J. RUBIO/S. BLUE ¿Pacto a la andaluza PP-Cs con Vox apoyando la investidura pero desde fuera del Gobierno? ¿Acuerdo de Gobierno PP-Vox? ¿Gobierno en solitario del PP como hizo Narciso de Foxá y solo pacto de investidura con Cs y Vox? Las tres opciones están abiertas para el virtual y nuevo alcalde de Majadahonda, José Luis Alvarez Ustarroz, que deberá tomar una decisión al respecto. Mientras tanto, los tres partidos ya han delimitado en Madrid sus estrategias a nivel nacional: el diario «El Mundo» anticipa que el proceso de negociación en el PP será el siguiente: «primero se están nombrando equipos negociadores a nivel autonómico y local. Una vez delimitados, se negociarán con prioridad los gobiernos municipales. Y por último, las regiones». Y desvela que para el PP: «primero, Ciudadanos. Y luego ya veremos». Por último añade: «El PP tiene muy clara su política de pactos post-electorales. La dirección nacional del partido rechaza, por ahora, la mesa a tres bandas que demanda Vox, y opta en su lugar por ejercer el liderazgo del centro-derecha que han «sentenciado sin duda alguna» las urnas autonómicas, locales y europeas. Por eso Génova quiere cerrar los acuerdos de gobierno, legislatura o investidura con la formación naranja y después, sentarse a negociar con Vox los términos programáticos de las investiduras. Santiago Abascal ha asegurado que pactar también con Cs, y no sólo con el PP, es una «línea roja fundamental» para su partido. En todo caso, los populares no quieren darles entrada en los consistorios o en los ejecutivos regionales en los que el bloque de derechas puede sumar la mayoría, salvo contadas excepciones«, precisa Juanma Lamet, que es quien firma la información.


Para finalizar, la noticia concluye: «Así lo aseguran fuentes de la dirección nacional del PP y así lo detalla un argumentario interno al que ha accedido El Mundo: «La comisión negociadora irá reuniéndose y hablando con los partidos con los que el PP podría llegar a un acuerdo, con Ciudadanos en primer lugar como socio prioritario. Sólo después pactaremos con Vox», asegura un dirigente de Génova, «porque la clave no es con quién se pacta, sino qué», añaden desde el entorno de Pablo Casado. Por su parte, Sara Medialdea en ABC explica que «Vox no está dispuesto a adoptar una solución «a la andaluza»: cree que esta vía «está agotada» y que ahora les puede tocar ya entrar a formar parte de los gobiernos que va a hacer posible con sus votos. De momento, en el partido que lidera en Madrid Rocío Monasterio aseguran que «lo primero que quieren es sentarse a negociar, pero «sin cordones y sin vetos», como aseguró la propia Monasterio en distintas intervenciones públicas. Su intención, en esta ocasión, sí podría ser entrar en el gobierno. Ante la hipótesis de que Cs se cierre en banda a contar con ellos y eso impida el acuerdo de gobierno, Vox no cree que la formación naranja esté dispuesta a mantener ese órdago».

Por su parte, en Vox precisan que «hay que diferenciar entre adversarios y enemigos», y ellos tienen claro en cuál de estos campos situar a PP y Cs. Tanto PP como Ciudadanos han puesto en marcha comités estatales para llevar adelante estas negociaciones. En el caso de Cs, su portavoz nacional, Inés Arrimadas, aseguró que «querían hacerlo sin vetos ni exclusiones, lo que supondría no estar cerrados ni a pactos con PSOE ni con Vox. Las circunstancias son distintas en cada autonomía y casi en cada municipio; de ahí que no se impongan directivas desde la cúpula del partido, y sí un objetivo: «Promover ejecutivos sensatos». También el PP ha creado su propia comisión nacional de negociación, que formarán Teodoro García Egea, Javier Maroto y Ana Beltrán. Son las mismas personas que se encargaron, en su momento, de hablar con Vox y Ciudadanos en Andalucía, tras las elecciones en aquella comunidad autónoma», concluye ABC.

