EL DUENDE MAJARIEGO (EdM): En esta ocasión el duende no se hace eco de reclamaciones recibidas sino de un hecho vivido en primera persona. Seguramente tiene más de anécdota que de hecho representativo y extrapolable, pero sí que da muestra de la relajación de algunos comportamientos de muchos de nosotros y que no son compatibles con la responsabilidad de preservar la salud de todos. Ocurrió en una conocida pastelería (seguramente con las mejores medialunas argentinas que uno pueda saborear). Estaba este duende en la cola, concretamente el segundo, respetando la distancia de dos metros respecto del convecino que en ese momento estaba comprando. Lo alarmante es que este convecino no respetaba la distancia que le era exigida entre él y la vitrina donde se exponen los productos, identificada mediante una línea bien visible en el suelo. Ese colorido trazo sirve para indicar al cliente que no debe acercarse al mostrador o vitrina y evitar así posibles riesgos de contagios.
Lejos de respetar esa distancia de seguridad, el ciudadano (por cierto de edad avanzada) no solo sobrepasó la línea, sino que tanto se acercó a la vitrina para señalar a la dependienta los productos que deseaba adquirir, que tocó, palpó con ambas manos e incluso se apoyó con todo su cuerpo en la cristalera. Y no solo en un único punto, sino a lo largo de todo el largo mostrador de cristal de la pastelería. Vamos, que no había dejado hueco libre de sus huellas. Aunque este duende le reprochó educadamente lo irresponsable de su comportamiento, el ciudadano se hizo el loco y concluyó su compra como si nada. La dependienta se dirigió a este duende para agradecerle su actitud y le recordó que cada día tienen decenas de problemas con clientes que se saltan los protocolos con una ligereza insoportable. Además, parece ser que quien vulnera estas exigencias sanitarias suelen ser los ciudadanos de más edad, es decir los más vulnerables. Sirva pues esta anécdota para apelar a la responsabilidad de todos si queremos que no haya rebrotes o que, de haberlos, sean lo menos agresivos posible. Puede remitirme sus comentarios y noticias para esta sección al correo electrónico duendemajariego@gmail.com.
DUENDE ALCALDE DE MAJADAHONDA YA
DUENDE, la cotilla paleta del barrio de Majadahonda.
Un/una golosa ¡¡
Y impaciente ¡¡
Alejandro, E IMPACIENTE
No se que haríamos sin el duende , gracias duende
Hoy ha sucedido lo mismo en un supermercado que hay en la Ermita. Un señor ha llamado la atención a una señora que manipulaba la maquina para hacer zumo de naranja sin guantes. La excusa de la señora «que solo era un momento». Además,como le indicaba el hombre, tenía un cartel advirtiendo del uso obligatorio de guantes justo delante de sus ojos,a 10 cms,imposible no leerlo.
A todo esto ella bastante mayor como para andar con jueguecitos o momentitos. Me imagino que los empleados del supermercado no pueden estar todo el día educando a la gente.