acusa el Grupo Popular, sino el Diccionario de la Real Academia Española (RAE).  “En la puerta de mi casa lo que hay no son “deyecciones” sino fósiles, porque Valoriza no recoge estos residuos y menos mal que ha llovido”, añadió Juancho Santana (IU), aunando toda la biblioteca en una misma intervención. Se quejaba de que los perros usaban la salida de su portal no desde hace años sino décadas, siglos quizás. Casi desde la época en que los dos fascistas rumanos aterrizaron en Majadahonda y montaron un monolito a su figura. De hecho, también denunció que los propietarios del terreno donde se ubica acumulaban tanta basura que padecían el “Síndrome de Diógenes”, aquel filósofo griego que residía en una tinaja, comía junto a los perros y hacía todas sus necesidades en público.


Asociaciones majariegas reclaman un plan de castración gatuna

Asociaciones majariegas reclaman un plan de castración gatuna

En otras ocasiones se había oído hablar hasta de castraciones de gatos, todo esto no era nada extraño. Pero este martes hubo más testimonios inconfesables en este pleno tan particular. El concejal Angel Alonso (PP) hizo la más íntima: “Tengo un oído finísimo en comparación con el de la señora Pedreira, que vive en su mundo y oye lo que quiere oír, aunque mi madre me decía que yo también oigo lo que quiero oír y tenía razón: vaya adolescencia que le di”. La aludida, Mercedes Pedreira, le respondió en otro momento reclamando su derecho a criticar “aunque venga el concejal de turno y nos sacuda”. Se quejó de que “el concejal Angel Alonso descalifica” y le pidió al alcalde “que su gente se corte un poco” porque cada vez que la Oposición presenta una iniciativa “nos dicen que se la estamos robando”. Palabra sacrílega en un consistorio donde los tres últimos alcaldes han sido encarcelados o procesados.

El popular anuncio de Acuarius

El popular anuncio de Acuarius

Y eso que el concejal Manuel Ortiz (PP), que es quien habitualmente “sacude” a la Oposición, en palabras de Pedreira, estaba afónico y no podía intervenir. Solo lo hizo brevemente en el debate sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) pero nada de aquellas embestidas mezcladas con ironías que causaban estragos en las filas ajenas. Porque Majadahonda, cuando se pone fina, debate cosas de lo más insospechadas. Hasta tal punto, que el TTIP no alcanzaba a verse desde los altos de la ciudad y David Ayuso (Ciudadanos), que para estas cosas es muy socarrón, tampoco acertaba a ver la ubicación del debate en un pleno local: “Se han tomado un Acuarius y se han venido arriba”, diagnosticó. Son las disciplinas de partido, que salen de cabezas pensantes de Madrid y llegan a todos los rincones de España. Incluso a veces a la Luna.

El Chal es usado en otras culturas como objeto de cortejo

El chal es usado en otras culturas como objeto de cortejo

Pero estábamos con las escatologías que revolvían algunos estómagos, si es que esta no era otra más. Esta vez el alcalde Narciso de Foxá no quiso batir el guiness de permanencia inmóvil en escaño ni convertir a sus ediles en coriáceos fósiles: el pleno solo duró 4,5 horas ininterrumpidas. Y, pese a ser el penúltimo antes de la repetición de las elecciones generales, fue hasta sosegado, a tenor de los asuntos que se debatían. “¡Que estamos en campaña!”, se le escapó a Antonio Rodríguez (Ciudadanos), dada la mansedumbre con que se desarrollaba la sesión. De ahí que a veces se cayera en el chascarrillo: “¡Se lo está chivando la señora Monzón!”, denunciaba el socialista Zacarías Martínez Maíllo cuando ésta soplaba a un compañero de filas una respuesta. Las bancadas se transformaban entonces en pupitres de colegio. O en Salas X, como ocurrió cuando Narciso de Foxá se enfundó un enorme chal persa olvidado por Mercedes Pedreira en su escaño y al término del pleno subía con él enroscado en una mano a devolvérselo. No era transformismo, ni fetichismo, sino pura cortesía parlamentaria. Pero dada la escatología inicial algunos pensaron también en otras modalidades, como la zoofilia o la coprofilia, que sería peor. Ya les dije que a veces las crónicas políticas no deben dejarse al alcance de los niños. Y la de Majadahonda, este martes, está solo recomendada para mayores de 18 años que sean además amantes del porno duro o el sado-maso. Como poco.

Majadahonda Magazin