Pero la negociación andaluza no dejó buen sabor de boca en los líderes de Vox. Su cabeza nacional, Santiago Abascal, ya lo avisaba: no admitirán un «trágala» por el que el PP les pida su apoyo a cambio de nada. Es la hora, creen, de tener «visibilidad política» y de que se aplique su programa. Vox es determinante. Vox va a hacer valer sus votos. ¿Y esto qué significa? Significa que no vamos a admitir cordones sanitarios de ningún tipo, insultos, etiquetas de aquellos que para gobernar tendrán que pactar con nosotros. Algunos tienen que tener muy claro que quien quiera contar con nuestro apoyo para construir mayorías alternativas tendrá que ser respetuoso y flexible”. Isabel Díaz Ayuso (PP) coincide en esto: “Lo que quiero es respetar y tener en consideración a los votantes del PP, Cs y Vox. No puedes ir por ahí pretendiendo que te apoyen a cambio de nada”, reconoció inmediatamente Isabel Díaz Ayuso, la aspirante del PP, cuando le preguntaron si incluiría en el Ejecutivo a representantes de sus dos posibles socios. “Yo quiero que el votante de Vox sienta que es escuchado, porque si gracias a sus votos soy presidenta, tengo que recompensar a esos votantes”, ha declarado en Onda Cero.

Ángel Gabilondo, José Manuel Franco y Pepu Hernández.

El PSOE juega sus cartas: propone a Cs intercambiar alcaldía de Madrid (Begoña Villacís) y Comunidad de Madrid (Gabilondo): Juan José Mateo en «El País» afirma que el PSOE está al acecho de una ruptura de las negociaciones PP-Cs y Vox porque «no es una discrepancia menor» el veto de Cs a un gobierno tripartito co Vox: «Describe una grieta entre los partidos de derechas que el PSOE intentará ensanchar para investir a Gabilondo como presidente con el apoyo de Cs y Más Madrid. A cambio, Cs podría lograr la alcaldía de la capital —siempre y cuando el equipo de Manuela Carmena validara la operación— y el PSOE podría conseguir que Íñigo Errejón entrara en el Gobierno y se apuntara el tanto de acabar con 24 años de gobiernos del PP. “Hay que sangrar a Ciudadanos si finalmente pactan con la ultraderecha, o aprovechar esa ventana de oportunidad, rara, pero que existe, de intercambiar posiciones en Madrid región y en la capital”, resumió uno de los líderes socialistas de la Comunidad, apuntando a las presiones que recibirá Aguado para que levante su veto a Gabilondo y que su partido logre a cambio la capital».

Y El País revela que «en ese escenario, los 8 concejales logrados por el PSOE serían claves. Pero si eso no ocurre, arreciarán las críticas al resultado electoral que ya empiezan a despuntar en un PSOE tensado por la oportunidad perdida de desplazar al PP del poder regional y mantener a la izquierda con el bastón de mando en la capital. Distintos integrantes de la dirección del PSOE de Madrid llegaron a la reunión de este martes de la cúpula de la federación que lidera José Manuel Franco con la idea de pedir la dimisión de Pepu Hernández, que en su presentación en el teatro La Latina se comprometió a no hacerlo en caso de que los números no le acompañaran el 26-M. Todos los cuadros del partido consultados coincidían en diferenciar entre Gabilondo y Pepu Hernández. El candidato a la Comunidad fue el más votado en la capital con más de 418.000 votos mientras que el candidato al Ayuntamiento pasaba de tercera a cuarta fuerza con 223.582 votos (13,7%), 25.000 menos que en 2015 (15,3%). El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, destacó la pacificación de la federación realizada por José Manuel Franco. Lo mismo que Gabilondo en el cierre de la campaña. Pero salvo sorpresa no resultará suficiente para dar un vuelco en Madrid», concluye.

Majadahonda Magazin