CRESCENCIO BUSTILLO (1907-1993). Al comenzar a escribir esta etapa dolorosa de mi vida (1936-1939) quisiera hacerlo con la mayor objetividad. Sé que mi pluma y mi mente no pueden describir todas las vicisitudes que pasé, tampoco las que dieron lugar a las desgracias que sufrió mi familia y menos aún para enumerar los casos desagradables que surgieron alrededor mío durante este aciago periodo. Sin embargo, de todo lo que mi memoria alcance dejaré constancia de ello fielmente reflejado en una verdad incontrovertible. Refugiados en la Huerta Perales, llevé una vida monótona allí, entre acobardado y medio recluido. De momento, nadie vino a detenerme, pero no me hacía ninguna ilusión de escapar a la terrible represión que se había desatado. Aquellas voces indeterminadas del principio de que “el que no tuviera manchadas las manos de sangre o de robo, no tenía nada que temer” habían sido un “camelo” más para engañar a la gente. Las noticias que nos llegaban eran alarmantes y desconsoladoras.
En Majadahonda, según decían, confirmado después, estaban sedientos de sangre y de venganza. La familia del fascista muerto la noche del 18 de julio (1936) exigía vidas y más vidas en compensación a la perdida por ellos, sin fijarse si habían sido culpables de los desmanes cometidos. La simple etiqueta de pertenecer a algún grupo de matiz izquierdista era suficiente para detenerlo, apalearlo y vejarlo en su condición de persona. Y por si ellos no eran lo bastante sanguinarios, había a su alrededor una manada de satélites que les iban apuntando y recordando pequeños detalles que ellos desconocían, pero que eran suficientes para encausar al aludido, así se denunciaban casos y más casos.
Los satélites firmaban aquellas denuncias y la rueda no paraba porque cada día se engrasaba con sangre de las nuevas víctimas. Muchas de estas fueron producidas por no ser simpáticos a los denunciantes. Ahí aprovecharon la ocasión para saciar su venganza. Por de pronto, habían detenido y apaleado brutalmente a varios de los que creyeron componentes y que consideraban más delictivos, unos por haber estado en el Comité (Revolucionario), otros por ser miembros del Ayuntamiento de Majadahonda, los demás por pertenecer a entidades políticas u organizaciones sindicales. El caso es que, denunciados por unos y por otros, al ser detenidos pagaron la fobia de los primeros momentos. Les arrancaron declaraciones a base de palos y tormentos, fueron lapidados por el populacho y cuando ya estaban maltrechos como piltrafas, fueron juzgados en aquella farsa de “tribunales de guerra” que montaron de cara al exterior para cubrir la parcialidad de su justicia. Según estos “tribunales”, fueron juzgados sumarísimamente y ejecutados por los delitos cometidos. Próximo capítulo: «la lista de los represaliados en Majadahonda»
Pobrecito Crescencio, matan a un chaval que lo único que hacía era estar en la puerta de su casa, y lo acusa de fascista, de verdad es 84 años después ves como lo que pasó en España fue irremediable porque había unos matarifes que solo deseaban quedarse con el dinero de los que tenían y si hacía falta los mataban o los acusaban de fascistas cuando el único pecado que habían cometido era pensar diferentes creer en Dios
Vergüenza, si realmente Vd. cree en dios, no comprendo cómo puede difamar diciendo cosas como «solo deseaban quedarse con el dinero de los que tenían» cuando sabe a ciencia cierta que eso es absolutamente falso. Otras cosas se pueden discutir, pero lo que Vd. afirma es infumable.
José Alberto, el propio Crescencio lo dice en:
https://majadahondamagazin.es/majadahonda-18-de-julio-1936-confiscaciones-de-coches-en-el-plantio-165590
«Como se pusieron de moda las requisas, por nuestra parte lo hicimos con los automóviles, no solo los que había en el pueblo, sino los que había en la zona de El Plantío que, por ser barriada de Majadahonda, nos pertenecían todos estos coches. Eran de gente de derechas y de no hacerlo nosotros lo habrían hecho otros sin pertenecerles.»
Hay que ser más objetivo para ser justo.
José Alberto solo tienes que ver todos los asesinatos que se cometieron contra el clero, y no fue por una razón ideológica era por el dinero que disponía que no poder, eso llegaría más tarde…
Todo forma parte de nuestra Historia. ¿Por qué no olvidar y perdonar?. No es fácil, pero intentemos ser una España unida y noble. Intentemos construir y no destruirnos
Ojalá se pudiera, pero hay una parte que no le pareció suficiente la transición y decidieron que había que volver al revanchismo e imponer una memoria histórica selectiva, y por su puesto que yo estoy dispuesto a perdonar, pero no permitiré que se difame a una familia de Majadahonda que encima que les mataron a un joven de 18 años encima digan que era porque era fascista, nada justificara lo que hicieron estos sinvergüenzas por mucho que se lo intente blanquear este medio con las memorias de este personajillo que fue el Crescencio, que por desgracia llevaba mis apellidos…
JISIDRO. Mjd Magazin sigue apostando por la desfachatez, desconocimiento y sinvergonzoneria dando credibilidad a un farsante charlatan, demostrando su incapacidad de valorar su retahíla de embustes.
El chaval asesinado por la tropa de la que este fulano formaba parte, no era fascista sino FRANQUISTA como toda su familia, a la que acusa con otra patraña de exigir compensaciones por su pérdida, ya que ese señor bajito los salvó de la muerte y toda su vida le han estado agradecidos. Hoy dia los hay y no los hay como en todo buen corral de vecinos.
Lo que hay que leer, que no era fascista sino franquista, cuando los grandes fascistas europeos fueron Hitler, Franco y Mussolini.
Ni era fascista ni franquista, tengamos en cuenta que lo mataron el 18 de Julio… lo mismo ni sabía quién era Franco