J. FEDERICO MTNEZ. ¿Como fue el altercado que se produjo este miércoles 10 de octubre de 2018 al término del pleno del Ayuntamiento de Majadahonda que debatía la instalación de un tanatorio en el barrio de Roza Martín?. Para unos, hubo «zarandeos», intervención policial, concejales de Cs «escoltados» por agentes, «intimidaciones» e incluso «chantajes». Para otros, no salió «nadie escoltado» y otras versiones hablan de «recriminaciones» de vecinos a concejales. El único medio de comunicación presente en el pleno fue MJD Magazin, que fue testigo de todo lo que ocurrió. Y hace público su relato junto a un vídeo y un audio que recogen gran parte de lo ocurrido al finalizar la sesión plenaria. En el mismo –y tras observarlo repetidamente como si fuera el futbolístico VAR- no se aprecia ningún tipo de «zarandeo» ni contacto físico entre vecinos y concejales. Lo único que se produjo fue un diálogo posterior, con mayor o menor vehemencia, más o menos amistoso, entre los ediles y los residentes en Roza Martín. El vídeo y el audio recogen estas expresiones: «¡Vaya vergüenza! ¡Es una vergüenza! ¡Para eso pagamos! ¡Es una incineradora a 100 metros de un colegio! ¡Alcalde! ¿Usted llevaría a sus nietos a ese colegio? ¡Es una estrategia contra el Partido Popular! ¡Ahora volvemos a votar a estos señores, los volvemos a votar! ¡Para lo único que servís es para recaudar dinero! ¡Recaudar dinero para pagaros! ¡sinvergüenzas! ¡es lo único que estáis haciendo! ¡Tenéis que vivir como los demás!». 


Del tenso diálogo entre la portavoz de Ciudadanos (Cs), Ana Elliot, con las dirigentes de la Plataforma vecinal, Ana González y Valentina Rodríguez, así como con otros vecinos, la grabación no registra insultos. Y cuando otro vecino mayor le pregunta a la concejala centrista Mercedes Pedreira, en presencia de Juancho Santana (IU) «¿Donde ha trabajado usted?», ella responde: «¡Yo he vivido siempre igual! Soy funcionaria del Estado y de la Comunidad Autónoma. Lo siento, pero no se puede descalificar», a lo que el interpelante responde: «¡Funcionaria, funcionaria! ¡pero que es esto, hombre!».

Dos agentes de la policía vestidos de paisano que habitualmente vigilan discretamente el desarrollo del pleno en previsión de incidentes, actuaron con pericia a escasos metros de los distintos corrillos que se producían entre concejales y vecinos al término del mismo. No tuvieron que intervenir en ningún momento y su actuación se limitó a apaciguar los ánimos con algún comentario e ir desalojando la sala poco a poco. Cuando finalmente salieron los concejales de Ciudadanos hubo un incidente en la escalera de subida al primer piso donde están instalados los grupos parlamentarios y la alcaldía, pero las versiones sobre el mismo difieren, siendo testigos ediles de distinto signo político y concejales.

Transcurridos 10 minutos, 4 de los 5 concejales de Cs que asistieron al pleno abandonaron juntos las dependencias municipales. Luego otro de ellos se dispersó en dirección contraria y los tres que quedaban se reunieron a tomar un café en un bar cercano para evaluar la situación. El jefe de policía, José Calvo, que sí iba de uniforme y un joven agente de paisano vigilaron discretamente la salida de los mismos a varios metros de distancia sin intervenir ni hacer demasiado visible su presencia. Ningún vecino quedaba ya en los alrededores del consistorio, luego no se produjeron tampoco «zarandeos» ni nadie «increpó» a los ediles. Una suave e inesperada lluvia ayudó a apresurar la marcha de todos.

Dentro del consistorio la sesión se desarrolló en un clima enormemente respetuoso por parte del público, que solo intervino colectivamente una vez. Fue el concejal de Izquierda Unida (IU), Juancho Santana, quien expresó lo siguiente: «Aquí se ha visto como en este pleno cada vez que aplaudía la gente o decía algo, se decía que esto no era un circo. Y hemos visto como se ha expulsado a vecinos y vecinas porque no aplaudían a quien le gustaba». El alcalde Narciso de Foxá, que había sido aplaudido en su primera intervención, recordó a los presentes que «no se puede aplaudir» y advirtió que podría desalojar a quienes lo hicieran.

El reglamento, en realidad, menciona la prohibición del público para hacer manifestaciones de «agrado o desagrado», según indica el Artículo 88.3: «El público asistente a las sesiones no podrá intervenir en éstas, ni tampoco podrán permitirse manifestaciones de agrado o desagrado, pudiendo el Presidente proceder, en casos extremos, a la expulsión del asistente que por cualquier causa impida el normal desarrollo de la sesión. Sin perjuicio de ello, una vez levantada la sesión, la Corporación puede establecer un turno de consultas por el público asistente sobre temas concretos de interés municipal». Al ser un pleno extraordinario, esos ruegos y preguntas no son obligados.

Otros testimonios: (David Ayuso, concejal de Ciudadanos (Cs) Majadahonda): «No he podido (asistir al pleno). Así no me han zarandeado como a mis compañeros, ni insultado, arengados por miembros del PP, que han tenido que salir escoltados por la policía local» . («Don Jardincillos», vecino de Roza Martín y tuitero): «No he visto salir a nadie escoltado, no he ido arengado por ningún partido, quería ver con mis propios ojos como cumplíais la palabra dada por vuestra portavoz» .

(X. Sampedro Fromont (Barrister, Intellectual Property Attorney, Mediator): «El PP más bolivariano en Majadahonda. Azuzando a los vecinos contra los concejales de Cs, que salieron del pleno escoltados por la policía. El PP intimidando a Cs para que prevariquen en el pleno impidiendo el uso de una licencia». (Agencia Efe, reproducido por ABC, La Vanguardia y El Mundo): «Tras el rechazo de los grupos de la oposición a la propuesta del PP, varios vecinos de la localidad se han acercado a los concejales de Cs para recriminarles su voto en contra. La Policía Local ha tenido que intervenir para que el suceso pasase a mayores».

Majadahonda Magazin