El Sur de Valladolid salva un gol en la raya

El Sur de Valladolid salvó un gol en la raya.

JOSE MARÍA VERA TREJO (Fotografías). La racha del Rayo Majadahonda B de Jony Alba solo la supera el Real Madrid: 4 victorias y 1 empate en los últimos 5 partidos e invicto en la segunda vuelta. Este domingo volvió a confirmarla en La Oliva, donde goleó a un correoso Moratalaz, que se le subió a las barbas y logró remontar un 2-0 hasta el empate. El suspense duró poco porque los “rayitos” sacaron más pólvora y marcaron 3 tantos más, hasta dejar el marcador en un contundente 5-2, con goles de Hoyos, Valdés, Richard, Coque y Barquín. Igual de espectacular está resultando el última tramo de temporada del Juvenil C de Rafa Casado: venció en Galapagar (1-2) al segundo clasificado y le birla el puesto, colocándose detrás del líder en un sprint final de infarto a falta de 11 jornadas. Una generación, la del 99, que viene como un tren y pide paso. Y un entrenador que está acreditando la fama que traía, pues fue quien en Sevilla sacó de la cantera a jugadores hoy internacionales como Sergio Ramos o Reyes. Discretamente y paso a paso, Rafa Casado está haciéndose un hueco dentro del club majariego a base de buen juego y aún mejores resultados. Algo que le resultó esquivo a Oscar Mena en su debut en el banquillo del Rayo Majadahonda A: mejoró el juego, la ilusión por el balón, la sintonía con la afición… pero la suerte se fue a Valladolid, que se encontró con un hombre más en un partido muy equilibrado. Y lo aprovechó. Pero lo que quita la suerte el destino lo da y el ex entrenador atlético, en contra de  la mayor parte de las opiniones y pronósticos, no tira la toalla.


El Rayo B volvió a ganar

El Rayo B volvió a ganar

Mala fortuna corrió por el Juvenil A en el debut de Oscar Mena en el banquillo de la División de Honor con el Rayo Majadahonda. Y fue esquivo el azar porque tras una buena primera parte, donde el equipo comenzó a jugar al fútbol y renunció al pelotazo, salvo cuando el fuerte viento o la presión rival lo impedía, desaprovechó dos jugadas de gol muy claras que podían haber sentenciado el partido. La primera tras un inesperado error de la zaga del Sur de Valladolid que le llega a Jorge quien, a puerta vacía y desde lejos, lanza un balón que le venía envenenado muy ajustado al palo, lamiendo el poste. Posteriormente fue Adán quien pega desde el área chica, el balón da en el palo y se pasea por toda la línea de gol sin que nadie acierte a tocar la bola. Previamente el portero vallisoletano había realizado una parada de vértigo ante un cabezazo picado que salva metiendo una mano imposible abajo.


 Superioridad numérica del Sur, decisiva

Superioridad numérica del Sur, decisiva

Cuando parecía que el segundo tiempo iba a ser igualmente propicio para el equipo local, que era el que llevaba la iniciativa, llegó la debacle. Expulsión del delantero Jorge, el mejor jugador y máximo goleador, que deja al Rayo con un futbolista menos. Si 11 contra 11 era un partido difícil, 11 contra 10 se tornó una quimera. El delantero majariego, que no suele hacer faltas y menos aún recibir tarjetas, obtuvo 2 en el mismo partido y las dos justas. Producto de los nervios, de la responsabilidad o de las ganas de agradar al nuevo entrenador, una legendaria figura de la primera división española, lo cierto es que el Rayo Majadahonda jugó algo más nervioso que su rival, que también se jugaba la vida en Majadahonda. Oscar Mena intentó un cambio de estilo, manoseó más el balón, buscó la profundidad, los espacios, el fútbol entre líneas, acariciaba y mimaba a los jugadores a pesar de los yerros… pero solo 3 entrenamientos dan de sí lo que pueden dar. Es tópico del fútbol que “a nuevo entrenador, victoria segura”, como lo es también que “con 10 jugadores se juega mejor que con 11”, que decía Helenio Herrera.

El B quiere confirmar su racha frente al Vicálvaro (5º)

El B quiere validar su racha contra Vicálvaro (5º)

La realidad es que son eso: tópicos. Y que, en efecto, hubo milagro en La Oliva, pero para el Sur de Valladolid, que se encontró con superioridad numérica y la aprovechó en la única jugada en que ocasionó un mayor peligro en él área local. Y ahora solo queda que Dios reparta suerte y que devuelva el milagro en Alcalá, donde el Rayo Majadahonda se juega el sexto de sus “match ball” que le hagan llegar vivo lo más lejos posible en la liga de oro juvenil del fútbol español. Solo le valdría la victoria. Y Oscar Mena, que se encontró un equipo desahuciado, con la moral por los suelos, malformado en el pelotazo y tentetieso de jugadores seleccionados por su técnica y dominio de balón, sin fe ninguna y que venía demandando un cambio desde el mes de diciembre, ahora paga las consecuencias y se ve obligado a ejercer lo divino. ¿Lo conseguirá? La próxima semana lo sabremos en Alcalá de Henares, lugar donde estudiara Miguel de Cervantes. Y es que hará falta muy buena prosa y aún mejor música para salvar una categoría que ha enseñoreado la cantera de este club durante los últimos 15 años.

Espectacular temporada del Rayo C

Espectacular temporada del Rayo C

Majadahonda Magazin