LIDIA GARCIA. Numerosos vecinos, testigos presenciales, están denunciando lo que está ocurriendo en el paraje natural de La Dehesa de Majadahonda, situado junto al cementerio. Y no por frecuente y reiterada, la queja vecinal continúa desoída: el estado de suciedad y abandono de la zona de La Dehesa, una zona que merecería más protección medioambiental pero en la que los servicios de limpieza municipal no actúan, con la dejación de sus responsables políticos y de la Concejalía de Medio Ambiente que dirige Marina Pont (PP). Estos son sus testimonios: Vicente Jesús Ginés Herraiz: «De nuevo botellón nocturno en la zona del puente de la Dehesa Boyal, todo lleno de basura. Esto es una vergüenza de Ayuntamiento que permite una y otra vez estas actitudes, y más cuando están limitadas las reuniones. Ya da asco como tienen el municipio estos irresponsables».

«He pasado esta tarde y me he quedado impresionado de la cantidad de porquería, no he hecho foto porque no llevaba el móvil, pero esto es intolerable. Queda muy guay y tal, con unas fotos y lo buenos que somos con lo de la recogida, pero eso no vale sino para dejarles el sitio limpio y el próximo «finde» vuelvan y lo tengan todo limpio para ellos. Solo vale publicar y presionar al Ayuntamiento para que actúe y controle los botellones, ya pagamos un montón de impuestos para que no hagan su trabajo. ¿Donde están los técnicos de medio ambiente del Ayuntamiento?. Si la policía se pasara sobre las 2 o las 3 de la madrugada y multara, no volvían a ponerse, pero es más fácil mirar para otro lado, mientras van dejando todo lleno de m***. Yo he posteado estos días de atrás con lo mismo, he escrito directamente al tuiter del alcalde, etc… y se sigue permitiendo; parece que al Ayuntamiento le interesa que lo hagan, porque de lo contrario, no lo entiendo. Y luego cuando acaban ya de día, cogen los coches hasta arriba de alcohol y pirulas con el peligro que conlleva«.

Mikel Carranza: «Lo que está claro es que todos sabemos donde se reúnen y cómo dejan de sucios los espacios y la policía no hace nada. A pesar de mi total apoyo a los cuerpos de seguridad está claro que no se esfuerzan por ir donde todos nos encontraremos con la barbarie de estos energúmenos». Maite Fernández de la Oliva Rodríguez: «Siempre se les echa la culpa al Ayuntamiento y a la Policia. De acuerdo que tienen que limpiar, pero es que la culpa es del incívico e irrespetuoso que crea ese panorama. Ignoro con que frecuencia adecentan la zona, pero estoy segura de que sea con la frecuencia que sea, si no hubiera tanto cochino no estaría así. Lo que no se puede pretender es tener al Ayuntamiento, ni a la Policía detrás de guarros como si fueran sus niñeras».

Oscar Marques: «Siento que mi primer post en el foro sea una denuncia de este tipo… pero no me parece justo que unos estemos sacrificándonos por frenar al bicho y otros se pasen todo por el forro. Estoy harto. Ya no es solo las botellas de cristal tiradas las decenas de plástico y vasos y bolsas de hielo durante al menos 100 metros todo a lo largo del camino por la cuneta… Es imposible pasar con una bici o un perro sin pisar cristales rotos. Esto no lo generan dos chavales… y esto no es de un día. Paso con frecuencia y es repetitivo. El espectáculo era lamentable a las 10 de la mañana. ¿Donde ha quedado la educación y el civismo? Y a falta de esto, ¿donde esta la autoridad? Porque esto lo vamos a pagar con nuestros impuestos que podrían destinarse a otra cosa más productiva. ¡Ah! Y no busquéis ninguna mascarilla tirada. Ya busqué yo y de esas no había. El sitio es el camino del Canal de Isabel II justo al lado de la Dehesa de Majadahonda«.

Gracia Galán Fernández: «Cierto, hoy he paseado por ahí y es lamentable es estado de los caminos y los campos colindantes. Habría que hacer algo para que la gente se conciencie de que tenemos que cuidar nuestro entorno». David Martín Cobos: «Estoy contigo, yo llevo viendo años todas estas zonas de monte y campo de Majadahonda y encuentras de todo, junto con escombreras ilegales. Los botellones llevan años, cada fin de semana más suciedad que nadie limpia».