JULIA BACHILLER. Al igual que todos los años desde tiempo inmemorial, durante las fiestas patronales de Majadahonda 2018 se procedió al traslado en procesión del Santísimo Cristo de los Remedios desde su ermita a la parroquia de Santa Catalina. Dio lugar así a la segunda ocasión durante el año en la cual abandona su residencia habitual para estar más cerca de sus vecinos, que celebran estas fiestas en su honor. Y el párroco Juan Francisco Pérez Ruano lo expresa así en el saludo dirigido a los vecinos con motivo de esta celebración: “Nuestras fiestas son en honor de un hombre que supo dar la vida por los demás, sin ofender a nadie, solo queriendo mostrar el amor de Dios. Como decía el buen profesor Enrique Tierno Galván cuando intentaron quitar el crucifijo de su mesa en el Ayuntamiento de Madrid: «La contemplación de un hombre justo que murió por los demás no molesta a nadie. Déjenlo donde esta”. A las 21:00 horas daba comienzo la procesión desde la ermita, con la inestimable colaboración de la Hermandad de Jesús el Pobre de Madrid que no aporta tan solo su banda de música, sino también la colaboración de sus capataces y el acompañamiento de su presidente y de todos sus miembros.

Antes de comenzar y a puerta cerrada, en el interior de la ermita con el Cristo subido en su trono y los anderos ya situados, el rezo de un “Padre Nuestro” y la bendición del párroco marcan el inicio de lo que será un gran esfuerzo. Lo hacen los anderos para atravesar el umbral de la puerta de salida. Una vez en el exterior les aguarda la mirada de un gran número de vecinos que aguardaban su salida. Los aplausos y vítores se mezclan entonces con la música de la banda. Desde que comienza su recorrido, son numerosos los vecinos que quieren inmortalizar su paso por las calles de Majadahonda, donde el respeto y los aplausos se hacen evidentes. Este año 2018, en el transcurso de la procesión han tenido lugar dos hechos novedosos: el primero de ellos ha sido la incorporación de 7 mujeres entre los anderos, a las cuales desde este medio de comunicación elogiamos por su esfuerzo y resistencia, ya que ninguna de ellas desfalleció durante todo el recorrido a pesar del peso que tienen que soportar. Y el segundo ha sido una deferencia que se ha tenido con los dos concejales presentes, Ángel Alonso (PP) concejal de Festejos y María José Montón (PP) de Bienestar Social, Mayores y Familia, a los que les acompañaba el secretario general del partido en Majadahonda Alberto San Juan, ya que todos ellos, en las paradas que se hicieron, fueron invitados a realizar la «levantá” en una ocasión.

La procesión finalizaba con la llegada a la parroquia de Santa Catalina tras tres horas de duración. Una vez introducido en la iglesia con el himno nacional de fondo, volvieron a brotar los aplausos y vítores. Ya en el interior y situado a la izquierda del altar, la presidenta de la Hermandad del Cristo de los Remedios, Marisa Carmona, se dirigió a los presentes agradeciendo a la Hermandad de Jesús el Pobre y a su presidente su colaboración, al concejal Ángel Alonso su presencia –ya que era el único presente en ese momento– y al párroco de Santa Catalina la gran labor que realiza, agradecimientos que todos ellos recibieron con aplausos. La dilatada y lenta procesión supuso un gran esfuerzo por parte de todos los miembros de la hermandad y contó con la presencia de la Policía Local acompañandola en todo momento, abriendo paso y al final de la misma. También la Peña “La Majada”, situada al final con sus camisetas azules y que siempre acompañan este tipo de actos. Como el año anterior, la Peña “La Albarda” destacó por su ausencia.

Tan solo tuvo lugar un incidente del cual fui testigo: tanto la salida del Cristo como su paso son avisados con el lanzamiento de cohetes como es tradición y el encargado de su encendido va situado en primer lugar. En esta ocasión, el joven encargado de esta tarea llegaba junto a la rotonda donde esta la fuente de la Plaza de Colon. Fue en este lugar donde un señor, y le llamo señor porque la educación es lo último que se pierde y todos debemos dar muestra de ello y en público aún más, salió encolerizado de una de las terrazas cercanas. Y dirigiéndose agresivamente y con insultos a este joven, le increpó porque los cohetes asustaban a su perro. La rápida mediación de la Policía Local solucionó el incidente, regresando el individuo a su lugar en el local en el que se encontraba pero no cesando en sus insultos ante la atónita mirada de todos los que allí nos encontrábamos.